El cine espa?ol recupera los m¨ªticos estudios Bronston
La r¨¦plica madrile?a de Hollywood ha sido rescatada por Cultura 12 a?os despu¨¦s de su embargo a1 productor norteamericano
Los estudios Bronston, un complejo de chales y plat¨®s que ocupan los antiguos pabellones de Instalaciones Cinematogr¨¢ficas Chamart¨ªn, van a ser recuperados para el cine espa?ol tras 12 a?os de clausura y deterioro. "Ha sido milagroso interrumpir la orden de derribo", asegura el director de cine Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n.
Un guarda que depende del Banco Exterior, entidad que embarg¨® los estudios al m¨ªtico Samuel Bronston tras la quiebra de sus actividades en Espa?a, custodia los plat¨®s y chal¨¦s que forman el complejo cinematogr¨¢fico, acompa?ado de dos perros semimansos. Parte de los edificios se han hundido y la hierba que rodeaba a los chal¨¦s se ha espesado de forma salvaje y c¨®moda en estos 10 a?os de olvido.Pero en esta finca de aspecto abandonado se encuentran tres importantes plat¨®s, los segundos de Europa en importancia. Uno de ellos, el grande, alberg¨® los interiores de La ca¨ªda del Imperio Romano y El fabuloso mundo del circo, entre otras pel¨ªculas. Eran, pues, la fruta prohibida y codiciada de los directores de cine espa?oles y de algunos extranjeros habituados a la ¨¦poca dorada de los a?os cincuenta y sesenta, en la que Espa?a ofrec¨ªa un buen racimo de estudios cinematogr¨¢ficos, convertidos inexorablemente en los ¨²ltimos 10 a?os en solares apetecidos por las inmobiliarias.
El destino de los estudios Bronston tambi¨¦n parec¨ªa encaminarse hacia la transformaci¨®n en una torre de pisos. En estos a?os de duda hamletiana, los anteriores directivos del Bando Exterior no se aventuraron en la explotaci¨®n cinematogr¨¢fica del inmueble y s¨®lo los han alquilado en contadas ocasiones y tras gestiones personales directas.
"Ten¨ªamos ya el oficio para tirarlos", aclara Francisco Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez, presidente del Banco Exterior. "El ayuntamiento hab¨ªa decidido que eso se derrumbara para que adquiriese plusval¨ªa". Pero la perseverancia de Pilar Mir¨®, apoyada por el mundo del cine, ha logrado detener la acci¨®n de la piqueta. "Estamos satisfechos del acuerdo logrado con el Ministerio de Cultura para que en el plazo de a?o, y medio aquel organismo compre el inmueble", reconoce el presidente del Banco Exterior. "Ten¨ªamos otras ofertas, pero no quer¨ªamos especular, sino rescatar este patrimonio cultural y darle una salida. El precio de venta ser¨¢ el mismo que figura en el registro y, a partir de ahora, habr¨¢ una explotaci¨®n conjunta". Un contento general que saborea ya Guti¨¦rrez Arag¨®n, el primer director que utilizar¨¢ los estudios tras la entente. "El d¨ªa 17 comenzar¨¦ el rodaje de La noche m¨¢s hermosa, con Victoria Abril, Jos¨¦ Sacrist¨¢n, Bibi Andersen y Fernando Fern¨¢n-G¨®mez". Aunque los estudios ya se han estado usando por TVE para la serie de Santa Teresa, como se?al premonitoria de su inminente normalizaci¨®n.
Ni luz ni tel¨¦fono
Los proyectos de Cultura son financiar su adecentamiento en base a las cuotas de alquiler de los cineastas. "Es probable que vuelva el cine americano y que haya un segundo boom de producci¨®n de pel¨ªculas, aunque de una manera distinta, porque los colosales de tipo hist¨®rico que hac¨ªa Bronston ya est¨¢n superados. No se trata de recuperar el esplendor pasado, sino la funcionalidad del recinto", puntualiza Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n.La emoci¨®n del pasado es m¨¢s literaria que real cuando se visitan los estudios. No hay luz ni tel¨¦fono y se asemeja a un campamento largo tiempo abandonado. Ni caravanas de ocho metros de largo y aire acondicionado para estrellas, ni luces, ni la piscina abierta que sal¨ªa milagrosamente de una trampa. El declive es palpable, pero nadie pretende resucitar el imperio de Samuel Bronston ni reinventar su figura m¨ªtica y pol¨¦mica.
