Las consultas entre dirigentes socialistas finalizaron sin acuerdo sobre el comisario

Seis dirigentes del socialismo andaluz, que ocupan los m¨¢ximos cargos del Gobierno central, de la autonom¨ªa andaluza y de la ciudad de Sevilla, han tratado de encauzar los problemas relacionados con la organizaci¨®n de la Expo-92. Sin embargo, este sanedr¨ªn -paralelo a las instituciones y al propio partido- no pudo, llegar a un acuerdo interno, y el consenso alcanzado en torno al nombre de Ricardo Bofill se rompi¨® por intervenci¨®n del presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Rafael Escuredo. Los ministros del Gobierno central que proceden de Catalu?a, Narc¨ªs Serra y Ernest Lluch, tambi¨¦n expresaron sus reservas sobre Bofill, quien anteriormente critic¨® la pol¨ªtica urban¨ªstica del Partido Socialista de Catalu?a y asesor¨® a su adversario pol¨ªtico, Conv¨¨rgencia i Uni¨®."?Ni hablar!" Esta fue la respuesta del presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Rafael Escuredo, al escuchar a Luis Y¨¢?ez, presidente del Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana (ICI), la alusi¨®n a Ricardo Bofill como comisario general de la Expo-92. Y¨¢?ez trat¨® de convencer a Escuredo en una conversaci¨®n posterior, sin conseguirlo. Escuredo sab¨ªa cu¨¢l era el candidato desde la Navidad de 1983, pese a lo cual no manifest¨® su oposici¨®n (en p¨²blico) hasta cinco d¨ªas despu¨¦s del anuncio de la candidatura de Bofill, ya en plena pol¨¦mica y cuando el Consejo de Ministros que iba a realizar el nombramiento hab¨ªa aplazado su decisi¨®n.

El nombre del futuro comisario general de la Expo-92 hab¨ªa sido objeto de diferentes consultas entre autoridades del Gobierno central, de la comunidad aut¨®noma y de la ciudad de Sevilla. El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra; el presidente del Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana, Luis Y¨¢?ez; el presidente y el vicepresidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Rafael Escuredo y Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla, respectivamente, y el alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, han intervenido en las reuniones y consultas realizadas al efecto, aunque no forman parte de ning¨²n organismo ni entidad con competencia para realizar el nombramiento. El propio presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, fue consultado, aunque no tom¨® parte en reuniones, y tambi¨¦n ha tenido alguna participaci¨®n en estas consultas el presidente de la Diputaci¨®n de Sevilla, Miguel ?ngel Pino.

Bofill no fue el candidato barajado desde los primeros momentos. Los nombres estudiados en la primera reuni¨®n -celebrada bajo la presidencia de Alfonso Guerra- y en algunos contactos posteriores fueron los siguientes: Guillermo Jim¨¦nez Salas, rector de la universidad de Sevilla; Jos¨¦ F¨¦lix de Rivera, empresario vinculado a algunas personas del PSOE; Jes¨²s Aguirre, duque de Alba; Juan Salas Tornero, presidente de la C¨¢mara de Comercio y de la instituci¨®n Feria de Muestras de Sevilla (hombre de la CEOE en Andaluc¨ªa), y Nicol¨¢s Salas, director del diario Abc de la capital andaluza. "Ninguno de estos nombres obtuvo apoyos suficientes, y algunos pr¨¢cticamente no llegaron a ser considerados", seg¨²n fuentes del sanedr¨ªn.

A principios de diciembre, Luis Y¨¢?ez plante¨® la candidatura de Ricardo Bofill, a quien conoci¨® en Par¨ªs con motivo de la visita de los Reyes de Espa?a a la sede de la Unesco. Inicialmente pens¨® en ¨¦l como asesor, pero en sucesivas conversaciones obtuvo m¨¢s informaci¨®n sobre sus relaciones internacionales. Entonces pens¨® proponerle como comisario.

Apoyo del presidente

Y¨¢?ez sugiri¨® el nombre del arquitecto catal¨¢n a Felipe Gonz¨¢lez durante el viaje que ambos hicieron a Buenos Aires para asistir a la toma de posesi¨®n del presidente de Argentina, Ra¨²l Alfons¨ªn; la idea fue acogida positivamente por el presidente del Gobierno espa?ol. Despu¨¦s hubo un despacho en Madrid entre ambos. Y¨¢?ez habl¨® tambi¨¦n, uno a uno, con Alfonso Guerra, Rafael Escuredo, Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla y Manuel del Valle; como fruto de estos contactos, "yo cre¨ªa que todos est¨¢bamos de acuerdo, aun con las reservas expresadas por Rafael Escuredo, y por eso hice la propuesta". (Existe otra versi¨®n, seg¨²n la cual Alfonso Guerra es el verdadero autor de la propuesta de Bofill. No ha podido ser confirmada, dada la negativa del vicepresidente del Gobierno a comentar estos temas, pese a los intentos realizados por este peri¨®dico.)

Tras el anuncio de la propuesta, realizado por Luis Y¨¢?ez, ¨¦ste ¨²ltimo y el propio Bofill, desplazado a Sevilla, almorzaron con Rafael Escuredo en su residencia privada. El presidente de la Junta de Andaluc¨ªa plante¨® claramente su postura contraria al candidato por los recelos que iba a desencadenar y el temor de que "no fuera bien entendido" por la sociedad andaluza; Bofill replic¨® que el lugar de nacimiento no parec¨ªa relevante en una persona que ha trabajado en numerosos pa¨ªses del mundo. Escuredo ofreci¨® al arquitecto, no obstante, su apoyo en caso de que el Gobierno decidiera efectivamente tal nombramiento. El Consejo de Ministros siguiente (25 de enero) se abstuvo de tomar una decisi¨®n, y 24 horas m¨¢s tarde Escuredo declar¨® en p¨²blico que el nombramiento de Bofill ser¨ªa "un error pol¨ªtico" y lament¨® coincidir en ello con la derecha.

Al inter¨¦s y curiosidad despertados por esta coincidencia lamentada se uni¨® la confusi¨®n sobre un asunto aparentemente desconectado de la pol¨¦mica, como era si el Gobierno hab¨ªa aprobado o no el reglamento general del comisariado de la feria. Seis d¨ªas despu¨¦s de celebrado el Consejo de Ministros -en el que se aplaz¨® el nombramiento del comisario-, Rafael Escuredo afirmaba que el reglamento no hab¨ªa sido aprobado tampoco por el Gobierno, mientras que el presidente del ICI, Luis Y¨¢?ez, cre¨ªa lo contrario. Fuentes oficiales del palacio de la Moncloa confirmaron finalmente a este peri¨®dico que el reglamento no estaba aprobado todav¨ªa.

Y¨¢?ez ofreci¨® esta posibilidad de arreglo: el comisario debe montar una oficina en Sevilla con unas 15 personas para realizar los trabajos t¨¦cnicos; adem¨¢s ha de contar con dos o tres comisarios adjuntos. A ello se unir¨ªa la creaci¨®n de un patronato que podr¨ªa presidir el vicepresidente del Gobierno, al que el comisario tendr¨ªa que rendir cuentas.