Pigmalionismo sin apuesta
Educando a Rita es una variaci¨®n sobre el tema del pigmalionismo. Aqu¨ª, a diferencia de lo que propone Shaw, no hay apuesta alguna que ganar y que explique los esfuerzos de un profesor por cultivar a una chica que se presenta como paradigma de la incultura. En Educando a Rita, el profesor hace su trabajo porque el Estado se lo exige y ella es quien desea refinarse, tener acceso al mundo de la alta cultura. Este punto de partida, el haber liberado a Michael Caine de la condici¨®n de entom¨®logo que estudia a la clase obrera como quien coloca insectos bajo la lupa de su microscopio, indica ya que la virulencia de Gilbert es mucho menor que la del texto de Shaw.Es interesante comparar las dos historias para ver cu¨¢les son las exigencias de la ¨¦poca. Michael Caine es, como poseedor de los arcanos de la alta cultura, un sabio esc¨¦ptico que relativiza sus principios a base de alcohol, esp¨ªritu autodestructivo y lucidez, a partes iguales. Julie Walters, la peluquera que quiere encontrarle un sentido a la vida por la v¨ªa de los estudios universitarios, cree en la existencia de valores y principios no cuestionables, en una cultura acad¨¦mica eterna, en una l¨®gica positivista de cerebros amueblados con criterios de archivador.
Educando a Rita
Director: Lewis Gilbert. Int¨¦rpretes: Michael Caine y Julie Walters. Gui¨®n: Willy Russell. M¨²sica: David Hentschel. Fotograf¨ªa: Frank Watts. Locales de estreno: Fantasio, Madrid 3 y Vaguada M-2. Madrid.
En Shaw, la oposici¨®n entre los dos mundos es radical: se ironiza sobre los prejuicios de ambos. En el filme de Gilbert, la peluquera y sus familiares son la encarnaci¨®n del vac¨ªo suburbial, del ocio convertido en borrachera colectiva en el pub. Sus tradiciones e ideas sonrisibles, meros arquetipos del machismo.
Las tres selecciones para el oscar sorprenden un poco ante la discreci¨®n del filme, que es mesurado, cl¨¢sico y est¨¢ contado con una prosa muy correcta pero sin el menor rasgo de imaginaci¨®n.
Efectos ret¨®ricos
El estricto valor cinematogr¨¢fico, sobre todo el referido al lenguaje, queda muy a menudo al margen de cualquier consideraci¨®n, un poco como si la visi¨®n que Educando a Rita da de la cultura -estrictamente positivista- fuera tambi¨¦n la que Gilbert tiene del cine, reducido a una panoplia de recursos, de efectos ret¨®ricos, con los que es posible explicar cualquier cosa.Michael Caine est¨¢ espl¨¦ndido en su caracterizaci¨®n de profesor alcoholizado. Su interpretaci¨®n s¨ª sugiere m¨¢s que dice, evitando el f¨¢cil histrionismo a que se prestan las intoxicaciones et¨ªlicas. A Caine le sobra sentido del humor, y gracias a ¨¦l logra dibujar su personaje, a la oveja negra de las conservadoras universidades irlandesas. Julie Walters juega m¨¢s directamente con la caricatura, probablemente porque su peluquera ilustrada lo exige. Y hay que hacer constar que, a pesar de que el f¨ªsico de la actriz no sea el m¨¢s adecuado para el papel, ella logra resultar divertida y entra?able.
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