Las quiebras empresariales y el paro siguen afectando a la econom¨ªa francesa
Las quiebras de empresas y el paro consecuente en los tres primeros meses del a?o 1984 confirman el alto coste que va a pagar este pa¨ªs para seguir contando en el mundo como una potencia competitiva. S¨®lo en el mes de marzo el paro afect¨® a 50.700 personas, y no se cuentan las suspensiones de pagos, no s¨®lo en el sector industrial de gran talla, sino en el de las peque?as y medianas empresas.
El n¨²mero de parados en Francia ronda en estos momentos los 2.500.000. En los tres primeros meses del a?o, 125.000 personas m¨¢s aumentaron las cifras de paro, y no se sabe lo que descubrir¨¢ de aqu¨ª a finales del presente a?o el llamado "paro de la Francia profunda": es decir, no el m¨¢s espectacular que afecta a las grandes empresas nacionales o multinacionales, sino el del comercio y el de peque?as industrias. En todo caso, se cuenta con que lo peor a¨²n no ha llegado, y no excluyen los tres millones de parados a la hora de realizar el balance de la reindustrializaci¨®n al alba de 1985.
Aumento de las quiebras
Los desastres econ¨®micos est¨¢n alcanzando cifras sin precedentes: 2.246 empresas quebraron el pasado mes de marzo, contra 1.314 en el mismo mes del a?o pasado. Las causas hay que buscarlas en la crisis gen¨¦ricamente, pero m¨¢s precisamente, en Francia, se se?ala la falta de competitividad como raz¨®n fundamental del descalabro, a su vez fundado en la indefinici¨®n industrial y en el exceso de cargas fiscales que soportaron las empresas durante la primera etapa de la gesti¨®n socialista, y que ahora producen sus efectos.En los meses inmediatos, Francia a¨²n conocer¨¢ d¨ªas negros, como lo acaban de anunciar dos noticias de los ¨²ltimos d¨ªas procedentes de empresas de gran envergadura: Michelin, n¨²mero dos del neum¨¢tico en el mundo, acaba de anunciar la supresi¨®n de m¨¢s de 4.000 puestos de trabajo (emplea 46.000 personas).
Ruptura de la coalici¨®n
Como ocurri¨® con los autom¨®viles Talbot, del grupo Peugeot, Talbot, Citr?en (PSA), Citr?en deja entender que necesita suprimir 6.000 empleos. Y a¨²n no le ha llegado el turno a la firma Renault, la primera empresa del pa¨ªs, nacionalizada, hasta la fecha valorada en ¨¢reas gubernamentales como el ejemplo social a seguir por el resto de los empresarios franceses.Este panorama social, consecuencia de la gesti¨®n que, desde hace un a?o, impuso el presidente de la Rep¨²blica contrariando a una parte importante de su mayor¨ªa de izquierda, es la que le crea los problemas pol¨ªticos que, sin duda, desembocar¨¢n en la separaci¨®n de los comunistas y socialistas. Nadie espera que con los embates que todav¨ªa proporcionar¨¢ la crisis a la actual coalici¨®n, sea posible mantener la fr¨¢gil entente lograda la pasada semana entre socialistas y comunistas.
Incluso en el propio Partido Socialista (PS), mayoritario en la Asamblea Nacional y plataforma electoral de Mitterrand, es muy posible que se produzcan fisuras irreparables. Los socialistas duros, que no son pocos en este pa¨ªs, no digieren que el realismo industrial del presidente pueda con la ideolog¨ªa que cultivaban en tiempos de la oposici¨®n al gaullismo-giscardismo.
Fran?ois Mitterrand, por el contrario, da la impresi¨®n de afrontar el momento m¨¢s cr¨ªtico de su septenio con serenidad, y deja entender que se quedar¨ªa solo antes de ceder. En su opini¨®n, el rigor econ¨®mico y la modernizaci¨®n de Francia, por dolorosos que sean hoy, son la garant¨ªa de la prosperidad de la Francia de los pr¨®ximos decenios de la tercera revoluci¨®n industrial. Por muchas bazas que ahora mismo pueda dar a la oposici¨®n de derechas.
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