La culpa la tuvo el 'metro'
La plaza de Vista Alegre era tan bajita y tan simp¨¢tica, que el pueblo castizo la llamaba la Chata. Nunca tuvo demasiada clientela, aunque conoci¨® tiempos mejores que la profunda decadencia de la ¨²ltima d¨¦cada. Dec¨ªan los empresarios y gentes de trapicheo taurino: "Cuando llegue el metro a Carabanchel empezar¨¢ la ¨¦poca dorada de Vista Alegre, pues se llenar¨¢ todas las tardes".Sucedi¨® exactamente lo contrario: que cuando lleg¨® el metro a Carabanchel, los aficionados de la barriada aprovecharon la facilidad del nuevo transporte para ir a los toros a Las Ventas, que es lo que les gustaba.
El porvenir de la Chata, sin embargo, no depend¨ªa s¨®lo de los medios de transporte. Con la poblaci¨®n del barrio ten¨ªa gente bastante para mantener la afici¨®n y hacer taquilla. Su porvenir estaba m¨¢s bien en dotarla de personalidad, lo cual no supieron hacer -o ni se les ocurri¨®, o no les conven¨ªa- los muchos empresarios que sucesivamente explotaron la plaza. Recoleta como es, debi¨® reservarse para una especie de toreo de c¨¢mara o aunque fuera bufo, si se quiere, acreditarla con el toro grande, o con el chico; dedicarla a la presentaci¨®n de noveles o a la repesca de veteranos. Necesitaba, en fin una programaci¨®n definida, que la diera car¨¢cter.
A veces acertaban sus administradores. Por ejemplo, hizo fama con las corridas de la oportunidad -que a¨²n se recuerdan-, de las que surgi¨®, entre otros, Palomo Linares. E hizo cartel metiendo los buenos toreros que se quedaban fuera de la feria de San Isidro de Las Ventas, como ocurri¨® con Antonio Bienvenida, que plasm¨® all¨ª la tarde memorable en que se encerr¨® en solitario con seis toros.
Fue en Vista Alegre donde Luis Miguel Domingu¨ªn, de luces y en plena corrida, se subi¨® al caballo para picar, su toro, y como por entonces presum¨ªa de ser el n¨²mero uno, desde la ocurrencia empezaron a llamarle el n¨²mero uno y pico.
Novilleros con posibilidades y ambici¨®n se hac¨ªan un nombre en Vista Alegre, y cuando estaban m¨¢s o menos cuajados, los contrataba la empresa de Las Ventas. La popularidad de El Viti y otras figuras naci¨® en la Chata.
No pod¨ªa competir con Las Ventas a la llana, pues la historia, el edificio y la clientela de esta plaza pesaban demasiado. Pero si no de frente, al menos por los resquicios pod¨ªa robarle aficionados y organizar espect¨¢culos rentables. Un a?o, la empresa de Las Ventas, que gerenciaba Livinio Stuick, mont¨® una feria de San Isidro mal¨ªsima, sobre todo vulgar. Llegada la primera corrida del abono, los Domingu¨ªn, que administraban el coso carabanchelero, enviaron emisarios con pancarta al tendido de su hermana mayor. La pancarta dec¨ªa: "La afici¨®n de Vista Alegre saluda a la sufrida afici¨®n de Las Ventas". Les aplaudieron por ello, y aqu¨¦lla fue la mejor promoci¨®n que pudieron idear sobre la peque?a feria que con motivo tambi¨¦n de la festividad del santo patr¨®n hab¨ªan montado en Carabanchel y se dio con ¨¦xito.
Las nuevas v¨ªas de acceso a la barriada, M-30 incluida, hicieron el mismo efecto que el metro: tanto val¨ªan para que los madrile?os, acudieran a Vista Alegre como para que los carabancheleros acudieran a Las Ventas. Hab¨ªa de todo menos ideas. Los empresarios ni siquiera supieron explotar el mejor reclamo publicitario que ten¨ªan a su disposici¨®n: "Por ser la Virgen de la Paloma... a los toros de Carabanchel". La feria de la Paloma nunca la mont¨® nadie en Carabanchel.
A?o por a?o cambiaban los empresarios. ?ltimamente estuvieron all¨ª Francisco Gil, Aguirre, ?lvarez, Cano, Chopera chicos. Les debi¨® ir mal, y el resultado es el que se ve: la plaza est¨¢ cerrada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Carabanchel
- Monumentos
- Plazas toros
- Metro
- Toros
- Transporte urbano
- Patrimonio hist¨®rico
- Ayuntamiento Madrid
- Patrimonio cultural
- Distritos municipales
- Madrid
- Ayuntamientos
- Gobierno municipal
- Empresas
- Transporte ferroviario
- Comunidad de Madrid
- Pol¨ªtica municipal
- Administraci¨®n local
- Arte
- Espa?a
- Cultura
- Espect¨¢culos
- Econom¨ªa
- Transporte
- Pol¨ªtica