Ansel Adams , el fot¨®grafo de la naturaleza
Har¨¢ pronto un a?o coment¨¢bamos en estas mismas p¨¢ginas, a prop¨®sito de una realmente extraordinaria exposici¨®n en Madrid, en la que se exhib¨ªan, creo recordar, alrededor de 40 fotograf¨ªas de Ansel Adams (San Francisco, California, 1902), que aqu¨¦lla podr¨ªa ser una oportunidad para alguno de nuestros museos. Pero no, ninguna instituci¨®n p¨²blica adquiri¨® alguna de aquellas obras de arte, en las que se a¨²nan a la perfecci¨®n las dos intensas pasiones de su autor: naturaleza y fotograf¨ªa.La fotograf¨ªa era para Ansel Adams como la m¨²sica: sensibilidad y precisi¨®n. Y nadie se interes¨® por comprar aquellas fotograf¨ªas en aquel momento a tan buen precio, que oscilaba entre los 4.000 d¨®lares y los 20.000. T¨¦ngase en cuenta que Ansel Adams ha sido el fot¨®grafo que en vida ha visto cotizarse m¨¢s alto una de sus obras: un vintage (copia de ¨¦poca) de Moonrise (Hern¨¢ndez, Nuevo M¨¦xico, 1944) se adjudic¨® en una subasta en Los Angeles, California, por la suma de 75.000 d¨®lares.
Ansel Adams dec¨ªa: "Una fotograf¨ªa es la expresi¨®n total de lo que uno siente". Y cualquier aficionado a la fotograf¨ªa, o simple y hermosamente cualquier persona, al acercarse a una superficie de Ansel Adams puede sentirse conmovido, pues son fotos vivas en las que todo, especialmente la naturaleza, est¨¢ all¨ª mismo, rebosando belleza, espl¨¦ndida, transmitiendo vida.
Deber¨ªamos tener obras as¨ª muy cerca de nosotros para poder aprender y gozar lo que realmente es un medio de expresi¨®n y un arte que naci¨® al tiempo que nuestros abuelos y se est¨¢ desarrollando ante nosotros tan cerca y cada vez m¨¢s lejos. Y pi¨¦nsese muy seriamente que es otra cosa, otra pol¨ªtica, la que hay que seguir si se quiere recuperar no ya el ayer: el ahora mismo. No basta, por m¨¢s loable que sea, ni el grano -que ha habido mucho- ni la paja -que hubo m¨¢s-, ni la coheter¨ªa, que es siempre la misma y de los mismos, de manifestaciones y esfuerzos de gigante como el que se ha hecho recientemente en Catalu?a. Admirable, s¨ª. Pero no es eso.
Manuel Esclusa expuso en la Galer¨ªa Ren¨¦ Metras: fascinante, incre¨ªble, prodigioso. Eso me pareci¨® su muestra. Ni en Nueva York, Par¨ªs, Londres o Los ?ngeles o Berl¨ªn o Berna se puede ver algo ni que se le aproxime. Tal es su modernidad. ?D¨®nde est¨¢ esa obra? ?Qui¨¦n o qui¨¦nes se interesaron por ella? Como m¨¢ximo se vender¨ªan algunas fotos a alg¨²n particular, a pesar del tama?o: murales algunas de ellas. ?Pero y la continuidad de ese autor, su obra de ma?ana, qui¨¦n, c¨®mo, qu¨¦?
Ansel Adams est¨¢ en todos los libros de fotograf¨ªas, y su obra est¨¢ en museos que se precian justamente de ser contempor¨¢neos, sin que importe en estos casos la nacionalidad.
Los libros, la experiencia
Su vida siempre estuvo ligada a la naturaleza desde que a la edad de 14 a?os visitase por primera vez Yosemite Valley. Y al arte desde que a los 18 a?os estudiase m¨²sica. En 1929 su encuentro con el fot¨®grafo Paul Strand (1890-1976) y su fascinaci¨®n por su obra fue decisiva.
En 1931, junto a Edward Weston (1886-1956), Brett, hijo de Weston, y Van Dyke funda el legendario grupo F.64. Pero ya hemos dicho que todo esto puede encontrarse afortunadamente en cualquier libro de fotograf¨ªa o enciclopedia que lo sea realmente. Sabremos all¨ª de ¨¦l y de su obra e incluso aprenderemos a controlar por zonas -como ¨¦l ense?¨®- las superficies fotogr¨¢ficas.
Pero para conocerlo habr¨¢ que acudir siempre a su obra, y en nuestro caso tendremos, como siempre, que recurrir a viajar, a salir de estos muros de esta patria nuestra, a veces tan estrechos y otras tan muros, para saber y conocer m¨¢s sobre lo que -quieran o no quieran algunos recalcitrantes e ineptos de nuestros m¨¢s directos responsables- son las artes visuales hoy, que es verdaderamente lo que importa.
Dijo Ansel Adams: "Mi enfoque de la fotograf¨ªa se basa en la fe que profeso tanto por lo grandioso como por lo humilde".
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