La investigaci¨®n cient¨ªfica y las carreras de burros
Algunos de los problemas m¨¢s importantes de la situaci¨®n de la ciencia en nuestro pa¨ªs podr¨ªan resumirse en la observaci¨®n de un joven y brillante colaborador de nuestro grupo de trabajo, que dec¨ªa, refiri¨¦ndose a los investigadores espa?oles: "No lo comprendo, os prepar¨¢is como un pura sangre para correr en carreras de burros". Ten¨ªa toda la raz¨®n. Un investigador, despu¨¦s de terminar su licenciatura en una universidad o escuela superior, trabaja durante tres o cuatro a?os en su tesis doctoral, sale a realizar un per¨ªodo de formaci¨®n de varios a?os en el extranjero (generalmente en laboratorios e instituciones de buena categor¨ªa) y, tras este aprendizaje, se considera que est¨¢ en condiciones de llevar a cabo su trabajo de una manera independiente (aunque no solitaria) y eficaz. En total, conseguir una formaci¨®n cient¨ªfica operativa le cuesta al investigador unos ocho a?os de su vida y al Estado varios millones de pesetas.Aquellos que tienen suerte pueden reintegrarse a su pa¨ªs y empieza para ellos una carrera de obst¨¢culos que convierte en poco tiempo el impulso que tra¨ªan en un trotecillo correspondiente a la mejor tradici¨®n de los rucios ib¨¦ricos.
La carencia de una pol¨ªtica cient¨ªfica en Espa?a hasta hace muy poco tiempo y el muy reciente y t¨ªmido inicio de la ni?sina hacen que, a¨²n en la actualidad, el n¨²mero. de l¨ªneas de trabajo y la elecci¨®n de los temas sean una responsabilidad exclusiva del investigador, dependiendo de sus gustos personales y siendo, en un elevado porcentaje de casos, una continuaci¨®n de lo que ven¨ªan realizando en los laboratorio! extranjeros en los que seformaron. Estos peque?os grupos no pueden nunca desarrollarse adecuadamente y alcanzar la masa cr¨ªtica necesaria para llevar a cabo un trabajo eficiente, independientemente de que est¨¦ integrado o no en unos objetivos nacionales.
Aislamiento
Los centros de trabajo en los que se realiza la actividad cient¨ªfica se encuentran en general mal dotados de servicios generales b¨¢sicos: administraci¨®n, gesti¨®n, servicio de reparaci¨®n el¨¦ctrica, fontaner¨ªa, almac¨¦n, etc¨¦tera, lo que hace que el investigador tenga que perder una parte importante de su tiempo realizando funciones de mecanograf¨ªa, pedidos, repaso de facturas, etc¨¦tera. El investigador tiende entonces a ser autosuficiente y a tener todo aquello que puede necesitar en alguna ocasi¨®n, d¨¢ndose la paradoja de la existencia de multiplicaciones de instrumental con una utilizaci¨®n ¨ªnfima, lo que supone un aut¨¦ntico despilfarro dentro de la pobreza.
Con todo, el aislamiento cient¨ªfico es lo que da?a m¨¢s gravemente la creatividad del investigador y, por ende, su capacidad productiva. Aun en los mejores casos de coordinaci¨®n, no m¨¢s de inedia docena de grupos de trabajo (entre 15 y 20 personas) se enfrenta con un tema com¨²n, lo que permite realizar una investigaci¨®n seria y de buena calidad, pero no posibilita la realizaci¨®n de objetivos que, por una parte, contribuyan al desarrollo de la ciencia como fuente de conocimiento y, por otro lado, ayuden a resolver a medio y largo plazo algunos de los problemas que la sociedad espa?ola tiene planteados: nuevas tecnolog¨ªas, nuevos materiales, recursos h¨ªdricos y su aprovechamiento m¨¢s eficaz, sanidad, etc¨¦tera. A modo de comparaci¨®n basta indicar que cualquiera de las multinacionales farmac¨¦uticas (Roche, Lilly, Sandoz, etc¨¦tera) dispone s¨®lo para investigar en farmacolog¨ªa de un n¨²mero de investigadores superior al existente en el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas en todas las ramas de la biolog¨ªa, desde la oncolog¨ªa a la entomolog¨ªa.
En estos momentos, el Gobierno y el partido que lo sustenta parece que son conscientes de la necesidad de la investigaci¨®n cient¨ªfica para cualquier sociedad avanzada en el ¨²ltimo tercio de nuestro siglo; tanto en su programa electoral como en declaraciones de sus l¨ªderes, as¨ª se reconoce. No obstante, la realizaci¨®n pr¨¢ctica del desarroflo de nuestra investigaci¨®n cient¨ªfica presenta problemas que hay que solventar urgentemente.
