?Una transici¨®n hacia qu¨¦?
Los 15 meses de Yuri Andropov en el poder le han sido insuficientes para intentar completar las ambiciosas tareas que parec¨ªa tener para s¨ª mismo y para su pa¨ªs. Con su muerte, el pasado jueves, seis meses despu¨¦s de su ¨²ltima aparici¨®n, ha entrado en la historia simplemente como un dirigente de transici¨®n. El que hubiera podido ser algo m¨¢s, quedar¨¢ como una inc¨®gnita para siempre. En cualquier caso, la imagen de vitalidad e innovaci¨®n que proyect¨® h¨¢bilmente durante sus primeras semanas de mandato degeneraron en una cadena de anuncios cada vez menos cre¨ªbles sobre mejor¨ªas de salud y pr¨®ximas reapariciones. ( ... )El liderazgo colectivo del Kremlin sigui¨® funcionando durante su prolongada ausencia, y nadie duda de que ser¨¢ anunciado un sucesor dentro de pocos d¨ªas. Por lo que sabemos, el Politbur¨® ha hecho ya su elecci¨®n. Y constituir¨ªa realmente una sorpresa que en esta ocasi¨®n el elegido no sea un hombre m¨¢s joven. Con ello se asegurar¨¢ la estabilidad del liderazgo, ya que la continuidad en el gobierno es muy importante, tanto como la continuidad en s¨ª misma. Porque es negativo para cualquier Estado, y m¨¢s a¨²n para una superpotencia, levantar expectaci¨®n en torno al pr¨®ximo hombre en el poder, en vez de escuchar atentamente al gobernante en sus palabras y acciones.
Un l¨ªder sovi¨¦tico que goce de buena salud estar¨ªa en posici¨®n de encontrarse con Ronald Reagan -o con su sucesor- antes o inmediatamente despu¨¦s de las elecciones presidenciales norteamericanas. El Krenmin debe reconciliarse con la idea de otros cuatro a?os de Reagan. ?ltimamente, la Administraci¨®n Reagan ha estado ofreciendo a Mosc¨² una relaci¨®n constructiva. ( ... )
Lo m¨¢s importante para 1984: las relaciones Este-Oeste, largo tiempo abandonadas, para las que se necesita un gobernante sovi¨¦tico cre¨ªble.
, 11-12 de febrero
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