Fallece Luis Rius, poeta trasterrado en M¨¦xico
Luis Rius, poeta espa?ol, muri¨® ayer en M¨¦xico a los 53 a?os, v¨ªctima de un c¨¢ncer. Poeta de pocos versos, maestro de literatura por 30 a?os, fue antes que nada un animador de la poes¨ªa. Con una mesa camilla por todo escenario, se convirti¨® en el amigo que cada martes, durante m¨¢s de 100 semanas, asomaba su esqueleto de castellano interminable a las pantallas del canal 13 para descifrar a G¨®ngora, dolerse de Espa?a con Le¨®n Felipe, sentir a Machado y hacer de Quevedo hombre de nuestros d¨ªas.Su Viaje alrededor de una mesa (116 episodios de media hora) queda en el v¨ªdeo-tape como su obra m¨¢s cercana, una saga de la literatura espa?ola contada con el tono entra?able de quien gustaba de aquella frase de Lorca: "Escribo para que me quieran". Creyente fiel de la inspiraci¨®n, reacio al ejercicio met¨®dico de la escritura ("s¨®lo escribo cuando siento que me empuja una voz interior"), su obra po¨¦tica, huesuda como su cuerpo, se resume en cuatro libros: Canciones de vela, Canciones de ausencia, Canciones de amor y sombra, Canciones para Pilar Rioja, la bailarina mexicana de flamenco que fue su mujer durante los ¨²ltimos 15 a?os de su vida.
Poco antes de morir le quedaron fuerzas a¨²n para corregir las galeradas de una antolog¨ªa que publicar¨¢ Alianza. Su amigo Angel Gonz¨¢lez, poeta y maestro en Alburquerque (Estados Unidos), lleg¨® a tiempo esta Navidad de mostrarle el pr¨®logo. Arturo Souto, pintor espa?ol en M¨¦xico por azares de nuestra guerra, pint¨® hace a?os la portada, que hoy se exhibe en Madrid en la exposici¨®n del exilio.
Su vocaci¨®n de cr¨ªtico le llev¨® a escribir acerca del mundo amoroso de Cervantes, tambi¨¦n sobre los grandes textos del Siglo de Oro, y sobre el amigo Le¨®n Felipe ("poeta de barro"), a cuya sombra aliment¨® los versos que nada tuvieron que ver con los del maestro. "Se admira m¨¢s lo que no se tiene", dec¨ªa. "Es el deseo ¨ªntimo de convertirse en el otro".
Nacido en Taranc¨®n, trasterrado a M¨¦xico con nueve a?os, por una guerra civil que vivi¨® desde el recuerdo familiar, Rius hizo de su vida un viaje alrededor de la poes¨ªa. Director de la revista Clavile?o, contertulio del caf¨¦ Tirol, fundador de la facultad de Filosof¨ªa y Letras de Guanajuato y profesor de la universidad Aut¨®noma de M¨¦xico durante un cuarto de siglo, hizo de sus amigos amantes de la poes¨ªa, porque le amaban a ¨¦l.
Fugitivo de fanfarrias
Se muri¨® a la hora taurina, cuando oscurec¨ªa, en medio del silencio de sus amigos, estremecidos ante la tremenda lucidez del poeta, convertido por culpa de un c¨¢ncer en s¨®lo una mente clara sobre unos huesos sin carne, reflejo de su verso hondo y sin adornos.Repet¨ªa que la poes¨ªa es decir bien, igual que la danza (su querencia inevitable desde el amor a Pilar Rioja) era el arte de andar bien. A partir de esta definici¨®n, toda la vida de Rius es en ¨²ltima instancia poes¨ªa, porque toda ella fue bien dicha. A sus amigos innumerables les queda recordar ese otro verso que hizo siempre, parco en palabras, en torno a la mesa, escenario predilecto de sus 53 a?os de vida. Fugitivo de fanfarrias y homenajes, M¨¦xico prepara el suyo para dentro de una semana.
M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 29
Babelia
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