Este m¨ªster Marshall del cine que fue Bronston inici¨® su primera pel¨ªcula en Espa?a, John Paul Jones, en 1957. Su presencia en nuestro pa¨ªs no fue un caso aislado. Tras la guerra civil y la primera etapa de autarqu¨ªa econ¨®mica, un importante volumen de capital procedente de la explotaci¨®n de pel¨ªculas qued¨® inmovilizado en Espa?a y sin posibilidad de salida exterior. Surgi¨® as¨ª la f¨®rmula de producir pel¨ªculas de factura norteamericana en el interior y luego sacar las cintas como forma legal de evadir las divisas. Esa tentaci¨®n atrajo a multinacionales importantes, y entre 1950 y 1955 se rodaron M¨ªster Arkadin, Orgullo y pasi¨®n y Alejandro Magno, entre otras. Pero Sam Bronston ten¨ªa carisma e imaginaci¨®n. Su ambici¨®n no se limitaba a hacer de Espa?a una filial pobre de Hollywood. Quiso hacer su propio Hollywood, repartido entre Chamart¨ªn (interiores) y Las Matas (exteriores), un imperio cinematogr¨¢fico que con el tiempo deslumbrara y enterrara al de Los ?ngeles.
Sam Bronston naci¨® en Bessarabia (provincia rusa de origen rumano), en 1908, en una familia de granjeros, de ascendencia jud¨ªa, que emigr¨® a Par¨ªs tras la revoluci¨®n de 1917. Se introdujo en el mundo de la distribuci¨®n de cine y, contaba con una exhaustiva lista de contactos dentro de la distribuci¨®n independiente. Hab¨ªa tenido tiempo de conocer por dentro Hollywood y no le hab¨ªa gustado. Los magnates de la industria tampoco le amaban, le ten¨ªan en la lista negra, sol¨ªa decir Sam. Todav¨ªa hoy, una de sus obsesiones es que no es bien mirado en Hollywood, aunque su hija Andrea le recuerda que las nuevas generaciones s¨ª le quieren, que sus enemigos ya est¨¢n muertos.
Aunque educado en la religi¨®n cristiana, Sam Bronston re¨²ne todos los t¨®picos que rodean a un jud¨ªo, especialmente su sentido mesi¨¢nico. Ten¨ªa agallas. Para su pel¨ªcula producida en Espa?a John Paul Jones obtuvo ayuda del Gobierno ingl¨¦s a trav¨¦s de la Marina. Su segunda cinta, Rey de reyes, ofreci¨® una imagen disculpatoria de los jud¨ªos en la crucifixi¨®n de Cristo, lo que le propici¨® la confianza del capital jud¨ªo. Pero este sector no vio con buenos ojos que ocho a?os despu¨¦s, ¨¦poca en la que se inicia el derrumbe, el Vaticano condecorara a Sam.
