La Democracia Cristiana y la extrema derecha polarizan las elecciones salvadore?as

La polarizaci¨®n de la campa?a electoral entre el democristiano Napole¨®n Duarte y el ultraderechista Roberto d'Aubuisson amenaza seriamente el proyecto pol¨ªtico dise?ado por Washington para El Salvador.Estados Unidos ha sido el principal y a veces ¨²nico promotor de las elecciones del 25 de marzo, en la confianza de que el proceso democr¨¢tico servir¨ªa para desenmascarar a la guerrilla y unificar al pa¨ªs. Lejos de eso, la poblaci¨®n aparece hoy m¨¢s dividida que nunca detr¨¢s de siglas irreconciliables, y la lucha partidista ha entrado en los cuarteles.

El candidato de los norteamericanos, Francisco Jos¨¦ Guerrero, del Partido de Conciliaci¨®n Nacional (PCN), se ha ido desmoronando a medida que avanza la campa?a, y todas las encuestas le sit¨²an muy lejos de los dos favoritos. Si en la primera vuelta lograra colocarse en los dos lugares de cabeza, ser¨ªa una sorpresa may¨²scula dif¨ªcil de explicar al electorado. S¨®lo unos pocos creen en un voto reflejo que podr¨ªa llevar a muchos ciudadanos a marcar la papeleta del PCN como lo hicieron durante dos d¨¦cadas en el pasado.

A partir de la probable derrota de Guerrero, cualquier otra salida parece mala a Washington. Duarte ser¨ªa el triunfador menos molesto, porque su afici¨®n a la banda presidencial le lleva a pactar con quien sea, y el l¨ªder democristiano sabe que Estados Unidos es un aliado imprescindible.

Duarte y la amenaza comunista

En el interior del pa¨ªs, la victoria de Duarte va a crear agudas contradicciones. Numerosos militares integrados en el alto mando lo consideran intratable. No es cuesti¨®n de ideolog¨ªas (el actual canciller, Fidel Chaves, ser¨ªa un presidente ideal para ellos), sino de personas. Para los grandes empresarios salvadore?os, decir Duarte es lo mismo que decir comunismo. A lo largo de tres meses de una bronca campa?a, Roberto d'Aubuisson ha nutrido esta l¨ªnea argumental.

Uno de los documentos m¨¢s repetidos en la Prensa es la fotograf¨ªa en la que Duarte y Guillermo Hugo, hoy presidente del FDR (Frente Democr¨¢tico Revolucionario), aparecen juntos durante la campa?a electoral de 1972, en la que ambos compartieron la candidatura.

La Alianza Productiva, de El Salvador, que agrupa a los principales empresarios, abunda en la materia al afirmar en su propaganda que la democracia cristiana utiliza el terrorismo psicol¨®gico para tratar de establecer "un sistema socialista y totalitario".

La peor opci¨®n para Washington es, sin embargo, la de D'Aubuisson, cuyo nacionalismo radical de derecha le convierte en un hombre dif¨ªcilmente manejable.

Desde que el Departamento de Estado le negara el visado para viajar a Estados Unidos, su discurso aparece cada vez m¨¢s sembrado de duras cr¨ªticas al aliado del Norte. Si gana, no est¨¢ dispuesto a aceptar condiciones para recibir ayuda militar, y asegura que tiene d¨®nde encontrarla (Israel, Taiwan, Guatemala) en el caso de que Washington se la niegue.

Al propio Reagan, tan convincente con el Congreso en las votaciones decisivas, no le ser¨ªa f¨¢cil explicar una alianza con quien est¨¢ se?alado como el principal responsable de los escuadrones de la muerte.

Las elecciones del 25 de marzo no s¨®lo no van a aclarar el panorama pol¨ªtico salvadore?o, sea quien sea el ganador, sino que lo van a complicar m¨¢s. Los partidos legales llamados a sustentar el esfuerzo de la guerra est¨¢n metidos hoy mismo en un enfrentamiento tan agudo que s¨®lo les falta tomar las armas.