La reforma de la ense?anza militar y de las academias, exigencia de la modernizaci¨®n emprendida en el Ej¨¦rcito
La reforma de la ense?anza militar y de las academias es una exigencia ineludible de la modernizaci¨®n emprendida con la modificaci¨®n de la Ley Org¨¢nica de la Defensa y el proyecto de Ley de Plantillas del Ej¨¦rcito de Tierra enviado por el Gobierno al Congreso. La Ley de Ense?anza Militar en la que podr¨ªa estar trabajando el reci¨¦n ascendido teniente general Juan Cano Hevia tendr¨¢ que contemplar probablement la unificaci¨®n de escalas como sucede en la Guardia Civil, para terminar con los recelos actuales entre los oficiales de una y otra procedencia. Hay una tendencia definida a que antes del ingreso en las academias los candidatos cumplan el servicio militar obligatorio y a reservar un porcentaje de plazas de cada promoci¨®n a los suboficiales.
Es preciso ponderar que un rasgo destacado de las organizaciones militares es su tremenda hipersensibilidad ante toda cr¨ªtica, frente a la que experimentan un rechazo muy agudo, exacerbado adem¨¢s por las disposiciones que tradicionalmente han limitado el acceso de los oficiales a la prensa para replicar ante lo que hayan considerado injusto o mal informado. Y las autoridades actuales parecen tener este factor muy en cuenta.Alg¨²n conocimiento de la psicolog¨ªa militar colectiva facilit¨® el cumplimiento de la transici¨®n, como ha recordado recientemente la revista Mayo en su informe sobre C¨®mo cambiar al Ej¨¦rcito. De la actividad gubernamental se descart¨® cualquier medida que pudiera ser percibida por las Fuerzas Armadas como peligrosa para la supervivencia y la unidad de la instituci¨®n militar.
Actualizar la moral militar
Ahora la tarea perentoria es la de actualizar la moral militar, proceso casi detenido desde la promulgaci¨®n de las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, que ha recibido un poderoso impulso con el discurso del Rey en la Pascua Militar del 6 de enero pasado. Su aplicaci¨®n tendr¨¢ necesariamente una traducci¨®n inmediata en los centros de Formaci¨®n y Ense?anza de las Fuerzas Armadas que contin¨²an bajo pasadas inercias mentales salvo contadas excepciones.
En los anteriores trabajos de esta serie se ha intentado una primera aproximaci¨®n a la situaci¨®n que ofrecen los cuadros de mando del Ej¨¦rcito. El an¨¢lisis se ha limitado al panorama de generales jefes y oficiales de las armas combatientes -Infanter¨ªa, Caballer¨ªa, Artiller¨ªa e Ingenieros- y dentro de ellas quienes se encuentran en situaci¨®n de actividad en el denominado grupo de mando de armas.
El cuadro 1 ofrece en la primera columna los datos referentes a los cuadros de mando en activo de las Armas. En la segunda, se
,rese?an los datos globales donde se suman tambi¨¦n los mandos en activo de los cuerpos de Intendencia, Intervenci¨®n, Ingenieros de Armamento y Construcci¨®n, Jur¨ªdico, Sanidad, Veterinaria, Farmacia, Directores M¨²sicos, Oficinas y Eclesi¨¢stico. En la tercera, van las cifras globales de Armas y Cuerpos, fijadas por el proyecto de Ley de Plantillas. La columna segunda y tercera permite valorar la magnitud de la reforma anunciada y obtener el porcentaje de reducci¨®n que figura en la cuarta columna. Faltan las cifras separadas relativas a las Armas que hubieran permitido ponderar la incidencia espec¨ªfica sobre ellas y establecer la comparaci¨®n con la situaci¨®n fijada en las escalillas de 1 de enero de 1983 de la primera columna.
En el escal¨®n de los jefes -comandantes, tenientes coroneles y coroneles-, la continuaci¨®n del cuadro publicado en EL PAIS el pasado d¨ªa 6 de enero respecto a la cualificaci¨®n profesional del generalato, ofrece algunos datos significativos. Para valorarlos adecuadamente hay que tener en cuenta que el total de los generales a que se refer¨ªa el cuadro mencionado era de 157 mientras que el total de jefes a que ahora consideramos es de 4.355.
El diploma de Estado Mayor
En el apartado de idiomas que se recoge en el cuadro n¨²mero 2 se refleja una mayor diversificaci¨®n. Aparece el ¨¢rabe, el ruso, el portugu¨¦s y el italiano y se afianza la importancia creciente del ingl¨¦s que acreditan s¨®lo 31 coroneles, pero 90 tenientes coroneles y 102 comandantes.
Las nuevas t¨¦cnicas tienen un reflejo en diplomas referentes a misiles, investigaci¨®n operativa, inform¨¢tica, psicolog¨ªa y psicotecnia. El diploma m¨¢s extendido es el de carros de combate que poseen m¨¢s del 50% de los comandantes y tenientes coroneles y una proporci¨®n algo inferior de los coroneles.
El diploma de Estado Mayor que ha llegado a tener una consideraci¨®n an¨¢loga al doctorado de los estudios civiles lo tienen el 26,8% de los coroneles, el 19,9% de los tenientes coroneles y el 15,9% de los comandantes. Todo indica que la posesi¨®n de este diploma tiene cada vez mayor peso en la calificaci¨®n para el ascenso al generalato, lo que ha levantado en ocasiones recelos por supuestos favoritismos.
En la actualidad un amplio porcentaje de los diplomados, que fuentes autorizadas estiman en el 80%, se encuentran en destinos de Estado Mayor y s¨®lo el 20% tiene sus destinos en las unidades, cada vez m¨¢s solicitados por su favorable ponderaci¨®n en las sucesivas calificaciones.
Observadores militares subrayan que frente a las posibilidades ofrecidas por una guarnici¨®n como la de Madrid, donde tras los ascensos pueden encontrarse vacantes que permitan mantener la residencia, la situaci¨®n en otras plazas obliga a frecuentes traslados que, si quieren evitarse, obligan a recurrir a puestos como los de ayudante o zonas de reclutamiento que van a truncar las posibilidades de excelentes profesionales.
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