La confusi¨®n reina en la pol¨ªtica exterior de Tr¨ªpoli
Las declaraciones p¨²blicas de Muamar el Gadafi, peculiares y algunas veces contradictorias, y sus acciones en asuntos internacionales preocupan a algunos de sus compatriotas. En un discurso pronunciado hace aproximadamente un mes afirm¨® p¨²blicamente que "para vejar a Estados Unidos, Libia podr¨ªa proporcionar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica bases a lo largo de los 2. 100 kil¨®metros, de la costa mediterr¨¢nea del pa¨ªs. Podemos cambiar el equilibrio (entre las superpotencias) miles de veces y darle la vuelta a la tortilla", dijo Gadafi.Sin embargo, en una entrevista reafliada la semana pasada en Tr¨ªpoli, Al¨ª Treiki, ministro de Asuntos Exteriores, desech¨® esta idea. "Estamos contra el asentamiento de tropas extranjeras en cualquier otro pa¨ªs..., sean las de Estados Unidos en Granada o las de los sovi¨¦ticos en Afganist¨¢n". Y a?adi¨®: "No aceptamos el comunismo y nunca aceptaremos el comunismo, y ellos lo saben".
El coronel Gadafi pareci¨® enviar recientemente otra confusa se?al a un aliado africano. Sam Nujoma, l¨ªder de la Organizaci¨®n del Pueblo de ?frica Suroccidental (SWAPO), que lucha para poner fin a la dominaci¨®n de ?frica del Sur sobre Namibia, lleg¨® a Tr¨ªpoli a principios de abril para ver al coronel Gadafi y conseguir m¨¢s dinero para a?adir a los millones de d¨®lares que, seg¨²n Nujoma, ha proporcionado el l¨ªder libio a sus fuerzas rebeldes. Durante seis d¨ªas, Nujoma permaneci¨® abandonado en un hotel de la costa, ignorado por el coronel Gadafi.
Por el contrario, cuando Maurice Bishop, el asesinado l¨ªder de la isla caribefla de Granada, visit¨® al coronel Gadafi en 1982, se aloj¨® en su casa de invitados y pas¨® cuatro d¨ªas con el l¨ªder libio.
La forma en que Libia manej¨® su crisis con el Reino Unido, desde los disparos del 18 de abril desde la Oficina del Pueblo Libio, o embajada, en Londres, hasta el momento en que los brit¨¢nicos, cinco d¨ªas m¨¢s tarde, decidieron romper las relaciones con Libia, fue torpe desde el principio al fin, seg¨²n algunos funcionarios libios.
Muchas voces en el Gobierno libio se alzaron a favor de una soluci¨®n pactada. "?Qu¨¦ ventajas posibles, concebibles, tendr¨ªa el romper las relaciones con los brit¨¢nicos?", se pregunt¨® un funcionario. Fuad Zaliteni, uno de los int¨¦rpretes del coronel Gadafi, dijo que la acci¨®n brit¨¢nica fue una especie de sello internacional de desaprobaci¨®n.
Estaba claro en Tr¨ªpoli que nadie ten¨ªa autoridad para conducir las negociaciones por parte libia aunque Al¨ª Treiki estaba encargado nominalmente de ellas. Varias horas despu¨¦s del anuncio de que se romper¨ªan las relaciones, el embajador del Reino Unido, Oliver Miles, dijo de Treiki en una entrevista: "La mitad de su gabinete: est¨¢ contra ¨¦l. No tiene ninguna autoridad".
Al d¨ªa siguiente de los incidentes de Londres, el Comit¨¦ del Pueblo, de la Oficina de las Relaciones Internacionales, que es el nombre utilizado en Tr¨ªpoli para el Ministerio de Asuntos Exteriores, hizo p¨²blico un comunicado atacando a los brit¨¢nicos por su agresi¨®n contra la embajada, por su "arrogancia y barbarie", y prometiendo "venganza". Treiki dijo al d¨ªa siguiente: "Los brit¨¢nicos son gente muy razonable, gente con quien podemos tratar".
El coronel Gadaf¨ª se situ¨® a medio camino entre las dos posiciones de su Gobierno revolucionario: la de los Comit¨¦s del Pueblo y la de los bur¨®cratas y funcionarios m¨¢s antiguos, como Treiki (embajador en las Naciones Unidas hasta hace algo m¨¢s de un mes), que en su mayor parte son profesionales formados en Occidente.
Los comit¨¦s, que te¨®ricamente tienen todo el poder, est¨¢n dominados por libios muy j¨®venes, dedicados a los principios revolucionarios y llenos de fervor ret¨®rico. En el Ministerio de Asuntos Exteriores el comit¨¦ est¨¢ compuesto por 10 miembros, muchos de los cuales no tienen preparaci¨®n diplom¨¢tica ni cualificaci¨®n alguna. Un funcionario los denomin¨® "bur¨®cratas callejeros".
El coronel Gadafi, que no quiere o no puede resolver las disputas entre las dos facciones, a menudo les deja discutir y contradecirse mutuamente. Los resultados son ca¨®ticos.
Para hacer a¨²n m¨¢s confusas las acciones libias durante la crisis brit¨¢nica, seg¨²n manifestaron en Tr¨ªpoli algunos funcionarios, el coronel. Gadafi estuvo enviando sus propios mensajes personales de "aliento revolucionario" a los que ostentaban el mando de la Oficina del Pueblo en Londres durante el cerco establecido por la polic¨ªa brit¨¢nica. De esta forma, las negociaciones fueron llevadas por los libios en cuatro frentes: Treiki, el Comit¨¦ del Puebio en Tr¨ªpoli, la Oficina del Pueblo en Londres y Gadafi.
Copyright Bob Woodward / Washington Post
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