Jos¨¦ Manuel ?lvarez
Ayer se encontr¨® con sus hijos en Radio Nacional, tras 52 a?os sin verlos, despu¨¦s de su emigraci¨®n a la URSS y un lustro de 'gulag'
Jos¨¦ Manuel ?lvarez, asturiano, de 84 a?os, que fue el primer director de Mundo Obrero diario, concluy¨® ayer una involuntaria aventura que inici¨® el pasado mes de agosto. Entonces, ?lvarez fue a la oficina de El PA?S en Mosc¨² a reclamar una suscripci¨®n que no le llegaba a su domicilio. Ese mismo d¨ªa, ?lvarez comentaba de pasada que hac¨ªa 52 a?os que no ve¨ªa a sus hijos, que dej¨® en Madrid el d¨ªa que el Partido Comunista de Espa?a le envi¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica "para que se le encallecieran las manos". Ayer, gracias a la radio, Jos¨¦ Manuel ?lvarez se encontr¨® con sus hijos, Berta y Fernando -de 61 y 60 a?os, respectivamente-, en el estudio 104 de Radio Nacional de Espa?a.
Fue quiz¨¢ la "magia de la radio", ,como la llama Julio C¨¦sar Iglesias, director del programa Directo-directo, que emiti¨® a todo el mundo, a trav¨¦s de las ondas cortas de Radio Nacional, el mensaje que Jos¨¦ Manuel hab¨ªa lanzado un 10 de octubre en la secci¨®n Gente de EL PAIS. Ayer, en ese mismo programa, Jos¨¦ Manuel ?lvarez se encontraba con Berta y con Fernando. L¨¢grimas aparte, los comentarios provocados por el encuentro fueron bastantes prosaicos: "No tiene ni una arruga", dijo Berta. "Est¨¢ supermajo; muy delgado", dijo Fernando.Berta compart¨ªa recuerdos con su padre. Los dos recordaban haber paseado de la mano por el parque del Retiro cuando la ni?a ten¨ªa s¨®lo seis a?os. "Me sent¨ªa m¨¢s protegida que si fuera de la mano de un coronel de la Guardia Civil", repiti¨® ayer Berta. Jos¨¦ Manuel llevaba en su cartera las fotos de sus hijos, que conserv¨® a salvo de los registros policiales, de los cinco a?os de gulag y de los 15 a?os de destierro que pas¨® en la Republica de Kazakst¨¢n, v¨ªctima de uno de los muchos equ¨ªvocos que eran norma durante la era Stalin.
Ayer, en Madrid, Jos¨¦ Manuel ?lvarez estaba mucho m¨¢s tranquilo y confiado que cuando, hace ocho meses, lleg¨® a la oficina de EL PAIS en Mosc¨² y termin¨® contando su vida, con esfuerzo, en tres largas sesiones. En el estudio 104 de Radio Nacional Jos¨¦ Manuel ?lvarez no buscaba m¨¢s micr¨®fonos que los que se pod¨ªan ver, inocentemente, sobre la mesa.
?lvarez estaba ayer jovial, a pesar de su reciente operaci¨®n de hernia. Pod¨ªa ser la primavera madrile?a o, m¨¢s posiblemente, su encuentro, sin rencores, con sus hijos. Su mujer, Amelia Trabanco, se qued¨® en M¨¦xico y encarg¨® un abrazo para su marido al pie del avi¨®n que conduc¨ªa a los hijos, Berta y Fernando, camino de Madrid.
Cuando, en agosto, Jos¨¦ Manuel ?lvarez hizo el primer intento de encontrar a Berta y Fernando (pensaba que Amelia estaba muerta), ten¨ªa el temor de que "no hubieran comprendido" su larga ausencia, que se prolong¨® no s¨®lo en el gulag, sino tambi¨¦n en diversos matrimonios.
Ayer, en Madrid, Jos¨¦ Manuel varez no s¨®lo parec¨ªa haber disipado su mala conciencia. Tambi¨¦n parec¨ªa haber olvidado sus n¨²edos de perseguido del estalinismo, que ha llevado en silencio hasta hace pocos meses. En los estudios de la radio, ?lvarez tuvo un recuerdo para su compa?ero, Herminio Palacio, un minero -asturiano, como ?lvarez- que le acompa?¨® en el largo viaje entre Madrid y Mosc¨² y que fue el inconsciente culpable de la prisi¨®n de ?lvarez. Herminio desapareci¨® en el gulag. La acusaci¨®n se basaba en que el minero, de na-r tural voraz, se hab¨ªa quejado de la comida que recib¨ªa en el hotel en el que compart¨ªa habitaci¨®n con ?lvarez. Ambos fueron declarados sospechosos, pero nada pudo con la fe pol¨ªtica de ?lvarez que, sin ser militante comunista, fue el primer director de Mundo Obrero diario. Lo primero que hizo al llegar la desestalinizaci¨®n fue pedir por primera vez el carn¨¦.
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