En Sanidad no ha habido ni reforma ni planificaci¨®n, ¨²nicamente gesti¨®n
MILAGROS P. OLIVALa Generalitat ha tenido la oportunidad de iniciar en Catalu?a y ofrecer al resto de Espa?a como modelo algunas de las reformas sanitarias por las que se clamaba desde hac¨ªa tiempo, pero la ha desperdiciado. El conseller Josep Laporte present¨® en febrero de 1983, poco despu¨¦s de que el nuevo Gobierno socialista anunciara su programa sanitario, un plan para reformar. la asistencia primaria en Catalu?a hecho con tal precipitaci¨®n que ni siquiera hab¨ªa sido evaluado econ¨®mica mente. Hoy, el plan sigue apenas reducido a la experiencia piloto de Ciutat Bad¨ªa. En el resto de Catalu?a, las consultas siguen masificadas y el promedio destinado por el m¨¦dico al paciente sigue siendo de tres minutos.
La reforma, de la asistencia hospitalaria ni se ha intentado. El conseller Laporte se justifica diciendo que el actual marco no deja margen a Catalu?a para intentar ninguna reforma, lo cual no, le impidi¨® antes presentar a bombo y platillo su plan.
Ya que no reformas, se esperaba al menos de la Generalitat una planificaci¨®n sanitaria, tanto m¨¢s necesaria cuanto que la mayor¨ªa de los proyectos de la Seguridad Social en construcci¨®n (residencias de Can Ruti, Sabadell-Terrassa y Vic, por ejemplo), entraban en flagrante duplicidad con hospitales privados concertados. El instrumento de planificaci¨®n deb¨ªa ser el desarrollo del Mapa Sanitario de la Generalitat provisional.
La oposici¨®n ha criticado que la Generalitat no aprovechara el a?o y medio que trascurri¨® hasta el traspaso de competencias para desarrollar dicho mapa. Pero no lo hizo entonces, ni lo present¨® al Parlamento antes del '31 de diciembre., como estipulaba el mandato parlamentario, sino en el ¨²ltimo momento, cuando ya ni siquiera pudo ser discutido en la C¨¢mara.
Las cuentas poco claras
No hubo, pues, reforma ni planificaci¨®n. Queda por evaluar la gesti¨®n. El ministro Ernest Lluch ha acusado en varias ocasiones a la Generalitat de realizar una gesti¨®n poco rigurosa, de gastar el dinero alegremente. Lo cierto es que las cuentas no han sido aclaradas, que el presupuesto del Estado de 19.83 tuvo que cerrarse sin el apartado correspondiente al balance de la Seguridad Social en Catalu?a y que el ministro Lluch no ha obtenido respuesta a la carta que remiti¨® el 14 de febrero a Pujol, reclam¨¢ndole informaci¨®n sobre una relaci¨®n de temas econ¨®micos "muchos de ellos graves e incluso algunos grav¨ªsimos", que ya hab¨ªa requerido en dos ocasiones.
Hasta diciembre de 1983, la diferencia entre lo presupuestado por la Generalitat desde las trasferencias sumaba 48.000 millones de pesetas. Tras los acuerdos entre Felipe Gonz¨¢lez y Jordi Pujol sobre valoraciones, el Departamento de Sanidad recibi¨® 33.000 millones y el conseller Laporte declar¨® que con esta cifra se enjugaba todo el d¨¦ficit. La oposici¨®n teme que la Generalitat no sepa en realidad cu¨¢nto ha gastado.. En esta direcci¨®n apunta un informe firmado por varios interventores de la Seguridad Social, en el que los autores expresan sus dudas sobre la eficacia del nuevo sistema de control del gasto establecido por al Generalitat, e incluso sobre su legalidad. Pujol ha afirmado recientemente que las inversiones realizadas en Sanidad han sido financiadas con dinero del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial.
Despilfarro en la penuria
Sean o no presentadas las cuentas claras alg¨²n d¨ªa, el deterioro de la sanidad p¨²blica, y muy particularmente de los hospitales, ha provocado incluso la toma de posici¨®n, por primera vez en muchos a?os, del colectivo de m¨¦dicos. Concretamente la Asociaci¨®n Profesional de Facultativos, a la que pertenecen m¨¢s del 80%. de las plantillas de las residencias de Valle Hebr¨®n, Can Ruti y Bellvitge, pidi¨® p¨²blicamente el 24 de febrero pasado que se frenara el grave deterioro de los hospitales.
La asociaci¨®n denunci¨® que, mientras el deterioro aumenta peligrosamente, se destinan ingentes recursos a pagar en hospitales privados los servicios que deber¨ªan prestar los p¨²blicos. Por ejemplo, los enfermos que ingresan grav¨ªsimos en Valle Hebr¨®n y han de ser trasladados en ambulancia a cl¨ªnicas privadas porque los esc¨¢neres de la residencia est¨¢n averiados o no hay turno de noche.
O los muchos enfermos citados para ser operados varios meses despu¨¦s, que acaban siendo intervenidos en cl¨ªnicas privadas a cargo de la Seguridad Social, a veces incluso por los mismos m¨¦dicos que deb¨ªan operarlos en la residencia., Otro ejemplo: la Seguridad Social paga s¨®lo en taxis y desplazamientos de los enfermos que precisan rehabilitaci¨®n, sin contar la asistencia, mucho m¨¢s de lo que le costar¨ªa mantener a pleno rendimiento sus servicios.
De esta situaci¨®n se benefician cl¨ªnicas y centros de rehabilitaci¨®n privados, a los que est¨¢n vinculados a veces incluso jefes de departamento o de servicio de la Seguridad Social, lo cual demuestra que la Generalitat no ha sabido o no ha querido acabar con la corrupci¨®n que afecta a un reducido n¨²mero de profesionales pero tiene grav¨ªsimas consecuencias. Y cuando se ha intentado poner orden y exigir al menos el horario estipulado, el Departamento de Sanidad ha dado marcha atr¨¢s con cierta facilidad.
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