El d¨ªa en que salt¨® la banca en Perelada
Cuatro a?os despu¨¦s sigue sin aclararse si un alem¨¢n gan¨® con fraude m¨¢s de 22 millones de pesetas a la ruleta
La Audiencia Provincial de Gerona acaba de ordenar al casino de Perelada que deposite en el Juzgado de Instrucci¨®n de Figueres los 22.750.000 pesetas en litigio, por considerar este dinero parte integrante del cuerpo del presunto delito de estafa. A la espera de la decisi¨®n de los tribunales, ¨¦sta es la historia reconstruida a partir de los datos que figuran en el auto de procesamiento contra el jugador Bernd Gerhard Weber Y los presuntos trucadores Erich Friedrich Rettweiller y Anton Alois Winkelhofer, al que ha tenido acceso EL PA?S.Bernd Gerhard Weber, s¨²bdito alem¨¢n, que se define como asesor de empresas de materiales para la fabricaci¨®n de motocicletas, aunque en la fecha de instrucci¨®n del sumario se dedicaba a la venta de salchichas y de lacas en spray para autom¨®viles, jugador profesional conocido en diversos casinos europeos, lleg¨® al de Perelada (Gerona) a primeras horas de la noche del 6 de junio de 1980 con 1.200.000 pesetas en un bolso de mano. Comenz¨® a jugar en la ruleta de apuestas m¨¢s elevadas, situada en la demoninada sala privada, apostando a los n¨²meros del 13 al 18, con los que pronto comenz¨® a ganar.
Su buena suerte sorprendi¨® tanto al inspector de juego, Auguste Botteau, como al inspector de la Brigada de Juego, Jos¨¦ Luis N¨²?ez, hasta el punto que este ¨²ltimo se puso en contacto con su compa?ero Felipe Rom¨¢n Crespo, que se encontraba en el Casino de Sant Pere de Ribes (Barcelona) y que hab¨ªa estado recientemente en Par¨ªs para asistir a unos cursos de adiestramiento de la polic¨ªa francesa. Al ser informado del sistema de juego utilizado por el alem¨¢n, Rom¨¢n Crespo aconsej¨® a N¨²?ez que "comprobase el cilindro de la ruleta mediante la percusi¨®n de las aletas con una moneda de 50 pesetas y, asimismo, que comprobase si alguna de ellas se mov¨ªa, poni¨¦ndolo en antecedente del sistema de trucaje conocido como el sistema del ingeniero Granec", se?ala el auto de procesamiento. El inspector N¨²?ez pidi¨® al director del casino, Manuel Olivier, que en uso de las facultades que el Reglamento de Juego le confiere cerrase la mesa, a lo que aqu¨¦l no accedi¨®.
Tallada lleg¨® a la sala privada donde se desarrollaba la partida alrededor de las cuatro de la madrugada del s¨¢bado 7 de junio, cuando aqu¨¦lla hab¨ªa terminado. Los crupieres "estaban en actitud de cierre normal de la misma" y las ganancias del alem¨¢n ascend¨ªan a 22.750.000 pesetas. Pese a esa aparente normalidad, Weber no pudo cambiar las fichas adquiridas en el juego por dinero en efectivo, ya que el casino, alegando haber observado ciertas irregularidades en la ruleta, se neg¨® a pagarle.
En lo ocurrido durante las horas transcurridas entre el final de la partida y el d¨ªa siguiente, cuando los miembros de la Brigada de Juego desplazados desde Barcelona se hicieron cargo de la investigaci¨®n, se encuentra una de las claves del caso. Las contradicciones existentes entre las declaraciones prestadas ante el juez por las personas que inspeccionaron las supuestas manipulaciones sufridas por la ruleta no permiten reconstruir con exactitud lo sucedido.