Renovaci¨®n
Existe un n¨²mero de investigadores espa?oles que realizan su trabajo en centros extranjeros de excelente nivel, y una de las posibilidades para el desarrollo de nuestra ciencia ser¨ªa el incorporarlos a laboratorios de nuestro pa¨ªs. Todo el mundo parece estar de acuerdo en ello. Sin embargo, ¨¦sta no puede ser la ¨²nica medida a realizar, ni siquiera la m¨¢s importante, aunque s¨ª la m¨¢s espectacular. La simple incorporaci¨®n de estos dent¨ªficos, acostumbrados a un sistema de investigaci¨®n m¨¢s eficiente, a nuestra estructura precaria, arcaica y burocr¨¢ticamente, r¨ªgida les llevar¨¢ en unos pocos a?os al desencanto ante la imposibilidad de llevar a cabo una investigaci¨®n eficiente y a una nueva emigraci¨®n, esta vez definitiva. Es necesario puntualizar, sin embargo, que a esta situaci¨®n se llegar¨ªa no tanto por falta de medios materiales como por la inexistencia de un ambiente cient¨ªfico en nuestra sociedad.
Existe el conve ncimiento entre gran parte de los cient¨ªficos espa?oles de que este es el momento de lograr una renovaci¨®n en la ciencia espa?ola, y est¨¢n dispuestos a prestar su esfuerzo a la misma. Pero evidentemente esto no es suficiente. El Gobierno debe, ineludiblemente, llevar a cabo una serie de acciones clave:
a) Unas medidas de tipo legal, estableciendo claramente las reglas del juego en las que se va a desenvolver la investigaci¨®n y que eliminen los cors¨¦s administrativos que la asfixian en la actualidad (desburocratizaci¨®n entre otras).
b) Una definici¨®n clara de los objetivos nacionales a los que debe .contribuir la investigaci¨®n, incluyendo como objetivo el desarrollo de la ciencia como actividad de conocimiento sin finalidades inmediatas, ya qu¨¦ la investigaci¨®n aplicada s¨®lo puede llevarse a cabo cuando existe un volumen suficiente de ciencia fundamental. La definici¨®n de prioridades deber¨ªa hacerse teniendo en cuenta que la capacidad investigadora y los recursos disponibles de nuestro pa¨ªs son limitados y no permiten. abordar todas las ¨¢reas de la ciencia.
e) Una pol¨ªtica de personal que ¨¦limine al funcionariado como ¨²nica manera de acceder a la investigaci¨®n y establezca unas pruebas de selecci¨®n que indiquen realmente la capacidad de trabajo del investigador. Estas medidas deben permitir la incorporaci¨®n de investigadores extranjeros que quieran trabajar en nuestro pa¨ªs y resulten en un beneficio claro, dada su categor¨ªa, para el mismo. Cabe indicar aqu¨ª la enorme potencialidad que ha perdido Espa?a con gran n¨²mero de excelentes investigadores procedentes del exilio suramericano y que han encontrado cobijo en otros pa¨ªses europeos (Francia, Alemania, Dinamarca, Reino Unido, etc¨¦tera). .
d) Un apoyo econ¨®mico decidido, que suponga un crecimiento de la investigaci¨®n financiada p¨²blicamente hasta alcanzar los niveles usuales en las sociedades industrializadas (1%-2%. del PIB). El Estado tiene, a su vez, la obligaci¨®n de exigir responsabilidades sobre la gesti¨®n y los resultados de las inversiones en ciencia.
e) La pol¨ªtica de crecimiento debe contemplar no solamente la creaci¨®n de centros funcionales, donde se pueda desarrollar la labor cient¨ªfica, sino tambi¨¦n la incorporaci¨®n a la investigaci¨®n de nuevas generaciones de j¨®venes comprometidos con la ciencia que en estos momentos se ven en la imposibilidad de hacerlo.
En unos momentos en que los pa¨ªses industrializados est¨¢n haciendo inversiones muy importantes en investigaci¨®n como alternativa para la superaci¨®n de la crisis econ¨®mica, es responsabilidad del Gobierno actual decidir r¨¢pidamente si nuestra ciencia debe continuar con el cansino andar del borrico o hacer un esfuerzo para incorporarse a la aut¨¦ntica carrera.
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