Un exilio forzoso y varios destinos diplom¨¢ticos cierran la crisis militar desatada en Honduras
La crisis militar hondure?a se ha cerrado, seg¨²n los m¨¦todos tradicionales, con borr¨®n y cuenta nueva. A excepci¨®n del general Gustavo ?lvarez, que desde Miami clama por su regreso al pa¨ªs, insistiendo en que no firm¨® un escrito de renuncia, su camarilla ha recibido el premio de un exilio diplom¨¢tico en Washington, Lima, Santiago de Chile y Taiwan, sin ser dados de baja siquiera en el Ej¨¦rcito.El clamor popular por una investigaci¨®n sobre los 103 desaparecidos y la corrupci¨®n en las altas esferas militares, que se tradujo el jueves pasado en la mayor manifestaci¨®n registrada nunca en Tegucigalpa, se ha visto frustrado una vez m¨¢s.
En esta ocasi¨®n, los golpistas ten¨ªan abundantes documentos que, en lo tocante a corrupci¨®n, hab¨ªan sido facilitados en gran parte por la Embajada norteamericana. Al comandante naval, general Rub¨¦n Montoya, se le arroj¨® un extenso informe en el momento de ped¨ªrsele su renuncia.
La destituci¨®n fulminante del coronel Am¨ªlcar Zelaya, principal acusado de organizar los escuadrones de la muerte bajo las ¨®rdenes directas de ?lvarez, sin que se le haya recompensado con un destino en el extranjero, es la ¨²nica concesi¨®n aparente a quienes exigen castigo para los culpables. Pero tampoco en este caso se ha anunciado investigaci¨®n alguna.
La Constituci¨®n consagra una curiosa f¨®rmula de convivencia entre civiles y militares, que deja a ¨¦stos a salvo de miradas indiscreta de la jurisdicci¨®n ordinaria. "El Gobierno no se mete en los cuarteles, ni los militares en pol¨ªtica". Esto ¨²ltimo rara vez se ha cumplido, pero los civiles han respetado su parte en el pacto.
En el proyecto primitivo de golpe dise?ado por los oficiales j¨®venel (6? y 7? promoci¨®n) se manejaba no s¨®lo la depuraci¨®n de la c¨²pula militar, sino la apertura de procedimientos penales para castigar con ejemplaridad a quienes estuvieran implicados en violaciones de derechos humanos y apropiaciones de fondos p¨²blicos. Las alianzas concertadas a ¨²ltima hora para asegurar el ¨¦xito de la conspiraci¨®n parecen haber aplazado indefinidamente esta parte del plan. A Estados Unidos no le interesan, por lo dem¨¢s, vendettas susceptibles de provocar una mayor inestabilidad.
El diputado democristiano Efra¨ªn D¨ªaz opina que la frustraci¨®n de las expectativas creadas en el pueblo puede tener efectos desastrosos a medio plazo. El m¨¦todo para resolver la crisis revela que nada ha cambiado y que el golpe s¨®lo cambi¨® unas caras por otras. Los familiares de los desaparecidos ni siquiera,han recibido la esperanza de que se vayan a esclarecer estos casos.
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