Un programa de terror selecto
Con un p¨²blico mayoritariamente juvenil, el Festival de Cine Imaginario qued¨® inaugurado con la pel¨ªcula norteamericana a concurso La zona muerta, del canadiense David Cronenberg, que ma?ana, lunes, se estrenar¨¢ comercialmente en Madrid. Fue el principio de una larga semana que, sobre el papel, se anuncia intensa y que, seg¨²n el ambiente que rodea desde ,su comienzo al festival, disfruta de una mejor organizaci¨®n y hasta de un m¨¢s selecto programa que en a?os anteriores.El peque?o acto que precedi¨® a la primera pel¨ªcula del certamen no fue, sin embargo, muy brillante ni, menos a¨²n, imaginativo. Joaqu¨ªn Arozamena y Pilar Barrera, mal que bien, sin luz e improvisadamente, presentaron desde el escenario al actor Vincent Price, figura indiscutible del festival, cuya presencia fue acogida con un fuerte y prolongado aplauso que los presentadores debieron interrumpir para continuar con su cometido. Arozamena dedic¨® entusiastas palabras al autor, a sus ojos azules y a su personalidad, que, "al natural"', seg¨²n dijo, revelaba su grandeza de esp¨ªritu: "Es muy bueno, porque si no, no estar¨ªa aqu¨ª".
Ese vago esp¨ªritu triunfal es m¨¢s claro en el texto escrito por el concejal de Cultura del ayuntamiento madrile?o, que, junto a la Comunidad Aut¨®noma, colabora con el certamen. Haciendo historia, Herrero Mar¨ªn recuerda que la primera sesi¨®n de cine conocida en la ciudad, en mayo de 1886, fue un ¨¦xito, y no tiene reparos en reconocer que "el asombro y agrado ante lo visto, donde se encontraba el inevitable t¨ªtulo de El regador regado, fue el primer s¨ªntoma de la inclinaci¨®n de los madrile?os hacia el s¨¦ptimo arte". "De aquellos primeros documentales hemos llegado a un rico y variado repertorio gen¨¦rico y estil¨ªstico", lo que ya anuncia para el pr¨®ximo a?o un festival que "vuelva a sorprendernos con el tan deseado como t¨ªmido sobresalto".
Esperando a Hitchcock
Como en cualquier sesi¨®n comercial, se proyectaron en el festival cinco avances de algunas de las pel¨ªculas que componen su programa, entre ellos, el correspondiente a cuatro de las cinco pel¨ªculas del ciclo de Alfred Hitchcock, que vienen proyect¨¢ndose en distintos festivales como parte de su promoci¨®n publicitaria: El hombre que sab¨ªa demasiado, La soga, La ventana indiscreta y V¨¦rtigo, que, como en el momento de su primer estreno, ser¨¢ rebautizada en Espa?a como De entre los muertos, t¨ªtulo que lucha in¨²tilmente por definir la pel¨ªcula, contra la l¨®gica y la costumbre. Los doblajes tienen, esa sumisi¨®n.
La zona muerta descubre el extra?o poder de un t¨ªmido muchacho que, tras cinco a?os de vivir en estado de coma, es capaz de conocer el futuro y, a¨²n m¨¢s, de corregirlo. No hay, pues, en su historia, fatalismo alguno. Si un l¨ªder pol¨ªtico apretara el fat¨ªdico bot¨®n rojo que desencadene una guerra nuclear cuando sea presidente de Estados Unidos, el visionario muchacho podr¨¢ impedir su ascenso. Si un chaval va a perecer bajo el agua cuando se dedique a practicar alg¨²n deporte, la premonici¨®n del protagonista podr¨¢ aconsejarle que se quede en casa y conserve as¨ª la vida. Si un perverso asesino va provocando v¨ªctimas sin que el sheriff logre identificarle, ser¨¢ de nuevo una visi¨®n del poderoso muchacho la que solucione el sangriento enigma... La pel¨ªcula va transcurriendo en peque?os cap¨ªtulos, sin provocar grandes sorpresas. La inc¨®gnita de la meta que Cronenberg se propone queda resuelta durante la proyecci¨®n con una mec¨¢nica vuelta al esquema anterior. No hay conflictos dram¨¢ticos.
No obstante, el filme tiene el encanto de su sencillez y el acuerdo espor¨¢dico de algunas bellas im¨¢genes que prometen tensiones generalmente incumplidas, pero que permiten contemplar la pel¨ªcula con facilidad, superando incluso los baches que nacen de su m¨ªnima progresi¨®n. Cronenberg se muestra en este filme m¨¢s optimista que en sus obras anteriores, no en vano aqu¨ª el futuro puede ser corregido -y se supone que a mejor-, mientras que la idea de un cataclismo irreversible era m¨¢s rotunda en Scanners y Cromosoma 3. La idea de una mutaci¨®n general parece, en cualquier caso, necesaria para Cronenberg. A trav¨¦s de ella desaparecer¨ªa la actual civilizaci¨®n occidental, y un nuevo mundo, con poderes y con lenguajes distintos, iniciar¨ªa la nueva era del futuro.
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