Un hombre llamado Boyer
Aunque Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, como se ha demostrado, no lo lleg¨® a saber, un hombre llamado Miguel Boyer le segu¨ªa los talones, a ¨¦l y a los dem¨¢s grupos bancarios heterodoxos, hacia finales de 1979. ?Qu¨¦ ten¨ªa que ver Boyer con todo esto? Ese a?o, Boyer se reincorpor¨® a sus actividades en el Banco de Espa?a, tras renunciar como diputado socialista en las Cortes.Boyer hab¨ªa hecho las oposiciones para entrar al banco emisor, al mismo tiempo que economistas como Juan Jos¨¦ Toribio, Miguel ?ngel Amedo, Alejandro Pedr¨®s y Pedro Manes, lo que consigui¨® el 1 de septiembre de 1969 con la categor¨ªa de titulado del Servicio de Estudios. Por esa ¨¦poca, Mariano Rubio era el jefe del Servicio de Estudios del Banco de Espa?a. Ese a?o de 1969, con su flamante puesto debajo del brazo, conoci¨® Boyer a Rubio. El 31 de octubre de 1971, dos a?os m¨¢s tarde, Boyer ped¨ªa una excedencia voluntaria.
Ahora, ocho a?os despu¨¦s, el 19 de octubre de 1979, volv¨ªa a ser acogido por el Banco de Espa?a, que le reincorporaba como asesor. En calidad de tal tuvo una primera misi¨®n, que a la luz de los hechos posteriores puede calificarse como una pieza importante en el rompecabezas de la crisis bancaria en general, y la del grupo Rumasa en particular.
As¨ª es. El consejo ejecutivo del Banco de Espa?a encomend¨® a Boyer a finales de 1979 la elaboraci¨®n de un informe sobre la crisis bancaria en Espa?a. Ese trabajo fue elaborado con todos los datos de que dispon¨ªa la instituci¨®n y qued¨® terminado en diciembre de 1979, mes en que fue elevado al vicepresidente segundo, Fernando Abril Martorell.
Un a?o y tres meses despu¨¦s, el 21 de enero de 1981, Miguel Boyer pasaba a desempe?ar como subjefe de la entonces Oficina de Control Estad¨ªstico de Entidades de Cr¨¦dito y Ahorro, que recib¨ªa toda la informaci¨®n de la Central de Riesgos, entidad a la que deben enviar informes todos los bancos del pa¨ªs. Boyer trabaj¨® con Raimundo Poveda, jefe de la mencionada oficina, que pas¨® m¨¢s tarde a llamarse Oficina de Regulaci¨®n Bancaria. Por tanto, despu¨¦s de haber elaborado aquel informe de finales de 1979, Boyer sigui¨® manejando informaci¨®n sensible sobre los cr¨¦ditos bancarios y, desde luego, sobre los bancos de Rumasa.
Exceso de inversi¨®n
Antes de pasar a narrar las alternativas que aquel informe abri¨® a nivel del Gobierno, ser¨ªa ¨²til conocer con cierto detalle el informe Boyer. Algunas partes del mismo fueron redactadas pensando en casos concretos de la crisis bancaria espa?ola, entre los que, sin citarlos, estaban los bancos de Rumasa.
Boyer se?ala varios aspectos que contribuyeron como causas de la crisis, y dice que han sido una forzosa consecuencia de la pol¨ªtica de concentraci¨®n y discriminaci¨®n del cr¨¦dito. Las necesidades financieras se vuelven incontenibles y provocan en los bancos un exceso de inversi¨®n sobre la suma de recursos propios y ajenos, por lo que se ven obligados a practicar una pol¨ªtica muy agresiva de captaci¨®n de dep¨®sitos a elevados tipos de inter¨¦s, forzando tambi¨¦n a la apertura de sucursales y, como todo resultaba insuficiente, se financiaba a ultranza en el mercado monetario a elevado coste, lo que, si bien alivia a muy corto plazo los problemas de tesorer¨ªa, no resuelve, sino agrava, las tensiones de liquidez y el desequilibrio financiero...
