El Rey apela a la unidad de Espa?a para resolver los problemas nacionales en su visita a Soria

ENVIADO ESPECIAL, "Todos los problemas espa?oles, todos, disminuir¨¢n su tremenda provocaci¨®n si solucionamos el m¨¢s importante: el de reconocer el compromiso de la unidad nacional", dijo el rey Juan Carlos desde el balc¨®n del Ayuntamiento de Soria a los miles de personas que acogieron su presencia y la de la Reina con notorio entusiasmo. En el primer acto de la jornada, en Vinuesa, hizo una alusi¨®n al momento presente al afirmar que "estamos todos, afortunadamente, en la misma cita con la historia, esa que algunos tratan de ignorar y otros tratan de contar s¨®lo en su parte violenta". Los Reyes no viajaban por Espa?a en visita oficial desde noviembre de 1981, cuando lo hicieron por Arag¨®n.

Los Reyes iniciaron su jornada de visita a la provincia de Soria en una poblaci¨®n de 1.160 habitantes, Vinuesa, en la que la corporaci¨®n municipal ha dedicado a don Juan Carlos la plaza mayor, y a do?a Sof¨ªa, la calle m¨¢s importante. Una llovizna de aguanieve no impidi¨® que los habitantes de la localidad acudieran a recibir a los Reyes.El que la visita fuera de cortes¨ªa no fue ¨®bice para que el alcalde de la poblaci¨®n, Santiago Escribano, solicitara al Rey ayuda para relanzar la econom¨ªa de sus representados. Tampoco fue obst¨¢culo el cari?oso recibimiento para que se desplegaran pancartas de salutaci¨®n y otras dos en las que textualmente se dec¨ªa: "Discriminaci¨®n, no; empleo rural tambi¨¦n para Castilla" y "La soluci¨®n al paro obrero, inversi¨®n p¨²blica en montes".

En la ciudad de Soria, los Reyes saludaron a los alcaldes de toda la provincia, y el de la capital, Jos¨¦ Luis Liso, hizo rese?a hist¨®rica de las relaciones de la ciudad con la Corona. Don Juan Carlos, entre los aplausos de los sorianos, fue desgranando su discurso, en el que, entre otras cosas, dijo: "Debemos caminar hacia la modernidad sin abandonar ninguna de nuestras conquistas anteriores, y como primera de ellas, la de la unidad profunda, inalterable, fecunda, ilimitada de nuestra propia patria. Claro que hay problemas. Muchos problemas. Unos hondos y otros fugaces. Yo os pregunto: ?cu¨¢ndo Espa?a ha dejado de ser problema? Su existencia es, en cierta forma, una confrontaci¨®n permanente de nuestra voluntad de hacer y la realidad que rechaza ser reformada".

Necesidad de un aldabonazo

El Rey dijo tambi¨¦n, en la parte final de su discurso, que "necesitamos un aldabonazo en nuestras conciencias con esta palabra que se hace amor y af¨¢n entre nosotros: Espa?a. S¨ª, Espa?a. Desde todos los sitios de Espa?a, hagamos ilimitada su estatura. Esa invitaci¨®n a Espa?a como tarea que se nos hace evidente en el mensaje de esta tierra es el compromiso hist¨®rico de todos los espa?oles de hoy. D¨¦monos unos a otros la paz que necesita nuestra sociedad para encarar con acierto sus desequilibrios. No nos detengamos ante ning¨²n sacrificio, pues en ello va la pervivencia de nuestro ser nacional".Por la tarde y tras inaugurar una residencia de ancianos en El Royo los Reyes se trasladaron a Burgo de Osma, localidad a la que no pudieron acudir durante la ma?ana como estaba previsto, a causa de la niebla, que impidi¨® el desplazamiento de los helic¨®pteros.

En la localidad soriana de Burgo de Osma el Rey, tras hacer un canto a las virtudes heroicas del pasado, afirm¨®: "Y de esa herencia, en realidad, ten¨¦is que dar cuenta a Espa?a, nuestra patria com¨²n. Con vuestro trabajo, con vuestro amor a la tierra, a sus costumbres, a su libertad, yo estoy seguro que contribu¨ªs a que nada de lo positivo se pierda, sino antes bien, siga vivo y fecundo. A nuestra vez, debemos corresponder con una conducta hist¨®rica creativa, para a?adir a la herencia otros recursos y perspectivas que sirvan a las nuevas generaciones. En esto consiste la convivencia en libertad".