El sueco y el desinter¨¦s

No por esperadas, las distinciones recibidas por el ¨²ltimo filme de Ingrnar Bergman, Fanny y Alexander, en Hollywood, dejaron de tener amplia repercusi¨®n en los medios cinematogr¨¢ficos de Suecia. La Prensa en general coincide en que los cuatro oscars recibidos -al mejor filme extranjero, fotograf¨ªa, escenograf¨ªa y vestuario- culminan brillantemente la serie de triunfos obtenidos por la pel¨ªcula.Bergman, que estuvo representado en la ceremonia por su mujer, Ingrid, declar¨® desde Munich (Rep¨²blica Federal de Alemania), donde se encuentra cumpliendo sus ¨²ltimos compromisos con el Resident Theater, que el premio no le importaba demasiado. Agreg¨® textualmente: "En estos momentos no estoy interesado en lo que pasa en Hollywood. La pieza de Per Olov Enqvist sobre La vida de las v¨ªboras de invierno requiere toda mi concentraci¨®n".

A un periodista que lo llam¨® por tel¨¦fono le pidi¨® que no le hablara del Oscar; se refiri¨® en cambio a que el trabajo con Fanny y Alexander hab¨ªa sido un per¨ªodo maravilloso, as¨ª como tambi¨¦n al ¨¦xito de El rey Lear, su ¨²ltima puesta en escena en Estocolmo.

En el ¨¢mbito del negocio cinematogr¨¢fico sueco se se?alaba ayer que la obtenci¨®n del Oscar no significa solamente una distinci¨®n art¨ªstica, sino mucho dinero y las posibilidades de poder ampliar los mercados para los filmes suecos.

El fot¨®grafo de Bergman, Sven Nykvist, que ya en 1974 recibiera un oscar por su trabajo en la pel¨ªcula Gritos y susurros, manifest¨® que ello hab¨ªa cambiado su carrera en el sentido de que le hab¨ªa abierto posibilidades muy amplias de trabajar en el extranjero aparte de que la distinci¨®n lo volvi¨® autom¨¢ticamente miembro de la academia norteamericana de cine.