Al Bano y Romina, vencedores en el festival de la canci¨®n de San Remo
Al Bano y Romina Power han sido los vencedores del 33? Festival de la canci¨®n de San Remo, uno de los m¨¢s espectaculares y debatidos de los ¨²ltimos tiempos.Ten¨ªa que haber sido el festival de los jovenc¨ªsimos, una terapia fuerte contra la crisis de la cl¨¢sica canzonetta italiana. Sin embargo, en San Remo, precisamente este a?o, ha vencido la tradici¨®n y han ganado dos cantantes ya afirmados que acudieron al festival para afianzar su imagen a nivel europeo.
Ten¨ªa que haber sido un festival nuevo y una especie de purificaci¨®n cat¨¢rtica de tantos festivales acabados anta?o en ri?as y hasta en obscenas instrumentalizaciones comerciales. Y si esta vez no exist¨ªa el peligro de un suicidio a la Tenco, s¨ª hubo mucho miedo y hasta estuvo a punto de suspenderse el festival por las amenazas recibidas por su organizador, a quien desconocidos intentaron incendiar su casa. Se habl¨® de que el festival estaba este a?o en manos de la Mafia, y se temi¨® que pudiera acabar dram¨¢ticamente.
Felizmente no hubo nada de eso, aunque s¨ª una novedad que nadie se esperaba. No fueron precisamente los mafiosos, sino 2.000 metal¨²rgicos llegados de G¨¦nova que estaban dispuestos a impedir el festival si no se les permit¨ªa aprovechar aquella tribuna para gritar a todo el pa¨ªs la dram¨¢tica situaci¨®n de 10.000 familias a punto de perder el trabajo.
Pero la mayor paradoja de todo el Festival de San Remo, el mayor absurdo, la contradicci¨®n m¨¢s triste es que los cantantes no van all¨ª para ganar el primer premio. Al rev¨¦s, toda la lucha es para crearse imagen pero sin ganar. Y eso porque la historia ense?a que en los ¨²ltimos tiempos el cantante que gana en San Remo es inmediata y autom¨¢ticamente olvidado; no vende discos; su canci¨®n no se hace famosa. Y a las 48 horas de la final es siempre otra canci¨®n, o dos, de las m¨¢s olvidadas por los jurados, la que acaba triunfando en el pa¨ªs y saltando las fronteras. Por eso se sabe que a San Remo van los ya afirmados porque "no tienen nada que perder aunque ganen". Van s¨®lo para que no se olvide su nombre. Los otros, los nuevos, van para que su nombre empiece a sonar y para probar la suerte.
Este a?o, en que se ha cambiado hasta el modo de votar y en que han podido participar en la decisi¨®n del jurado m¨¢s de dos millones de personas a trav¨¦s de un sistema en conexi¨®n con la loter¨ªa, ha sido lo mismo, y hay incluso quien asegura que los grandes industriales del disco y los que deseaban lanzar las nuevas promesas han hecho todo lo posible para ganarse a los jurados o para comprar ellos cientos de miles de tarjetas para votar.
Babelia
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