El despertar de las pasiones

Que los pescadores espa?oles tengan un comportamiento de piratas y de provocadores en el golfo de Gascu?a (Golfo de Vizcaya) no es dudoso para nadie. El delito es caracter¨ªstico y violan sin verg¨¹enza la regla comunitaria pescando sin licencia o enga?ando con las limitaciones que impone el derecho mar¨ªtimo en general... Que el Gobierno franc¨¦s, celoso de hacer respetar la ley comunitaria y de proteger a sus propios pescadores, haya advertido lealmente a las autoridades espa?olas, no hay por qu¨¦ dudarlo tampoco... Que el Gobierno de Madrid cargue con una parte de responsabilidad en el incidente del mi¨¦rcoles tambi¨¦n hay que anotarlo... Todo eso es indiscutible, pero no justifica que se ametrallen los pescadores, por muy vascos que sean. Es una cuesti¨®n de costumbres m¨¢s que de derecho.Cuando los rusos derribaron un avi¨®n de l¨ªnea, los condenamos categ¨®ricamente, y con raz¨®n. Cuando Ronald Reagan invadi¨® la isla de Granada con sus marines, nosotros protestamos, en nombre de los principios... He aqu¨ª lo que deber¨ªa conducirnos, en el interior de un espacio tan cerrado como el de la Comunidad Europea, del que Espa?a forma parte virtualmente, a dar prueba de la misma circunspecci¨®n con la que predicamos en otros casos.

9 de marzo