Ascensi¨®n y ca¨ªda
La ascensi¨®n y ca¨ªda de Bronston, sin embargo, est¨¢ ligada directamente a sus misteriosas relaciones con Pierre Dupont III, de la Dupont de Nemours. La inicial amistad personal entre ambos propici¨® la financiaci¨®n de las pel¨ªculas m¨¢s fastuosas de la compa?¨ªa Bronston Productions Inc.: El Cid, 55 d¨ªas en Pek¨ªn, La ca¨ªda del imperio romano y El fabuloso mundo del circo. "Pero las pel¨ªculas no dieron dinero a corto plazo y Dupont retir¨® la confianza", recuerda el entonces ayudante de producci¨®n de Bronston y actual productor, Teddy Villalba. Se estima que Bronston gast¨® al menos un promedio de 10 millones de d¨®lares procedentes de Dupont en cada una de sus pel¨ªculas. Pero antes de que se consumara la ruptura, Sam hab¨ªa comprado los estudios Chamart¨ªn, a trav¨¦s de la sociedad Bronston Espa?a, SA, con capital de su socio latinoamericano, Jaime Prades. La compra cost¨® alrededor de 80 millones, seg¨²n cree recordar el abogado Jos¨¦ Mario Armero, incluyendo en la operaci¨®n la construcci¨®n del plat¨® grande, necesario para montar La ca¨ªda del imperio romano.Una borrascosa reuni¨®n de abogados de Dupont y Bronston en Nueva York decidi¨® el futuro del productor en 1964: los negativos y la propiedad de las pel¨ªculas pasaron ¨ªntegramente a Dupont. Es la ruina para Sam Bronston, que s¨®lo conserva los estudios madrile?os.
Empieza una segunda etapa de siete a?os para Bronston, en la que, una y otra vez, testarudo, trata de salvarse del naufragio. Uno de sus proyectos, una pel¨ªcula sobre Isabel la Cat¨®lica, le hace volar de nuevo. Pero el capital, ingl¨¦s, se retira al rechazar Bronston el director que le impon¨ªan. Los enfrentamientos de Sam con los directores no eran infrecuentes. El m¨¢s dram¨¢tico fue con Nicholas Ray, director de 55 d¨ªas en Pek¨ªn. El intimismo de Ray chocaba con un enfoque de acci¨®n por parte de Bronston. Una enfermedad del director antes de que acabara la pel¨ªcula le dio a Bronston la excusa para que la terminara Andrew Marton, un director de segundas unidades. "Es un hombre de gran coraz¨®n", dice su hija Andrea, "aunque tiene mal genio". "Es regordete, con cara de bueno y listo, como el pap¨¢ pitufo", sigue diciendo su hija, residente en Espa?a y cantante acompa?ante del coro de Camilo Sexto.
Su ¨²ltima esperanza fue que el Gobierno espa?ol le ayudara en la producci¨®n de Isabel de Espa?a. Sus relaciones con el poder eran buenas -fue intermediario en la compra de petr¨®leo- y El Cid se hab¨ªa identificado con la propaganda de la Espa?a imperial. La espada del Cid que se utiliz¨® en la pel¨ªcula le fue entregada a Men¨¦ndez Pidal. Bronston, a su vez, fue condecorado. El entonces Pr¨ªncipe de Espa?a, a quien le hab¨ªan castigado sin sala de proyecciones en su residencia, de vez en cuando ve¨ªa pel¨ªculas en los estudios Bronston. Fraga coquete¨® con ¨¦l e incluso le anim¨®, pero no le prest¨® apoyo directo para la pel¨ªcula. Subsisti¨® hasta 1971, hipotecando los edificios de los estudios al Banco Exterior y alquilando los servicios a TVE. Una situaci¨®n inc¨®moda para la direcci¨®n del Banco, que, seg¨²n explita Teddy Villalba, presion¨® directamente al ministro S¨¢nchez Bella para que TVE dejara de rodar en ellos. La improductividad de los estudios precipit¨® el embargo y la subasta p¨²blica de los bienes. "Se llevaron hasta la central el¨¦ctrica". El hombre que pag¨® un mill¨®n de d¨®lares a Sof¨ªa Loren tuvo que hacer frente a un consejo de acreedores y abandon¨® Espa?a. Sus abogados dicen que pag¨® a todos, aunque, seg¨²n otros, dej¨® deudas. Su hija Andrea, que no quiso marcharse y se qued¨® a vivir en casa de Luc¨ªa Bos¨¦, recibe de cuando en cuando llamadas de su padre preguntando si todav¨ªa se acuerdan de ¨¦l aqu¨ª. Los que le conocen dicen que todav¨ªa no ha renunciado a hacer Isabel de Espa?a... "Tendr¨¦ que llamarle para decirle que los estudios no van a terminar pudri¨¦ndose, que de nuevo van a servir para hacer cine", declara su hija.
Babelia
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