El milagro de los panes y los peces

LAS COFRADIAS de pescadores, si bien han desconvocado el amarre de la flota previsto para el lunes pr¨®ximo, mantienen en alto las espadas para combatir las medidas del Gobierno. Como compensaci¨®n a la elevaci¨®n en un 13% de los precios del gas¨®leo, que ha coincidido con la temporada baja de pesca, los armadores exigen de la Administraci¨®n contrapartidas sustanciales, referidas especialmente a los caladeros del mar del Norte y a la fase previa de las negociaciones con la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE), que se muestra dispuesta a recortar a nuestra flota los cupos de captura en sus aguas territoriales.En v¨ªsperas de las negociaciones pesqueras con la CEE, la Administraci¨®n espa?ola ha elevado los derechos arancelarios m¨®viles o compensatorios al pescado de importaci¨®n y ha prometido estudiar subvenciones para el gas¨®leo bajo la condici¨®n de que se compruebe su consumo real por las embarcaciones. El alza de los grav¨¢menes compensatorios ha repercutido ya en los exportadores de pescado de la CEE, que se podr¨ªan convertir de este modo en aliados de nuestra causa en las negociaciones pesqueras. La medida de proteger m¨¢s vigorosamente el mercado interior frente a las importaciones significa, al mismo tiempo, un gran aliciente para los pescadores nacionales que vendan ahora sus productos en fresco. La pesca no es, sin embargo, s¨®lo un problema sectorial sino tambi¨¦n una cuesti¨®n clave en el abastecimiento alimenticio de la poblaci¨®n espa?ola. Los sucesivos Gobiernos espa?oles han realizado grandes esfuerzos financieros para concluir acuerdos bilaterales satisfactorios con otros pa¨ªses, a fin de contrarrestar los efectos desfavorables de las limitaciones impuestas por el l¨ªmite de las 200 millas. La Administraci¨®n ha favorecido las inversiones pesqueras en el exterior y la creaci¨®n de sociedades mixtas mediante el procedimiento de autorizar la importaci¨®n en el mercado espa?ol de esas capturas sin pago de derechos arancelarios. Un proteccionismo excesivo puede ahora, en cambio, repercutir negativamente sobre los precios, y un cambio de pol¨ªtica de este g¨¦nero debe acompa?arse de un esfuerzo por cambiar tambi¨¦n los h¨¢bitos de consumo de los espa?oles -verdaderos devoradores de pescado-.

Las organizaciones agrarias, por su parte, se sienten despechadas por la firmeza mostrada por la Administraci¨®n en materia de precios de garant¨ªa. Los pactos suscritos entre los Gobiernos de UCD y los agricultores y ganaderos con el prop¨®sito de negociar las alzas de precios y sus medidas complementarias resultaron satisfactorios para los productores, pero onerosos para el Tesoro. El efecto fue que las organizaciones de productores pudieron jactarse de su capacidad para ganar la partida a la Administraci¨®n y mejorar su implantaci¨®n en el campo. Ese protagonismo ha quedado desdibujado en las consultas de fin de a?o. El Gobierno, despu¨¦s de o¨ªr a los productores, ha fijado unilateralmente para 1984 un alza en los precios de garant¨ªa del 6,5% y ha sido muy cuidadoso a la hora de prometer otros apoyos. Los resultados obtenidos por las organizaciones agrarias en esas conversaciones ponen en tela de juicio su eficacia como valedores exclusivos en materia de precios agrarios y ayudas econ¨®micas, Seguridad Social y fiscalidad. Ganarse la implantaci¨®n social en el campo va a exigir un esfuerzo m¨¢s profesional y menos pol¨ªtico. Y puede entreverse que una modernizaci¨®n, alejada de los males del verticalismo agrario del antiguo r¨¦gimen, tiene que producirse tambi¨¦n en este terreno.

La respuesta pol¨ªtica o sindical ante la nueva postura de la Administraci¨®n es siempre sacar los problemas a la calle. Las agrupaciones. situadas en el centro y en la derecha -Confederaci¨®n Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG), Confederaci¨®n Nacional de J¨®venes Agricultores (CNJA) y Uni¨®n de Federaciones Agrarias de Espa?a (UFADE)- protagonizaron una simb¨®lica ocupaci¨®n del aeropuerto de Barajas. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), de influencia comunista, no intervino en la acci¨®n testimonial del aeropuerto, pero impulsa la invasi¨®n de los tractores. Finalmente, la Federaci¨®n de Trabajadores de la Tierra (FTT), pr¨®xima a UGT, parece haber elegido el camino de la moderaci¨®n. Es l¨®gico que las organizaciones levanten el list¨®n de sus exigencias a la vista de las dificultades que se avecinan y de la proximidad de las elecciones a las c¨¢maras agrarias. Sin embargo, el Gobierno est¨¢ actuando de forma coherente respecto a su pol¨ªtica econ¨®mica general, y cara a la integraci¨®n en la CEE, donde el contencioso de los precios de garant¨ªa es uno de los m¨¢s espinosos con el que nos encontraremos.

La supervivencia de las empresas, tanto en la pesca y en la agricultura como en el resto de las actividades productoras, no puede seguir estando planteada sobre la continuidad de la sangr¨ªa de las subvenciones desde el sector p¨²blico al sector privado, a cargo de unos presupuestos que han dado de s¨ª mucho m¨¢s de lo que deb¨ªan y que est¨¢n amenazados de bancarrota por el d¨¦ficit. En la medida en que las ayudas indiscriminadas contin¨²en su crecimiento, armadores y productores agrarios seguir¨¢n soportando, respecto a los dem¨¢s espa?oles, una presi¨®n menor para adaptarse a los nuevos tiempos. Y la iniciativa empresarial en la pesca, la ganader¨ªa y la agricultura se orientar¨¢ m¨¢s a conseguir esos apoyos y menos a emprender las reconversiones necesarias.