El pleno rechaz¨® las enmiendas cr¨ªticas a los nuevos estatutos
La ponencia de Organizaci¨®n y Estatutos fue la ¨²nica que, como se advirti¨® en la sesi¨®n del s¨¢bado, gener¨® ayer un verdadero debate congresual. El actual vicepresidente primero de AP, Fernando Su¨¢rez, vot¨® en contra de la misma, porque, seg¨²n dijo a EL PA?S, no comparte la filosof¨ªa que se desprende de los nuevos estatutos: "La organizaci¨®n del partido debe ir de abajo arriba; es jur¨ªdicamente insostenible que un comit¨¦ electoral nacional pueda alterar las propuestas de candidaturas de las bases". El ponente, Juan Ram¨®n Calero, se emple¨® a fondo para evitar que prosperasen las enmiendas defendidas por la delegaci¨®n de Valladolid, que pretend¨ªan evitar que los reci¨¦n llegados al partido pudieran ocupar cargos directivos en la organizaci¨®n o formar parte de candidaturas electorales, salvo en condiciones extraordinarias. La mesa del congreso organiz¨® el debate y la votaci6n de la forma m¨¢s desfavorable posible para los discrepantes, por lo que protest¨® un portavoz de Valladolid.Los enmendantes plantearon con claridad sus objetivos: "Se trata de evitar las aproximaciones de car¨¢cter oportunista; las puertas de AP est¨¢n abiertas siempre, no s¨®lo en ¨¦pocas electorales; que vengan hombres a, servir y no a servirse, que vengan los generosos de coraz¨®n y no los ambiciosos de poder" afirm¨® F¨¦lix Alonso Zancada, el enmendante. Calero le replic¨® con dureza, acus¨¢ndole de sembrar la desconfianza en las asambleas de militantes, "que son las que eligen cargos y, candidatos". Pero utiliz¨® otro argumento m¨¢s pol¨ªtico y m¨¢s real: si AP pone condiciones a las nuevas incorporaciones no podr¨¢ encuadrar a la clase pol¨ªtica de la derecha a¨²n no organizada, que se ir¨¢ a otros, partidos, incluso coaligados. Las enmiendas fueron ampliamente derrotadas, aunque alcanzaron 137 votos a favor y motivaron los ¨²nicos silbidos y aplausos discrepantes con los argumentos oficiales.
Miguel Herrero se puso ayer el congreso en el bolsillo. Los aplausos de los compromisarios puestos en pie atronaron el Palacio de Deportes de Barcelona cuando el portavoz parlamentario del Grupo Popular termin¨® su defensa de la ponencia pol¨ªtica. No hubo necesidad de someterla a votaci¨®n. El presidente del congreso, Juan de Arespacochaga, se limit¨® a preguntar si alguien votaba en contra o se absten¨ªa. Un generalizado grito de "Nooooo" retumb¨® en la sala. Se dio por aprobada por unanimidad.
Herrero cortej¨® h¨¢bilmente a los viejos aliancistas -cuyos resquemores han provocado los pocos conflictos de este congreso-, rindiendo homenaje a quienes "desde el primer momento estuvieron con Frag¨¢", y cuya "clarividencia y valent¨ªa" abri¨® el camino que "muchos seguimos despu¨¦s hasta ser legi¨®n". Defini¨® a la patria como un "ser cuasi carnal" -y fij¨® los objetivos de AP en la construcci¨®n de una Espa?a "libre, progresista y progresiva", abierta a la historia y al futuro. "El destino est¨¢ en nosotros mismos, porque los hados conducen, pero nunca arrastran", dijo. Lanz¨® vivas a la libertad creadora, al enriquecimiento colectivo y a la pluralidad, y acab¨® afirmando que la "Historia de Espa?a, en may¨²sculas, llama a las puertas de AP y nos emplaza a ganar las pr¨®ximas elecciones generales", pero advirti¨® que "la Historia no llama muchas veces a la misma puerta".
Por unanimidad tambi¨¦n fue aprobada la ponencia econ¨®mica, defendida por Jos¨¦ Ram¨®n Lasu¨¦n, quien propuso la profunda transformaci¨®n del papel del Estado en la econom¨ªa, como ha ocurrido hist¨®ricamente con ocasi¨®n de cada crisis econ¨®mica. Lasu¨¦n abog¨® por la flexibilizaci¨®n del mercado de trabajo, del control de cambios y del mercado de capitales, y neg¨® que el Estado que se propone sea un Estado antisocial. Ese nuevo Estado deber¨¢ producir m¨¢s bienes p¨²blicos, reducir las subvenciones a las empresas estatales ruinosas y a la Seguridad Social en bancarrota y favorecer el ahorro y la inversi¨®n privada. Deber¨¢ reindustrializar antes de reconvertir. Mantendr¨¢ el impuesto progresivo -paga m¨¢s quien m¨¢s gana-, pero complementando este principio con otro criterio igualmente justo: que pague m¨¢s quien m¨¢s gaste y menos quien m¨¢s ahorre. Se?al¨®, por ¨²ltimo, que lo que debe preocupar -"para evitar el deterioro del Gobierno actual"- es que no se tomen decisiones y se hagan promesas que luego no se puedan cumplir, cuando tengamos que ejecutarlas".
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