La polic¨ªa no conf¨ªa en los videntes
Las informaciones posteriores al asesinato de Mar¨ªa Teresa Mestre, esposa del industrial Enric Salom¨®, pusieron al descubierto que la fallecida acud¨ªa a consultas de parapsic¨®logos, entre ellos el madrile?o Diego de Araciel y la catalana Pilar Prades. La falta de datos sobre los autores del crimen impulsaron a la polic¨ªa a interesarse por el testimonio de estas personas, que, al parecer, por el tipo de trabajo que realizan, pueden ser conocedores de determinados aspectos de la vida privada de sus clientes.La polic¨ªa espa?ola, sin embargo, no ha confiado nunca en los parapsic¨®logos y videntes, caso contrario a otro tipo de polic¨ªas europeas, que, en m¨¢s de una ocasi¨®n, han resuelto alg¨²n caso a trav¨¦s del testimonio de un m¨¦dium. Sin embargo, en Espa?a estas actividades no ofrecen gran fiabilidad, y la polic¨ªa mantiene la tesis de que, tras la llamada brujer¨ªa, contando con notables excepciones, existe m¨¢s bien todo un mundo de farsa con fines exclusivamente econ¨®micos.
Hoy d¨ªa existen en Espa?a numerosos consultorios de videntes, a los que acuden gente de todo tipo y condici¨®n: desde miembros de la alta nobleza a peque?os burgueses, todos ellos curiosos porque les adivinen el futuro o les ofrezcan un presagio para salir de alguna desgracia, como ocurr¨ªa con Mar¨ªa Teresa Mestre, interesada por conocer cu¨¢ndo iba a salir su marido de la prisi¨®n.
El precio que deben abonar los clientes a estos m¨¦dium oscila entre las 3.000 y las 5.000 pesetas por consulta. in ellas lo mismo se anuncia al cliente, sea mujer u hombre, un feliz matrimonio; se le aventura una gran fortuna, en algunos casos inmediata; en el menor de los casos, una vida feliz. El lenguaje de los m¨¦dium es amplio, y en la mayor¨ªa de las ocasiones se emplea para descubrir en los clientes aspectos de su vida privada, sobre los que posteriormente se dibuja su futuro.
El criminalista Antonio Viqueiras, hoy al frente del Museo de la Polic¨ªa, piensa que "los adivinos, videntes, espiritistas, echadores de cartas y pitonisas son integrantes de una oculta y peligrosa criminalidad y que, bajo diferentes denominaciones, son responsables de graves perjuicios en las gentes de escasa cultura y promotores de anormalidades ps¨ªquicas en muchas personas".
En opini¨®n de este polic¨ªa, estas personas, a las que llama embaucadores, son en general mujeres de edad madura, "prolongada incluso hasta una avanzada ancianidad, las que, para su lucro personal, se dedican de lleno a la predicci¨®n del futuro, explotando la candidez e incultura humanas".
Viqueiras cuenta una experiencia personal que tuvo cuando recorr¨ªa las calles de Madrid como inspector de la desaparecida Brigada Criminal, hoy llamada de la Polic¨ªa Judicial. Supo que un importante hotelero de Madrid, confiado en este tipo de consultas, acud¨ªa a visitar a una vidente de la zona madrile?a de Prosperidad. Por curiosidad, investig¨® el caso y averiguo que el hotelero pon¨ªa en conocimiento de la citada m¨¦dium aspectos importantes de sus negocios y empresas.
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