Boyer pasaba revista tambi¨¦n a los mecanismos puestos en juego por varios bancos para eludir la vig¨ªlancia del Banco de Espa?a, ocultar su situaci¨®n e incluso aparentar mejor¨ªas de la misma. Es asombrosa la significaci¨®n de este p¨¢rrafo, a la luz de los acontecimientos posteriores:
"La no contabilizaci¨®n de cr¨¦ditos y avales, la utilizaci¨®n de las diversas modalidades de cr¨¦ditos cruzados, la utilizaci¨®n de sociedades interpuestas no inspeccionables, las omisiones en las declaraciones a la Central de Riesgos, la existencia de las llamadas Cajas B, etc¨¦tera, son algunos de dichos mecanismos, cuya simple enunciaci¨®n pone de manifiesto la dificultad y, en muchos casos, la imposibilidad de ser detectados por cualquier servicio de inspecci¨®n".
El informe avanzaba tambi¨¦n algunas modificaciones- de la legislaci¨®n vigente para hacer frente a la crisis bancaria. Volv¨ªa Boyer sobre un tema que estaba sobre la mesa desde hac¨ªa tiempo: las auditor¨ªas. Es decir, la facultad de que el Banco de Espa?a pudiera exigir auditor¨ªas a los bancos. Y, atenci¨®n, al proponer un nuevo balance bancario y una nueva cuenta de explotaci¨®n, se explicaba as¨ª su prop¨®sito:
"Estos estados deber¨¢n, en particular, hacer expl¨ªcitos los riesgos contra¨ªdos por cada banco con sus propios grupos de empresas, as¨ª como un balance y cuenta de explotaci¨®n consolidados de este mismo grupo. Sobre esta concentraci¨®n de riesgos, la ley de 31/ 1968 resulta gravemente incompleta, en el caso de grupos financieros que dependan de una matriz o holding, y tendr¨ªa que ser revisada urgentemente".
En el primer trimestre de 1980, el problema de qu¨¦ mecanismos utilizar para conjurar la crisis bancaria se convirti¨® en el asunto n¨²mero uno. Despu¨¦s de conocerse el informe en el Banco de Espa?a, el gobernador, Jos¨¦ Ram¨®n ?lvarez Rendueles, mantuvo una serie de conversaciones con Fernando Abril Martorell, quien parec¨ªa estar muy influido por un banquero a quien ve¨ªa con frecuencia. Se trataba del presidente del Banco de Santander, Emilio Bot¨ªn.
Documentaci¨®n acumulada
Una documentaci¨®n al respecto comenz¨® a acumularse en los despachos del gobernador del Banco de Espa?a y del ministro de Econom¨ªa, Jos¨¦ Luis Leal.
Fernando Abril explic¨® en sucesivas reuniones a ?lvarez Rendueles que era necesario elaborar alg¨²n tipo de legislaci¨®n para reducir el capital de los bancos en crisis de solvencia, como forma de establecer el equilibrio patrimonial perdido y facilitar el acceso del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos a la gesti¨®n inmediata, sin pasar por el largo proceso que supone la aplicaci¨®n de las leyes vigentes (sociedades an¨®nimas, enjuiciamiento civil, etc¨¦tera).
El 25 de abril de 1980, ?lvarez Rendueles escribi¨® a Leal en estos t¨¦rminos:
"Hemos intentado plasmar en alg¨²n proyecto de texto la obligatoriedad de proceder a reducir el capital en aquellos bancos que hayan experimentado p¨¦rdidas, tratando de obviar el requisito del n¨²mero de accionistas de la ley de Sociedades An¨®nimas, de acuerdo con tu petici¨®n...".
"El primer texto se limita a obligar al consejo de administraci¨®n a reducir el capital, d¨¢ndose cuenta despu¨¦s a una junta general extraordinaria. Los accionistas, pues, subsisten despu¨¦s de la operaci¨®n y deber¨ªan ampliar capital o buscar a alguien que lo haga. Me parece que los accionistas no van a suscribir la ampliaci¨®n en muchos casos, y no van a facilitar el que otra entidad la realice. Lo probable es que se dediquen a impugnar y pleitear, con lo que los dep¨®sitos del banco con problemas disminuir¨¢n sensiblemente".
