?lbum de ¨¦xitos

Hac¨ªa tiempo que no aparec¨ªa en el cine espa?ol alguna pel¨ªcula de promoci¨®n estrictamente musical. Tras la era de las abundantes folkl¨®ricas o de las nost¨¢lgicas cantantes del cupl¨¦, que ofrec¨ªan en imagen lo que s¨®lo era conocido a trav¨¦s de la radio, ese tipo de productos fue lentamente engullido por la televisi¨®n. Espor¨¢dicamente, alguna nueva pel¨ªcula pretend¨ªa aprovecharse de la promoci¨®n de determinados cantantes o conjuntos (A 45 revoluciones por minuto (1969), de Pedro Lazaga, por ejemplo), pero sin que el ¨¦xito coronara tales ambiciones.Al margen de las canciones que habitualmente presid¨ªan cada uno de estos filmes, se escabull¨ªan por entre sus im¨¢genes retr¨®gadas doctrinas morales que orientaban a los j¨®venes espectadores hacia la obediencia y el conformismo. No eran de recibo.

El director de cine Tito Fern¨¢ndez ha realizado ahora un nuevo t¨ªtulo, de la serie. Las canciones de los m¨¢s recientes grupos de rock de nuestro pa¨ªs son, en realidad, el tema central de su trabajo.

Entre canci¨®n y canci¨®n se dibuja una historieta muy menor en la que un muchachito abandona provisionalmente a su pareja para disfrutar de otra relaci¨®n; la que se considera leg¨ªtima, sin embargo, no acepta el cambio y persigue al chaval hasta conseguir su regreso.

No es una aventura especialmente interesante, pero, en comparaci¨®n con las de aquellas viejas pel¨ªculas de moralinas y canciones, ofrece una perspectiva m¨¢s ajustada a la m¨ªnima verdad: no se habla de consignas, no se respetan los tab¨²es, no hay ejemplaridad y, a cambio, se practica el sexo tal como exige la naturaleza.

Comedia rosa

Claro que tampoco ataca nada. La pel¨ªcula A tope es una comedia. rosa, blanda, divertimento sin trascendencia que encontrar¨¢ su mejor eco entre los consumidores de los discos de los nueve conjuntos musicales que abarrotan el filme y que, exhibido en discotecas, adquirir¨¢ probablemente un sentido mayor. Para quienes no conozcan esas canciones, quiz¨¢ la pel¨ªcula les acerque a una est¨¦tica que ya no puede ignorarse porque esta ah¨ª. Pero no es f¨¢cil que cualquiera de esos p¨²blicos considere A tope como un espejo del presente.No basta con di¨¢logos relajados o con muchachas que pr¨¢cticamente violan a sus enamorados: algo m¨¢s podr¨ªa exigirse del filme. Contemplados colectivamente, estos personajes que no fuman porros, que no se envidian, que no tienen ning¨²n tipo de complejos, que no hablan de nada, tampoco tienen mucho que ver con lo que nos rodea.

Y menos a¨²n los adultos, caricaturizados en exceso s¨®lo para permitir la presencia de ciertos chistes. La actriz Rafaela Aparicio, en su papel de asistenta de la limpieza en el instituto, es el mejor ejemplo de ello, muy especialmente en el largo parlamento en el que habla, coreada por las alumnas, del tama?o de aquel falo que consigui¨® ver una solterona amiga suya.