Oscar de la Renta, por primera vez en Espa?a
El famoso creador norteamericano present¨® el viernes sus colecciones en un hotel de Madrid
Ni la apertura de la ¨®pera, ni un estreno en el teatro de la Zarzuela, ni una exposici¨®n de un pintor de moda hubieran podido reunir tantos personajes de la llamada alta sociedad madrile?a. El pretexto fue la invitaci¨®n del embajador de Estados Unidos y se?ora de Enders para el desfile, por vez primera en Espa?a, del internacionalmente conocido creador americano ?scar de la Renta, y a una cena inmediatamente despu¨¦s, todo con car¨¢cter ben¨¦fico.Un comit¨¦ organizador formado por se?oras de alto standing social se encarg¨® de seleccionar a unos 350 privilegiados, que pagar¨ªan unas 6.000 pesetas por invitaci¨®n y cuya recaudaci¨®n ser¨ªa destinada a la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa para Minusv¨¢lidos. As¨ª que el pasado viernes, aproximadamente a las 8 de la tarde, empez¨® a llegar, vestida lo m¨¢s elegante posible, la flor y nata de este mundillo elitista al hotel madrile?o donde se celebrar¨ªa el acontecimiento. Entre los presentes, do?a Margarita de Borb¨®n; la marquesa de Artasona (Cristina Marsans); la condesa de Mor¨ªtarco (Charo Palacios); Camilo Sesto; el presidente de la Telef¨®nica, Luis Solana, y se?ora; Antonio Garrigues Walker; la duquesa de Feria (Nati Abascal, ex modelo de alta moda internacional); Nini Montiam; Enrique Lotwe y se?ora; Pitita Ridruejo; los inevitables marqueses de Gri?¨®n, y los creadores espa?o les Jes¨²s del Pozo, Antonio Mir¨® y Pedro del Hierro. El momento m¨¢s esperado fue la llegada de la reina Sofia, vestida con un sencillo pero elegante traje de chaqueta negro de c¨®ctel.
Despu¨¦s de unas breves palabras de presentaci¨®n por partede la se?ora de Enders, comenz¨® el desfile de la colecci¨®n primavera-verano 1.984 de ¨®scar de la Renta (con 10 modelos de estreno mundial, no presentados a¨²n en Nueva York), que se piensa comercializar en Espa?a. Aunque su objetivo primordial reside en fabricar eventualmente aqu¨ª sus productos bajo licencia, pensando en la posible entrada de Espa?a en el Mercado Com¨²n en 1986, ya que para importar desde Estados Unidos ser¨ªa excesivamente caro (vestidos de noche pueden oscilar entre los 3.000 y 10.000 d¨®lares).
De la Renta, nacido en Santo Domingo, de unos 50 a?os de edad, a los 18 lleg¨® a Madrid para estudiar arte en la Academia de San Fernando, y aunque sus intenciones fueron dedicarse a la pintura abstracta, el gran Balenciaga le contrat¨® para trabajar en la moda. M¨¢s tarde se trasladar¨ªa a Par¨ªs pira trabajar con el modisto espa?ol Castillo, y finalmente lleg¨® a Nueva York para dise?ar colecciones para Elizabeth Arden durante dos a?os, para luego independizarse, formando su propia firma. A partir de este momento, el creador alcanza premios como el Coty Award (el Oscar de la moda americana) y se convierte en uno de los m¨¢s cotizados dise?adores americanos, entre los que se cuentan Halston, Bill Blass, Geoffrey Beene, Adolfo....
Pocas innovaciones
Su campo de trabajo ya se ha extendido hasta moda de hombre, joyas, bisuter¨ªa, sportswear, perfumes y muebles. Entre las 12 maniqu¨ªes que pasaban la colecci¨®n se contaba con Paola Domingu¨ªn, quien Reg¨® de Par¨ªs especialmente para la ocasi¨®n, adem¨¢s de Carla Araque y varias mujeres de color.Quienes hab¨ªan esperado ser testigos de grandes innovaciones vanguardistas de dise?o habr¨¢n quedado desilusionados. De la Renta dirige su moda hacia una mujer independiente (con poder econ¨®mico), sofisticada pero, a la vez, un tanto cl¨¢sica ypor encima de los 24 a?os. Algunas de sus,famosas clientas son Nancy Kissinger y Nancy Reagan.
