Nueva pel¨ªcula de Bergman despu¨¦s de su retirada del cine

Con Despu¨¦s del ensayo, una pel¨ªcula rodada para la televisi¨®n, en la que tres personajes debaten sus pasiones personales, Ingmar Bergman, que hab¨ªa anunciado su despedida de la industria cinematogr¨¢fica con Fanny y Alexander, ha vuelto a situarse tras las c¨¢maras.

La expectaci¨®n que el hecho hab¨ªa despertado se ha visto disminuida, sin embargo, tras la visi¨®n de este nuevo filme, quiz¨¢ porque Bergman recopila en ¨¦l algunas de sus viejas constantes (el mundo del teatro, de la representaci¨®n, de la soledad y de las mujeres) sin ofrecer una perspectiva sustancialmente distinta. En la misma jornada, y tambi¨¦n fuera de concurso, se ha presentado, como inauguraci¨®n del festival, la ambiciosa pel¨ªcula francesa Fuerte Saganne, que fue re¨ªda por el p¨²blico en algunos de sus momentos m¨¢s dram¨¢ticos.Bergman sit¨²a a un director en la soledad de un escenario. Ha concluido el ensayo de una obra de Strindberg y se dispone a reflexionar entre esos viejos amigos que son los utensilios de la escena: cualquiera de ellos le ha servido en montajes anteriores. Su descanso, sin embargo, es imposible: dos actrices le interrumpen reproch¨¢ndole su ego¨ªsmo, su falta de amor. La primera es una muchacha joven, ambiciosa y pueril, que desea triunfar. La segunda es una envejecida Ingrid Thulin, desesperada por la ruina de su rostro, por su dependencia del alcohol y por el olvido al que la someten los dem¨¢s directores de escena y empe?ada en recuperar la vieja historia de amor que le uni¨® en tiempos al fr¨ªo Josephson.

El trabajo actoral es, de nuevo, realmente espl¨¦ndido, sobre todo en lo que concierne a Ingrid Thulin, quien aporta suficientes datos para reconocer en la tragedia de su personaje algunas angustias propias, la pel¨ªcula de Bergman se abrir¨ªa, as¨ª, a una reflexi¨®n personal, a otro testamento, referido en este caso a sus relaciones con los c¨®micos que le han acompa?ado a lo largo de su filmograf¨ªa, y de su trabajo en el teatro. Moroso, pero interesante, Despu¨¦s del ensayo no aporta, en cualquier caso, elementos nuevos en la est¨¦tica de Bergman.

Antig¨¹edad que conecta con Fuerte Saganne, aunque en este caso de forma irritante, sin valor real alguno, pel¨ªcula francesa que inaugur¨® el festival, precedida de ciertos entusiasmos cr¨ªticos entre la Prensa francesa, nacidos de su respeto por el alto costo de la producci¨®n y el indudable esfuerzo que supone el rodaje de un filme de m¨¢s de tres horas de duraci¨®n en pleno desierto del S¨¢hara. Pero Alain Corneau, su director, no se ha esforzado igualmente por entender el sue?o colonialista franc¨¦s desde un ¨¢ngulo ajeno al fanatismo patri¨®tico.

Saganne, ese legendario h¨¦roe que dedica su vida al entendimiento con los ¨¢rabes, a veces en contra de sus superiores militares, no es un personaje distinto a los que Alfredo Mayo o Armando Calvo interpretaron en Harka o Los ¨²ltimos de Filipinas. La pel¨ªcula s¨ª est¨¢ mejor realizada que aquellas, pero sin alcanzar tampoco una dimensi¨®n de mayor trascendencia. De hecho, el p¨²blico ri¨® en algunos momentos dram¨¢ticos y escamote¨® sus aplausos finales, sembrando as¨ª de inquietud el panorama del festival, que se anunciaba como uno de los m¨¢s importantes.