El Real Madrid jugar¨¢ en Ostende la final de la Recopa
El Real Madrid ya es finalista de la Recopa de Europa. S¨®lo le falta ganarla. Para ello no le vendr¨ªa mal contar con dos americanos como los de ayer. Robinson disfrut¨® de su mejor juego desde que pisa el pabell¨®n madridista y dio espectacularidad a las acciones ofensivas de su equipo. Pero su actuaci¨®n no result¨® tan sobresaliente porque nadie pudo negarle una cerrada ovaci¨®n al segundo tiempo impecable que realiz¨® Jackson. Y sobre estos dos americanos, que ayer cosecharon 59 de los 94 tantos del Real Madrid, la presencia de un Corbal¨¢n que no dio opci¨®n al agotamiento y que siempre mand¨® sobre la cancha. Porque, fundamentalmente, el Cibona de Zagreb jug¨® contra Corbal¨¢n.El Cibona de Zagreb no vino a Madrid a cumplir con su obligaci¨®n de perdedor l¨®gico de la eliminatoria. Cont¨® hasta con la colaboraci¨®n del ej¨¦rcito yugoslavo, lo que parece sonar a broma, pero es que, de pronto, surgi¨® en el rect¨¢ngulo un tal Knego que est¨¢ considerado como el mejor jugador del Cibona, pero del que nadie se hab¨ªa ocupado porque se le supon¨ªa cumpliendo el servicio militar. Knego no estuvo en Zagreb, donde hubiera constituido un gran problema, pero lleg¨® a Madrid. Sin embargo, el Cibona dej¨® en evidencia cierta falta de disciplina; no porque los jugadores fueran por libre, sino porque hubo momentos en los que se intu¨ªa que el t¨¦cnico no era el que mandaba. Primero fue Pulicevic el que le ech¨® una bronca desde la cancha. Luego, Petrovic le dedic¨® unas frases en su idioma que no parec¨ªan ser agradables. Finalmente, Becic, en una interrupci¨®n de la segunda parte, aprovech¨® para dirigirse a Petrovic, que estaba en el banquillo, para comentar alguna circunstancia. Curioso equipo aqu¨¦l en que las ¨®rdenes van a la inversa; es decir, de La cancha al banquillo, por que Novosel no se molest¨® demasiado en solicitar tiempos muertos. A¨²n as¨ª, result¨® un conjunto muy molesto.
El Real Madrid resolvi¨® con autoridad, aunque no con facilidad. Estuvo en todo momento precavido e hizo bien en no fiarse un pelo de los yugoslavos. A pesar de contar con ventajas c¨®modas en muchos instantes del partido, los jugadores madridistas jam¨¢s intentaron jugar para la galer¨ªa ni mostraron ning¨²n s¨ªntoma de relajamiento. Corbal¨¢n cort¨® todos estos intentos y el encuentro result¨® competido aun cuando pareciese lo contrario. Las jugadas de sal¨®n, que las hubo, fueron producto de un juego serio y conjuntado. No hubo lugar al riesgo y, as¨ª, el Real Madrid es finalista.
No hubo nervios
El Cibona intent¨® poner nervioso al conjunto local, primero con t¨ªmidas marruller¨ªas y luego con una carga frontal, en forma de pressing, sobre Corbal¨¢n. Durante 10 minutos de la segunda parte, el Cibona no dej¨® sacar la pelota con tranquilidad al Real Madrid, pero apenas pudo robar un bal¨®n, ya que Corbal¨¢n acert¨® a moverse impecablemente sobre la cancha.
Corbal¨¢n botaba la pelota con seguridad. Pero ese acto que muchos bases parecen cumplir por puro formalismo, para desplazarse, Corbal¨¢n lo aprovechaba para pensar hacia d¨®nde se iba a desplazar o a qui¨¦n le iba a pasar la bola en las mejores condiciones. Ni Petrovic, ni Pulicevic, ni Becic pudieron con ¨¦l, pese a que tuvieron sus momentos de descanso, a diferencia de Corbal¨¢n, quien no vio el banquillo ni de lejos. Fuera de esta t¨¢ctica, tambi¨¦n el Cibona intent¨® defensas zonales en la primera parte, pero sin ¨¦xito.
En su primer acto, el encuentro tuvo momentos espectaculares, en los que destac¨® fundamentalmente Robinson, que hizo de todo y lo hizo con brillantez, por lo que se gan¨® el aplauso f¨¢cil. Al ser el ¨²nico jugador de color, sus acciones resultaban m¨¢s vistosas entre la blanca palidez de sus rivales yugoslavos. Apenas el Real Madrid emple¨® el contraataque, pero pronto se situ¨® en una ventaja de 8 a 10 tantos, suficiente para no perder los nervios. S¨®lo las faltas personales ensombrecieron el horizonte, porque Iturriaga se carg¨® con cuatro en la primera parte y Mart¨ªn y Jackson se situaron pronto en las tres. Un segundo per¨ªodo muy controlado permiti¨® que los minutos fueran pasando sin que el Cibona consiguiese su objetivo de acercarse lo bastante para que el Real Madrid extraviara los papeles.
Fue mejor el Real Madrid, domin¨® en todos los ¨®rdenes del encuentro, suyos fueron los rebotes, las asistencias y los mejores porcentajes. Y, sobre todo, el Real Madrid dio algunas buenas lecciones de movimiento de bal¨®n. El m¨¦rito del Cibona fue no dejar de luchar hasta el final. El rival madridista en la final del d¨ªa 13 de marzo, en Ostende (B¨¦lgica), ser¨¢ el Simac de Mil¨¢n, que ayer venci¨® en su cancha al Scavolini Pesaro por 90-80, luego de que ya le hubiese abatido en el partido de ida por 78-76.
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