La inc¨®gnita de la participacipaci¨®n, clave de los resultados tras la asistencia masiva a los ¨²ltimos actos electorales
Con la participaci¨®n como la mayor inc¨®gnita de la jornada electoral de hoy, y tambi¨¦n como posible clave del resultado, los ciudadanos catalanes renovar¨¢n por primera vez el Parlament surgido del Estatuto de autonom¨ªa de 1979. Queda atr¨¢s una jornada de reflexi¨®n absolutamente tranquila y embotada, una campa?a electoral marcada por la ausencia de un debate en profundidad sobre la obra de Gobierno desarrollada por Converg¨¨ncia i Uni¨®, la falta de concreci¨®n program¨¢tica de la alternativa socialista y una escasa movilizaci¨®n popular, salvo, en lo que respecta a este ¨²ltimo elemento, la jornada de clausura, en la que dos presidentes en liza, el del Gobierno y el que hasta ahora lo ha sido de la Generalitat, despertaron los ¨²nicos entusiasmos masivos. La selecci¨®n de fechas que hizo Jordi Pujol para este proceso electoral, con la campa?a partida por unas vacaciones muy soleadas de Semana Santa y el voto dentro de lo que para muchos catalanes es el largo puente del 1? de mayo, no es ajena a las previsiones existentes sobre el abstencionismo.
El aspirante a la reelecci¨®n, Jordi Pujol, que ha hecho o¨ªdos sordos a la petici¨®n de Raimon Obiols de un cara a cara televisivo, ha visto cumplido uno de sus posibles objetivos: la campa?a se ha caracterizado por cierta frialdad. Eso no favorece a la participaci¨®n, que se presume -a tenor de los sondeos- s¨®lo ligeramente superior a las de las elecciones auton¨®micas de 1980 (61,43%), a pesar de que en los cuatro a?os transcurridos la instituci¨®n auton¨®mica ha dejado sentir su peso y muchos de los que entonces pod¨ªa considerar que les era ajena ahora saben que incide sobre sus vidas cotidianas.Del grado de abstenci¨®n depende, seg¨²n la mayor¨ªa de las opiniones, no s¨®lo la victoria de CiU o del PSC, sino el tipo de Gobierno. Si se hace caso de las previsiones, los hipot¨¦ticos Gobiernos de izquierda o derecha son directamente proporcionales a una participaci¨®n alta o a una participaci¨®n baja. ?sta fue la raz¨®n determinante para que el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, decidiera participar para intentar levantar para el Partit dels Socialistes (PSC) el voto de los habitantes del cintur¨®n industrial y de los municipios de la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona, donde habita la mitad de la poblaci¨®n de Catalu?a y en la cual reside un mill¨®n largo de trabajadores inmigrantess. Lajornada de reflexi¨®n de ayer estuvo marcada as¨ª por la incidencia de las palabras de Felipe Gonz¨¢lez recogidas en los medios de comunicaci¨®n.
La guerra del cintur¨®n
Desde antes de conocerse los sondeos, y especialmente en la recta final, los socialistas han convertido la campa?a en una cruzada contra la abstenci¨®n. La poblaci¨®n inmigrada, con menos arraigo en Catalu?a y por tanto m¨¢s proclive a desentenderse en unos comicios de este tipo, fue la que en 1980 nutri¨® el segmento abstencionista y la que facilit¨® la primera -y hasta ahora ¨²nica derrota electoral- de los socialistas y de la izquierda catalana. No es casualidad, por lo tanto, que todos los partidos -incluido el de Pujol- hayan prestado una especial atenci¨®n a los barrios de ese doble cintur¨®n industrial que rodea Barcelona, porque en definitiva por la circunpripci¨®n de Barcelona se eligen 85 de los 135 diputados que compondr¨¢n de nuevo el Parlamento de Catalu?a. Siguiendo esta misma t¨®nica, Alianza Popular ha llevado all¨ª a Jorge Vertrynge, y el PSUC a Gerardo Iglesias.
Converg¨¨ncia i Uni¨® ha hecho descansar su campa?a en, dos esl¨®ganes: la Obra feta y Nunca nadie hab¨ªa hecho tanto por Catalu?a. A modo de, infraestructura, la Generalitat habilit¨® durante la precampa?a una exposici¨®n itinerante con todo lo positivo que ha visto Catalu?a en los cuatro ¨²ltimos a?os, aunque no le correspondiera la gloria exclusivamente a ella, pues en esas realizaciones hay mucho trabajo y dinero de los ayuntamientos y las diputaciones. Pero la exhibici¨®n se hizo sin bajar excesivamente a esos matices. Con esta estrategia, Pujol se anticip¨® a, los socialistas, que proyectaban martillear al electorado con "las escasas realizaciones de la Generalitat durante su mandato".
La supuesta reforma de la Constituci¨®n
En el primer minuto de la campa?a Pujol destap¨® el que ser¨ªa uno de sus argumentos m¨¢s reiterados: la hip¨®tesis de un supuesto pacto entre AP y el PSOE para reformar tras estas elecciones el T¨ªtulo VIII de la Constituci¨®n, el relativo a las autonom¨ªas. La insistencia de Jordi Pujol y de Miquel Roca en el tema motiv¨® que el ministro de Administraci¨®n Territorial, Tom¨¢s de la Quadra, uno de los m¨¢s firmes defensores de la LOAPA y el miembro del Gobierno cuya gesti¨®n despierta menos simpat¨ªas en Catalu?a, calificara de "delirio electoral" esta acusaci¨®n, pero el tema ya estaba en el electorado.
Las otras t¨¢cticas
El resultado que obtenga Esquerra Republicana, que seg¨²n las encuestas puede mantener su incidencia en Catalu?a, y tambi¨¦n el PSUC, es un importante elemento para el PSC. Los oradores socialistas han abandonado en sus intervenciones p¨²blicas cualquier alusi¨®n cr¨ªtica a ERC, al leer en los sondeos electorales que en todo caso solo con ambos ser¨ªa posible su "Gobiernp de mayor¨ªa de izquierda, pol¨ªtica de unidad".
El papel de Alianza Popular se ha ido diluyendo con el paso de los d¨ªas. El partido de Fraga marc¨® inicialmente una l¨ªnea de ataque simult¨¢neo a CiU y PSC que ha debido evidenciarsele como err¨®nea. ya que, tras un espectacular giro, luego ha clamado para erigirse en "la barrera contra el socialismo", atenuando las cr¨ªticas al partido de Pujol, al tiempo que se le ofrecia para pactar programa y Gobierno.
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