Rossana Rossanda: "En el PCI hay m¨¢s almas de las que se ven"
Hoy no existe un intelectual e, un pol¨ªtico en Italia que no se pregunte hacia d¨®nde va el Partido Comunista Italiano (PCI), la mayor fuerza num¨¦rica comunista de Europa occidental. El PCI dirige ahora todo su potencial contra el Gobierno de Craxi con motivo de su pol¨ªtica laboral y econ¨®mica. EL PAIS ha hablado sobre el nuevo rumbo del partido de Berlinguer con Rossana Rossanda, de la direcci¨®n de Il Manifesto.
Pregunta. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando en el partido comunista?
Respuesta. Lo que le puedo decir es que, a mi juicio, esta vuelta a la oposici¨®n del partido comunista es seria y que el partido comunista est¨¢ animado en este momento de un esp¨ªritu de fuerte pol¨¦mica con el Partido Socialista Italiano PSI). Pol¨¦mica que, por otra parte, el partido, socialista de Bettino Craxi lleva muy mal, aunque nace de la actitud del artido comunista de emperrarse en absorber al partido socialista como a un gusano. Por otra parte, quiz¨¢ las cosas ser¨ªan distintas si, a su vez, el partido socialista no fuese tan vulgarmente anticomunista. Ahora recoge sus frutos.
P. Berlinguer quiere que el Gobiemo Craxi caiga a toda costa. Si eso ocurriera, ?qu¨¦ podr¨ªa pasar pol¨ªticamente?
R. ?sta es la pregunta que todos nos hacemos. Supongamos que Craxi cae despu¨¦s de las elecciones europeas de junio. En ese caso, la presidencia del Gobierno volver¨ªa a la Democracia Cristiana (DC). Pero yo no creo que en esta hip¨®tesis el partido comunista uera a ser blando con la DC como lo fue con el republicano Giovanni Spadolini. Berlinguer ha puesto en marcha a toda una serie de fuerzas que ya no puede parar.
P. ?Cu¨¢l deber¨ªa ser, seg¨²n usted, la estrategia del PCI en este momento?
R. La alternativa de izquierdas con el actual partido socialista no es imaginable, y una vuelta a la Democracia Cristiana ser¨ªa suici da para los comunistas. Creo que su papel deber¨ªa ser el saber recoger todo el malestar que existe en el pa¨ªs, de forma que su fuerza electoral se ensanchase en vez de disminuir. El problema es que el PCI tiene que dejar esta oposici¨®n a la francesa, que adem¨¢s contradice toda su tradici¨®n hist¨®rica. Es lo que est¨¢ esp¨¦rando Craxi, pero yo estoy segura de que Berlinguer no podr¨¢ nunca construir un partido a lo Marchais.
P. ?Qu¨¦ deber¨ªa hacer entonces?
R. No hay que olvidarse de que el PCI tiene a¨²n un 30% de los votos, que es una fuerza capaz de bloquear el Parlamento. Deber¨ªa ser, desde la oposici¨®n, el punto de referencia de todo lo nuevo que se mueve en Italia: en los sindicatos en la cultura, en las instituciones iviles. Mientras el PSI, si no est¨¢ en el Gobierno, desaparece, el PCI puede permitirse el lujo de estar en la oposici¨®n y seguir vivo.
P. ?De verdad tiene varias almas el PCI?
R. Ciertamente no es monol¨ªtico como el franc¨¦s. Hay en ¨¦l m¨¢s almas de las que se ven.
P. ?Cu¨¢nto durar¨¢ Berlinguer al frente del partido?
R. Todo lo que ¨¦l quiera. Se ir¨¢ s¨®lo cuando haya preparado a su sucesor. Todos saben que el mayor error pol¨ªtico de Berlinguer fue el compromiso hist¨®rico. Su fascinaci¨®n consiste, sin embargo, en que no es genial, pero hace lo que dice. Personalmente pienso que su idea del compromiso hist¨®rico podr¨¢ revelarse un error pol¨ªtico mucho m¨¢s grave que si hubiera robado en la Administraci¨®n, pero en este pa¨ªs tan zarandeado por la corrupci¨®n, lo que atrae de Berlinguer es su integridad moral. Por ahora tiene toda la confianza de la base del partido, y no se vislumbra qui¨¦n podr¨ªa sustituirle.
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