La alternativa que ?lvarez Rendueles ve¨ªa. es la que sigue.
"Ser¨ªa -preciso, por ello, suprimir el derecho de los accionistas del banco cuyo capital se ha reducido, en el caso muy probable de que no quieran reponer este capital. No se nos ocurren m¨¢s que dos f¨®rmulas: las que propugnan la reducci¨®n de capital con car¨¢cter obligatorio, o la expropiaci¨®n (v¨ªa incautaci¨®n o mediante procedimiento especial acu?ado al efecto)".
"Esta alternativa de la expropiaci¨®n resulta altamente complicada y, pol¨ªticamente, con flancos muy importantes abiertos a la cr¨ªtica. Adem¨¢s, hace muy dificil que el sector p¨²blico no sea durante alg¨²n tiempo propietario del banco. Es decir, es una f¨®rmula tipo 'corporaci¨®n bancaria', pero que requerir¨ªa que el 100% del capital de esta corporaci¨®n fuese p¨²blico y que la misma contara con recursos suficientes para reponer los capitales perdidos por los bancos".
"Es decir, se trata de una nacionalizaci¨®n", aunque fuera posible subastar el banco una vez enderezado siempre, naturalmente, que el objetivo no fuera la liquidaci¨®n, en muchos casos la soluci¨®n m¨¢s costosa de todas las posibles".
"Bombazo jur¨ªdico"
Por tanto, la alternativa de la expropiaci¨®n, como se puede ver, ya hab¨ªa sido planteada el 25 de febrero de 1980. El gobernador del Banco de Espa?a aconsej¨® en su carta un reforzamiento del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos, mediante una ampliaci¨®n de recursos, un aumento del l¨ªmite de dinero a cubrir, el perfeccionamiento de las normas jur¨ªdicas y la exigencia de auditor¨ªa. Despu¨¦s de esta carta, ?lvarez Rendueles seguir¨¢ d¨¢ndole vueltas al asunto con Abril Martorell al tema de la reducci¨®n de capital. Entre ambos elaboraron un papel el 17 de marzo de 1980, que resum¨ªa lo elaborado hasta ese momento. Finalmente se lleg¨® a la conclusi¨®n de que reducir el capital con car¨¢cter obligatorio, al margen de la ley de Socidades An¨®nimas y otras, por la v¨ªa de un decreto-ley, era un "bombazo jur¨ªdico".
Finamente, el 28 de marzo, el Real Decreto-Ley 4/1980 dotaba de personalidad jur¨ªdica al Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos, y el 567/1980, del mismo d¨ªa, perfeccion¨®, como propuso ?lvarez Rendueles, los instrumentos, dando a la comisi¨®n gestora nuevas facultades, entre las que figur¨® el punto cuarto del art¨ªculo tercero:
"La comisi¨®n podr¨¢ acordar que los bancos integrados en el Fondo se sometan a una auditor¨ªa contable con la periodicidad y alcance que se establezca. Dicha auditor¨ªa podr¨¢ extenderse a las sociedades filiales del banco o al grupo de sociedades que controle a ¨¦ste".
La cuesti¨®n de la reducci¨®n de capital hab¨ªa quedado aplazada. Pero con la nueva facultad citada se daba un peque?o paso para superar la hist¨®rica laguna de la legislaci¨®n bancaria: el control de los grupos holding que tienen bajo su control a instituciones bancarias. "Dicha auditor¨ªa podr¨¢ extenderse a las sociedades filiales del banco o al grupo de sociedades que controle ¨¦ste", relataba el decreto-ley del 28 de marzo de 1980.
El cobijo de Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos hab¨ªa dejado de ser seguro. La nueva legislaci¨®n permit¨ªa cubrir, en lo que a control se refiere -ya que la actuaci¨®n legal sobre los holdings segu¨ªa sin definirse-, el famoso hueco que Ruiz-Mateos hab¨ªa aprovechado para crear su gigantesca burbuja. Ahora era s¨®lo cuesti¨®n de tiempo, estaban a sus puertas. La cuenta regresiva hab¨ªa comenzado.
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