El o¨ªdo y el sonido
Un mundo de ruidos. Cada vez m¨¢s intensos, m¨¢s perjudiciales. Aunque, valga la paradoja, nos pasen inadvertidos.
Dentro de los factores que atacan directamente al o¨ªdo se halla el ruido excesivo existente en ciertos ambientes de trabajo-y recreo. Los conciertos modernos (punk, rock duro, etc¨¦tera), efectuados en salas peque?as, mal adaptadas para transmitir sonidos y con niveles de potencia a veces superiores al admitido, suelen producir en los asistentes dolor de cabeza, malestar general y una seria p¨¦rdida de receptividad auditiva.El o¨ªdo, pasado un cierto tiempo, vuelve a recuperar su capacidad habitual, pero a la larga puede generar sordera funcional, dado que, aunque la capacidad auditiva es la misma, la mente se acostumbra a registrar los sonidos m¨¢s potentes, perdiendo en gama de frecuencias. El deterioro f¨ªsico del o¨ªdo, de darse, es muy lento y quiz¨¢ empiece a notarse como lesi¨®n o falta de capacidad real a partir de los 50 a?os.
Los habitantes pr¨®ximos a los aeropuertos, estaciones de ferrocarriles o ubicados en zonas de circulaci¨®n rodada (autopistas, carreteras, etc¨¦tera) se ven sometidos a vibraciones continuas e intensas, de las que tienden a protegerse haciendo o¨ªdos sordos (como vulgarmente se dice), de forma que, transcurrido un per¨ªodo corto de tiempo, simplemente no registran el sonido, pero la existencia real del mismo origina alteraciones en el sistema nervioso, produciendo irritabilidad, desarreglos en el sue?o, cansancio y, en casos extremos, depresi¨®n e histeria. El sistema nervioso trabaja mec¨¢nicamente al recibir un est¨ªmulo sensitivo, generando actividad en las c¨¦lulas nerviosas, inclusive cuando el individuo duerme profundamente.
La captaci¨®n del sonido depende mucho de la sensibilizaci¨®n del o¨ªdo; cuando es muy receptivo capta una gama bastante amplia de vibraciones sonoras, pero al ser la percepci¨®n m¨¢s delicada resiste menos intensidad de sonido y el sistema nervioso se resiente m¨¢s gravemente que la media. Este hecho puede ser la causa de que en la sociedad actual la sordera funcional aumente de d¨ªa en d¨ªa. Ante el avasallamiento continuo de vibraciones inarm¨®nicas el o¨ªdo se protege insensibilizando su nivel de percepci¨®n y supliendo mediante la impresi¨®n de im¨¢genes visuales la informaci¨®n que deja recibir cuando reduce su percepci¨®n auditiva.
Existe cierto paralelismo entre las sensaciones ac¨²sticas y las visuales, semejantes a las opuestas entre los sonidos agudos y graves, pero, aunque la suplantaci¨®n de un sentido por otro sea posible, el resultado obtenido es una desconexi¨®n con el medio y un empobrecimiento real en la capacidad sensorial humana.
Los condicionantes sociales que atacan al o¨ªdo podr¨ªan evitarse con una planificaci¨®n social encaminada a mejorar la calidad de vida, y no a aumentar el nivel material de ¨¦sta. El aument¨® del bienestar material en Occidente ha permitido la adquisici¨®n de m¨¢s productos, pero el nivel humano se ha degradado, como se observa en el aumento de enfermedades nerviosas y mentales: depresiones, stress, estados obsesivos, etc¨¦tera.
En la actualidad, la psiquiatr¨ªa y la psicolog¨ªa empiezan a introducir en sus m¨¦todos curativos trabajos que obliguen al enfermo a conectar la atenci¨®n con los sentidos como forma curativa de paliar las asociaciones y obsesiones mentales. La cer¨¢mica, la pintura y la m¨²sica (tres actividades que se realizan a trav¨¦s del tacto, la vista y el o¨ªdo) suelen ser las m¨¢s utilizadas hoy d¨ªa, y los resultados obtenidos han sido altamente favorables, produciendo en los enfermos un inter¨¦s mayor hacia el medio social en que viven, seguridad en s¨ª mismos y un descenso gradual de los procesos obsesivos mentales.
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