Comprobaci¨®n unilateral
Weber, al serle notificada la existencia de presuntas irregularidades en el cilindro del aparato de juego y que ¨¦ste iba a ser inspeccionado, "quiso estar presente, haci¨¦ndoselo saber al inspector N¨²?ez, quien, por indicaci¨®n de una de las personas venidas desde Lloret de Mar, no le permiti¨® asistir a las operaciones de comprobaci¨®n del cilindro pese a ser parte directamente interesada".
De lo ocurrido durante el resto de la noche en el interior de la sala privada donde se encontraba la ruleta queda tan s¨®lo el testimonio de quienes participaron en la comprobaci¨®n y precintado del aparato, todos empleados o directivos de los casinos de Perelada y Lloret de Mar, as¨ª como el inspector de polic¨ªa N¨²?ez.
Seg¨²n se desprende de las declaraciones contenidas en el auto de procesamiento, fue el inspector N¨²?ez quien se percat¨® del trucaje de la ruleta al comprobar que "se mov¨ªan los n¨²meros del 13 al 18, ya que las aletas que forman los alveolos donde se alojan las bolas y que correspond¨ªan a los n¨²meros 13, 14, 15, 16, 17 y 18, que ten¨ªan que estar fijas al tacto, se mov¨ªan, lo que no era normal". Ante esta situaci¨®n, el inspector, seg¨²n sus propias declaraciones, "procedi¨® a precintar el cilindro con cuatro tiras y despu¨¦s la tapa que lo cierra con una". A?ade que "la comprobaci¨®n del cilindro y el posterior precintado lo realiz¨® en presencia del director del casino y tambi¨¦n del presidente del casino de Lloret de Mar, Salvador Tallada, no recordando si hab¨ªa alguien m¨¢s".
El instructor hace notar en este punto que "esta declaraci¨®n es contraria a la ofrecida por el director del casino, Manuel Olivier, que afirma no haber estado presente en la comprobaci¨®n que efectu¨® N¨²?ez, y asimismo contraria a la formulada por el inspector de juego Botteau, quien declara que la movilidad de las aletas la apreci¨® ¨¦l mismo, el se?or Tallada, un tal L¨®pez, inspector principal del casino de Lloret de Mar, y que no est¨¢ totalmente seguro de que tambi¨¦n lo comprobase el inspector de la Brigada de Juego". Las declaraciones de N¨²?ez tampoco coinciden con las de Botteau en lo referente al modo de precintar la ruleta.
Estas y otras contradicciones no han podido aclararse hasta ahora, ya que "tres de las personas que al parecer estaban presentes no han comparecido de nuevo a declarar, habiendo manifestado Tallada que tanto Morroni como Botteau han abandonado definitivamente su trabajo en Espa?a, lo que ha hecho imposible la pr¨¢ctica de una diligencia de careo".
Con posterioridad a la comprobaci¨®n efectuada al finalizar la partida por miembros de? casino y por el inspector N¨²?ez, la ruleta fue reconocida en dos ocasiones m¨¢s: durante la tarde del 7 de junio por los inspectores de la Brigada Especial de Juego y el d¨ªa 28 del mismo mes por el juez instructor.
Al examinar el aparato, los primeros comprobaron que "los tabiques o aletas que separan los n¨²meros tienen distintos sonido a la percusi¨®n cuando se trata de aquellos que forman las casillas de los n¨²meros 13 al 18; en todos los tabiques de separaci¨®n de los n¨²meros se observan marcas similares a los producidas por herramientas; los tabiques est¨¢n flojos en lugar de r¨ªgidos, como ser¨ªa lo normal, y en algunos casos con holguras ostensibles; el grado de apriete de los tornillos de fijaci¨®n de los tabiques 13 al 18 era distinto a los dem¨¢s tabiques". La inspecci¨®n del juez arroj¨® id¨¦ntico resultado, aunque con la precisi¨®n de que "s¨®lo seis aletas tienen movilidad, concretamente las del n¨²mero 18, las del n¨²mero 17, la que separa el n¨²mero 13 del 27 y la que separa el 16 del 36".
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