El jard¨ªn arom¨¢tico
Albahaca, laurel, menta y perejil, entre otras plantas, pueden crecer en macetas expuestas a la luz y con algunas horas diarias de sol
No cabe duda de que el cultivo de hierbas arom¨¢ticas es una de las posibilidades m¨¢s atractivas que se le presentan al jardinero: pueden alegrar muchos rincones y proporcionar un agradable aroma y, naturalmente, son insustituibles en la cocina y en la preparaci¨®n de remedios naturales, que ahora, y con raz¨®n, vuelven a estar de moda.Para aquellos que tienen la suerte de poseer un jard¨ªn, lo ideal es buscar un lugar soleado y resguardado de vientos y en un sitio cercano a la cocina. Pero la creaci¨®n de rocallas donde las arom¨¢ticas y medicinales ocupen un espacio junto a otras especies ornamentales es siempre posible, y no es mala idea situar las junto a bancos y caminos, porque la estancia o el paso por esos lugares dar¨¢ pie para recordar los diferentes aromas una y otra vez.
Pero los que simplemente disponen de una terraza, un peque?o balc¨®n o el simple alf¨¦izar de una ventana, tambi¨¦n pueden preparar su propia plantaci¨®n de arom¨¢ticas, y medicinales, ya que se pueden cultivar en macetas de barro, con buen drenaje, en cualquier sitio donde tengan buena luz y unas horas de sol. Del suelo no hay que preocuparse mucho, siempre que no se produzcan encharcamientos: nos basta con una mezcla de tierra de jard¨ªn y arena a partes iguales, a la que se puede a?adir un poco de mantillo y algo de cal si el pH fuera demasiado ¨¢cido.
Hay que regar en consonancia con la estaci¨®n, mojando bien el cepell¨®n de ra¨ªces, pero conservando la tierra un punto seca, lejos de perjudicar a la planta se obtiene una mayor concentraci¨®n de aromas y sabores en las hojas. Esto no quiere decir que estas plantas deban pasar sed, pero siempre hay que recordar en qu¨¦ sitios se encuentran en la naturaleza: lugares soleados y secos generalmente.
Muchas de estas plantas pueden utilizarse secas, frescas o incluso pueden congelarse. El procedimiento apropiado var¨ªa con cada especie. A modo de ejemplo, se citan a continuaci¨®n aquellas especies m¨¢s comunes que pueden cultivarse:
La albahaca (ocimum basilicum) se reproduce por semilla en primavera; el laurel aaurus nobilis) se multiplica por estaquillas a finales de verano y las hojas secas tienen mayor aroma que las verdes; el hinojo (foeniculum vulgare) es una planta pr¨¢cticamente vivaz, pero para obtener buenos resultados es mejor sembrar nuevamente cada dos o tres a?os, en primavera. En cambio, la menta (mentha spicata) es una planta perenne y lo dif¨ªcil es mantenerla controlada, y en cuanto al perejil (petroselinum crispum), una vez sembrado en primavera, puede mantenerse la mata dos temporadas; pasado el segundo a?o, la mata empieza a decaer r¨¢pidamente. Para sitios grandes, el romero (rosmarinus officinalis) puede ser un arbusto adecuado, que se multiplica por estaquillas a finales de verano, y si se quiere un toque especial en un sitio no muy reducido, puede acudirse al eneldo (anethum graveolens), que puede alcanzar un metro de altura y que se siembra en primavera.
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