El volumen de sus productos en el mercado mundial alcanza m¨¢s de los 400 mifiones de d¨®lares, con fuerte implantaci¨®n en Jap¨®n y Suram¨¦rica. Las siluetas resultan muy femeninas y estilizadas, siguiendo de cerca la l¨ªnea del cuerpo y destacando los hombros y caderas. Se o¨ªa decir por entendidos que observaban el desfile que toda estaba realizada con un cosido impecab le. Lo m¨¢s atrevido de ?a colecci¨®n se refiere m¨¢s bien a las combinaciones de color. Adem¨¢s del blanco y negro o azul marino, negra y rojo fueron los despliegues o rupturas, adem¨¢s de colores vivos y brillantes como el azul cobalto, el verde esmeralda, el amarillo canario, fucsia y turquesa, a veces mezclqdos, y sobre todo en vestuario de noches lujosas. Comenz¨® el desfile con una l¨ªnea de d¨ªa, a la que se incluir¨ªan trajes de chaqueta de clara inspiraci¨®n Mondrian (combinando grandes cuadros geom¨¦tricos rojos, azules, amarillos y blancos, rotos solamente por rayas negras), el tema marinero para ciudad, con grandes chaquetas cruzadas, tres cuartos sobre faldas rectas blanco y negro con blusas a rayas, o trajes sastre de hombros anchos y cuadrados, pero sin exagerar. Las faldas, casi siempre rectas, rayando lo estrecho, tienen un largo que roza escasamente por encima de la rodilla, porque, seg¨²n el dise?ador, no le gusta el largo para d¨ªa y, adem¨¢s, "mis mujeres simplemente no lo quieren".
Las telas empleadas son lanas inglesas finas, cachemir y sedas naturales con estampados exclusivos, combinando blanco, azul cobalto y negro con mezcla de rayas horizontales y flores.
Pero son los vestidos de noche y c¨®ctel donde se aprecia su fascinaci¨®n por lo rom¨¢ntico, con una enorme nostalgia por ¨¦pocas ya pasadas. Su obsesi¨®n por el volante (no es extra?o que su ¨²ltima perfume, lanzado en Estados Unidos en octubre, se bautiz¨® con el nombre de Ruffles, o sea, Volantes) es exhaustiva. Adoman desde escotes profundos y rectos, cuellos enormes, solapas grandiosas, mangas (de todas las medidas), bajos de blusas y faldas; incluso un vestido de tafet¨¢n, ce?ido desde el torso hasta la cadera, .acaba en cuatro volantes,
Elegantes vestidos largos de l¨ªneas rectas, pero drapeados ligeramente delante, con un hombro descubierto y el otro adornado con tirante de strass que cruza la espalda en diagonal, todo en seda brillante negra, o los realizados totalmente de payettes a rayas marineras azules y blancas, con gran cuello blanco tambi¨¦n marinero, estrellas detr¨¢s y lazos delante, o el traje largo en verde esmeralda, con chaqueta hasta la cadera en azul turquesa, todo en raso, con un enorme guacamayo bordado en la espalda, o el vestido de insinuaci¨®n caribeha, que le hubiese encantado a Carmen Miranda, con enormes mangas formadas por m¨²ltiples volantes, que llegaban hasta los codos (recuerdo de los boleros cubanos), en rojo fuego. ?stos fueron algunos de los m¨¢s destacados, adem¨¢s de la serie blanco y negro, estilo puritano de las peregrinas americanas, con blusas blancas deorganza amplias y faldas campana en tafet¨¢n negro. Por ¨²ltimo, mostr¨® una novia ataviada de tul blanco, a base de m¨²ltiples volantes, salpicados de bordados de oro estilo fallera valenciana con peineta de concha incluida.. As¨ª estren¨® por vez primera su colecci¨®n en Espa?a ¨®scarde la Renta.
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