Txiki Benegas: el pacto y la paz
No se le conocen a Txiki Benegas actividades pol¨ªticas de adolescente. Sus aficiones estudiantiles le mantuvieron ocupado hasta la culminaci¨®n de la carrera de Derecho, en 1970. Sin embargo, sus inquietudes socialistas, adquiridas a trav¨¦s de la lectura, le acercaron al PSOE en 1972. Comenz¨® entonces el despegue pol¨ªtico de este hijo de exiliados nacionalistas a trav¨¦s de un camino pr¨®digo en responsabilidades p¨²blicas. Tiene una doble obsesi¨®n: el pacto y la paz; y una debilidad pol¨ªtica: ganar credibilidad en el conjunto de Espa?a desde Euskadi y reforzar, en Madrid, su papel de hombre clave en la pol¨ªtica vasca.El a?o 1970 fue para Benegas una ¨¦poca trascendente. Seg¨²n ¨¦l mismo reconoce, la dictadura le asfixiaba, y se fue a Londres. All¨ª intent¨® ingresar, sin lograrlo, en la London School of Economist. Un a?o despu¨¦s regres¨® a San Sebasti¨¢n y mont¨® un despacho de abogados laboralistas. Conoci¨®, en aquellas fechas, a Enrique M¨²gica, quien le introdujo en los ¨¢mbitos del partido socialista.
Ten¨ªa 28 a?os cuando asumi¨® el cargo de consejero de Interior del Consejo General Vasco. Alcanz¨® un gran prestigio, en aquella ¨¦poca, en el espectro pol¨ªtico vasco como hombre de talante negociador. Implacable en la lucha contra la violencia, pero un hombre de di¨¢logo fundamentalmente, se puede decir que Txiki Benegas se ha visto obligado, por razones de partido, a cambiar de actitud en los ¨²ltimos a?os. De aquel personaje partidario de negociar con ETA y obsesionado por demostrar al PNV que los socialistas ten¨ªan mayor comprensi¨®n de lo vasco que UCD, queda s¨®lo el recuerdo. El tono de Benegas ha ido subiendo en sus cr¨ªticas al nacionalismo a medida que en su partido ha imperado la idea de que la v¨ªa del di¨¢logo con ETA y el mundo abertzale no conduce a ninguna parte.
El prestigio de Txiki en las filas socialistas ha trascendido con mucho los l¨ªmites de Euskadi. De hecho, cada vez que se elaboran listas de futuros candidatos a la secretar¨ªa general del PSOE, aparece, invariablemente, su nombre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.