Los terroristas intentan confundir sobre la autor¨ªa del asesinato de Enrique Casas

Viene de la p¨¢gina primera

Hacia las 12.30 horas era sacado de la Casa del Pueblo el f¨¦retro con los restos del senador asesinado, que fue recibido con una lluvia de rosas, aplausos y gritos un¨¢nimes de "Viva el socialisino" "ETA, asesina" y "ETA, traidores, mat¨¢is trabajadores", que se mezclaron con otros aislados, llenos de rabia, como "Muerte a los asesinos" o "Este pa¨ªs se levanta con trabajo y no matando". En medio de una enorme tensi¨®n y de nervios entre los polic¨ªas nacionales y los escoltas para rescatar de entre la muchedumbre a los dirigentes y meterlos en los coches, se constituy¨® la comitiva.

Tras un coche f¨²nebre con las coronas de flores, se situaron los militantes del PSOE y UGT que portaban a hombros el ata¨²d con los restos de Casas, envuelto con la bandera espa?ola, la ikurri?a y las de UGT y el PSOE. A continuaci¨®n marchaban dos coches con los familiares y los veh¨ªculos que ocupaban Felipe Gonz¨¢lez, Alfonso Guerra y los dem¨¢s dirigentes del partido.

Detr¨¢s se constituy¨® lo que puede considerarse una de las m¨¢s importantes manifestaciones conocidas en San Sebasti¨¢n en los ¨²ltimos a?os, si se tiene en cuenta que eran miles las personas que compon¨ªan la comitiva y las situadas a lo largo de todo el trayecto, en las aderas de las calles de Mikel Imaz, avenida de Zurriola y Boulevar, en las que se hab¨ªa montado un importante dispositivo policial.

Manchas de rojo en los carteles de HB

Los silencios imponentes ante el paso del f¨¦retro se romp¨ªan metros despu¨¦s con aplausos. Todos los carteles electorales de Herri Batasuna colocados en las paredes de los edificios situados a lo largo del trayecto aparecian con enormes manchas de pintura roja-sangre, hechas por militantes socialistas armados de palos. Se hab¨ªan descolgado las panc¨¢rtas de la coalici¨®n abertzale y en las vallas publicitarias de la campa?a electoral aparec¨ªan pintadas de "racistas", "incendiarios" y "asesinos".

La presencia del f¨¦retro en el interior del templo, que estaba abarrotado de p¨²blico, fue recibida con aplausos. En los alrededores de la bas¨ªlica, en el campanario de la misma y en los tejados de los edificios colindantes pudieron verse tiradores de elite de la polic¨ªa.

El acto religioso fue concelabrado por siete sacerdotes. El p¨¢rroco de la bas¨ªlica manifest¨® en su homil¨ªa que todas las palabras y las protestas, est¨¢n dichas y hechas, pero todav¨ªa no se ha inventado la palabra para calificar el asesinato de Casas. "Hay demasiada sangre de Ca¨ªn entre nosotros", afirm¨®.

La salida del templo, organizada desde el altar por jerarqu¨ªas e instituciones, impidi¨® que Garaikoetxea y otras autoridades pudie ran acercarse a Felipe Gonz¨¢lez. Fraga, no obstante, apart¨® a los servicios de orden para dar el p¨¦ same a Felipe Gonz¨¢lez. Fuera de la bas¨ªlica, con los ¨¢nimos cada vez m¨¢s caldeados, miles de manifestantes que no hab¨ªan podido entrar en el mismo recibieron la salida del ata¨²d con gritos de "Enrique, hermano, no te olvidamos" "ETA, fascistas, mat¨¢is socialistas" y "Queremos la paz, luchamos por la paz".

Felipe Gonz¨¢lez y los dirigentes del PSOE se situaron en la comitiva f¨²nebre detr¨¢s del ata¨²d y, fuertemente protegidos, recorrieron a pie el trayecto hasta la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa, donde iba a insta larse la capilla ardiente de Casas hasta la hora del entierro. Detr¨¢s, mezcladas entre los manifestantes, se situaron las representaciones del Gobierno aut¨®nomo vasco y del PNV, de Coalici¨®n Popular, de Euskadiko Ezkerra y PCE. En la puerta de la diputaci¨®n provincial, el presidente del Gobierno fue recibido con fuertes aplausos y gritos de "Felipe, Felipe, Felipe".

Abucheos a Garaikoetxea

Otro signo bien distinto tuvo el recibimiento de Carlos Garaikoetxea y los miembros del Gobierno vasco,que llegaron al palacio a trav¨¦s do los soportales laterales. Cuando Garaikoetxea se dispon¨ªa a alcanzar la puerta arreciaron los gritos de "ETA, asesina", mezclados con algunos abucheos y silbidos. La Ertzaina, que hab¨ªa rendido honores al ata¨²d, sali¨® de la diputaci¨®n para rescatar a la comitiva del lendakari del tap¨®n que se hab¨ªa formado en la puerta.

Garaikoetxea lleg¨® al sal¨®n don de estaba instalada la capilla ardiente cuando lo abandonaba Felipe Gonz¨¢lez. El saludo entre ambos podr¨ªa calificarse como protocolario y fr¨ªo. Dur¨® unos segundos, en los que apenas se dirigieron algunas palabras. Minutos despu¨¦s, Gonz¨¢lez y Guerra abandonaron el palacio provincial, mientras Garaikoetxea pasaba al sal¨®n, donde una escuadra de ertzainas velaba el ata¨²d de Casas, para saludar con un abrazo a Ram¨®n Rubial y a los familiares del senador asesinado. A las cinco de la tarde se realiz¨® el entierro de Casas. Compa?eros del senador asesinado, entre ellos Txiki Benegas, llevaron a hombros el ata¨²d hasta el pante¨®n familiar.