Menalda Damato
La sindicalista y feminista italiana est¨¢ empe?ada en la lucha por la paz
Ser prometida a un capit¨¢n del Ej¨¦rcito a los 16 a?os sin la participaci¨®n de una debe, sin duda, imprimir car¨¢cter. A Menalda Damato se lo imprimi¨® hasta tal punto que a los 18 decidi¨® abandonar la casa paterna -mejor dicho, el cuartel donde viv¨ªa, porque su padre era militar- y empezar una carrera vital que la llevar¨ªa a pelear en todos los frentes, menos en aquellos que tuvieran que ver con las armas. Ahora, es profesora de literatura e historia, sindicalista en la Confederaci¨®n General Italiana, del Trabajo (CGIL), comunista, cantante, estudiante de Medicina, feminista y, sobre todo, miembro de la Secretar¨ªa italiana de la Coordinadora de Mujeres en Lucha por la Paz y el Desarme.
A sus 37 a?os, Menalda Damato, que se encuentra en Madrid para participar en un acto sobre la mujer y la paz, es una italiana del sur gesticulona y apabullante, cuyo mon¨®logo -resulta imposible hablar de entrevista- tiene efectos parecidos a los de ese volc¨¢n Etna que vio su infancia y que ella califica de bell¨ªsimo. Salta de un tema a otro sin dar un respiro, mientras explica, con el apasionamiento que debe poner en todo lo que hace, que no concibe el feminismo sin la lucha por la paz ni ¨¦sta al margen de la satisfacci¨®n de las necesidades sociales.Naci¨® en Puglia, en una familia superportectora, y vivi¨® el ambiente siciliano de los a?os sesenta, que era "peor que el t¨ªpico". Una de sus primeras desilusiones fue enterarse de que el bandido Giuliano no era un hombre justo y coherente que luchaba contra los terratenientes, sino que se dedicaba a asesinar campesinos con gran soltura, en Portela della Ginestra. A los 18 a?os, la edad que tiene ahora su hija, y dos despu¨¦s de perder la oportunidad de ser llevada al altar por el capit¨¢n del Ej¨¦rcito, se cas¨® voluntariamente con un director de escena y pas¨® "de la Edad Media al teatro de vanguardia". Entonces empez¨® a consumir muchas noches leyendo, porque pensaba que no pod¨ªa perder el tiempo en dormir.
De su ¨¦poca teatral guarda muchas ense?anzas e inmejorables recuerdos, entre otros su estancia en el Living Theatre, en Avignon, con Maurice B¨¦jart y Jean Vilar, el director de la Academia de Teatro Popular de Francia, y sus actuaciones en una obra de Dar¨ªo Fo, donde sustituy¨® a una cantante que se fug¨® con un pintor.
Se licenci¨® en literatura e historia italianas a los 22 a?os, con una tesis doctoral sobre la Nova can?¨® catalana y sus precedentes hist¨®ricos, en cuya contraportada public¨® la primera antolog¨ªa de canciones populares in¨¦ditas de su amigo Ovidi Montllor y de otros artistas, como Raimon o Pi de la Serra.
Para entonces ya hab¨ªa estado en el Par¨ªs del 68 y su primera visita a Espa?a, en 1969, para ver a algunos miembros de sindicatos estudiantiles catalanes a los que hab¨ªa conocido en Francia, coincidi¨® con un estado de excepci¨®n. Era el momento vital en que Menalda Damato empezaba a "estar cabreada porque las mujeres, en la lucha de aquellos a?os, ¨¦ramos solamente los ¨¢ngeles del ciclostil".
Desde 1972 vive y da sus clases en Magliana, un barrio de Roma donde empezaron las ocupaciones de viviendas y las autorreducciones de alquileres y recibos de la luz o el tel¨¦fono. All¨ª ha participado en todos los movimientos ciudadanos para conseguir escuelas, servicios sociales y el primer Centro de Salud de la Mujer financiado por el Estado. Contribuy¨® a la edici¨®n del libro blanco para la maternidad consciente y actualmente, en su lucha por la paz, toma parte en la ocupaci¨®n de paritorios, donde pasan a la firma a las madres un manifiesto por el que se comprometen a que sus hijos "no crezcan en la prefiguraci¨®n del adversario, sean educados para la paz, no tengan juguetes b¨¦licos y no hagan el servicio militar, sino civil". Dice que la ¨²nica palabra que puede ponerse junto a paz es desarme, y no defensa, y que uno de los lemas que emplean es que las mujeres "engendramos la vida, por eso rehusamos la muerte". Piensa que esto "es un elemental problema de instinto de conservaci¨®n".
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