Jos¨¦ Federico de Carvajal,

presidente del Senado, que encabez¨® una delegaci¨®n de parlamentarios espa?oles de visita oficial en M¨¦xico, ech¨® mano de su vena po¨¦tica para expresar con versos no exentos de m¨¦trica su emocionado homenaje al pa¨ªs que tan hospitalariamente les ha acogido. La pieza de su inspiraci¨®n se titula, simplemente, M¨¦xico, y fue entregada por el senador socialista al presidente Miguel de la Madrid. Dice as¨ª: "M¨¦xico/so?ado en la lejan¨ªa/ de allende del mar./ El bord¨®n que llora/ de una noche jalisciense,/ mientras se desgarra/ lentamente una canci¨®n./ Las guitarras ... / las estrellas ... / las mujeres mexicanas,/ el perfume de las flores ... /?Ay mi pobre coraz¨®n!./ M¨¦xico/, por qu¨¦ vine a verte/ ahora mi alma/ est¨¢ prendida/ para siempre/ en el llano del bord¨®n./ En la estampa de un caballo/ en el juego de una flor,/ en el amor que no tuve,/ no cantar¨¢ el guitarr¨®n./ M¨¦xico, por tus noches,/ por aquella clara canci¨®n,/ por la risa de tus mujeres/ y por todo este calor,/ te prometo para siempre/ que ser¨¦ tu valedor./ El ¨¢guila ser¨¢ mi emblema,/ verdirrojo mi color,/ el verso ser¨¢ mi espada/ caballo azteca mi brid¨®n./En prenda de ello te dejo/ mi coraz¨®n espa?ol./