La herencia malgastada de Torrijos
Unas elecciones marcadas por la sospecha del fraude frustran los sue?os populistas del desaparecido general paname?o
Tratando de explicar a un grupo de periodistas qu¨¦ es lo que Omar Torrijos ha supuesto para Panam¨¢ y qu¨¦ es lo que queda de la labor que el general realiz¨® desde que tom¨® el poder en 1968 hasta su muerte en accidente a¨¦reo en 1981, el actual comandante de las Fuerzas de Defensa paname?as, general Manuel Antonio Noriega, dec¨ªa el pasado viernes que "el torrijismo es una cuenta corriente de, supongamos, un mill¨®n de d¨®lares que Omar nos dej¨® en el banco. De ah¨ª se ha estado sacando desde su muerte cada vez que se necesitaba, sin ingresar nada, hasta llegar a una situaci¨®n de n¨²meros rojos".
ENVIADO ESPECIALUn comentarista paname?o aseguraba que el torrijismo sin Torrijos no es m¨¢s que un grupo de malos pol¨ªticos acostumbrados a vivir bajo el manto protector del general y un pu?ado de militares ambiciosos y corrompidos. Todos los presidentes civiles que sucedieron a Torrijos salieron precipitadamente de su cargo. Ar¨ªstides Royo, actual embajador en Espa?a, se convirti¨® en uno de los hombres m¨¢s odiados por la Guardia Nacional y fue v¨ªctima del gargantazo, alusi¨®n a la recomendaci¨®n de que fuese a otro pa¨ªs para cuidarse su dolencia de garganta. De la Espriella se vio forzado a una extra?a dimisi¨®n porque la Guardia lo consideraba falto de car¨¢cter.
Tampoco parece que haya reinado la armon¨ªa en las filas militares. El hombre que sucedi¨® a Omar Torrijos en la comandancia de las Fuerzas Armadas paname?as, el general Flores, pas¨® a retiro en circunstancias dudosas. Susucesor, Rub¨¦n Dar¨ªo Paredes, fue empujado del cargo por sus ambiciones pol¨ªticas... y por el actual comandante, Manuel Antonio Noriega, antiguo jefe del servicio secreto y, probablemente, el militar m¨¢s poderoso despu¨¦s de Torrijos.
Panam¨¢ ha vivido en los ¨²ltimos a?os una carrera desenfrenada por llegar lo antes posible lo m¨¢s arriba posible en un c¨ªrculo vicioso de corrupci¨®n que ha provocado que el pueblo paname?o no crea en sus dirigentes, sean estos civiles o militares.
Tensi¨®n y malestar
La culminaci¨®n han sido unas elecciones sobre las que han flotado todas las sospechas posibles de fraude y que han contribuido a crear un ambiente de tensi¨®n y malestar entre la poblaci¨®n que, antes o despu¨¦s, puede aflorar con resultados dram¨¢ticos.
"Para esto que no hubiesen convocado las elecciones. Nosotros quer¨ªamos un cambio, quer¨ªamos que gobernase gente nueva. No s¨¦ qu¨¦ tal nos ir¨ªa, a lo mejor nos arrepent¨ªamos, pero la gente quer¨ªa otra cosa", comentaba una camarera de poco m¨¢s de 20 a?os que, como el 62% de los electores, acudi¨® el pasado domingo a las urnas por primera vez, puesto que desde hace 16 a?os no se eligen presidente, vicepresidentes y legisladores por v¨ªa directa.
El octogenario Arnulfo Arias, l¨ªder de la candidatura de oposici¨®n, ha recibido los votos de esta camarera, de otros muchos j¨®venes y de la mayor parte de los habitantes de los barrios humildes que ven en el anciano ex presidente al ¨²nico l¨ªder natural de este pa¨ªs, sin importar que represente a la oligarqu¨ªa y una opci¨®n ultraconservadora.
"La decepci¨®n que ha sufrido este pueblo por la forma en que se han llevado a cabo las elecciones ha tremenda y, aunque seamos un pueblo pac¨ªfico, los j¨®venes que votaron por Arias dentro de unos meses pueden estar con un fusil en las monta?as, sobre todo si econom¨ªa sigue deterior¨¢ndose", asegura un periodista paname?o.
Despu¨¦s del caos del escrutinio, creando las condiciones propicias para un fraude, los seguidores de la oposici¨®n nunca dejar¨¢n de creer que Arnulfo Arias ha sido el ganador de las elecciones. La poblaci¨®n se acerc¨® a las urnas en completa libertad y con garant¨ªas iniciales de limpieza, pero poco despu¨¦s se percat¨® de que "no van a dejar subir al fufo, como comentaba en la puerta del palacio legislativo un joven seguidor de Arias que gritaba exaltado: "Lo que necesitamos son armas para defender nuestra victoria y acabar de una vez con este gobierno".
El Partido Revolucionario Democr¨¢tico, (PRD), que fundara Torrijos, no ha sabido aprovechar el legado populista del desaparecido general. El PRD, miembro observador de la Internacional Socialista, no ha podido transmitir a los paname?os una imagen de honestidad y evoluci¨®n sino la de un partido controlado por los militares e integrado por bandas de pistoleros que, como el pasado lunes, siembran el p¨¢nico en la ciudad simplemente porque ese d¨ªa las calles eran de los arnulfistas.
Escasa credibilidad
Cuando el pasado lunes Panam¨¢ estuvo durante tres horas sometida al tiroteo entre grupos pol¨ªticos rivales, no hubo en el pa¨ªs ninguna personalidad con autoridad moral suficiente como para llamar a la cordura. El general Noriega habl¨® dos d¨ªas m¨¢s tarde, pero sus palabras transmit¨ªan muy poca credibilidad despu¨¦s de que los miembros de las Fuerzas de Defensa se hubiesen mantenido impasibles mientras elementos armados penetraban en el palacio legislativo, donde se encontraban las actas electorales, al grito de ?Viva Nicky Barletta!, el candidato presidencial oficialista. Tambi¨¦n dos d¨ªas despu¨¦s pidi¨® serenidad el todav¨ªa presidente de la Rep¨²blica, Jorge Illueca, ante la indiferencia m¨¢s absoluta de la poblaci¨®n.
Tampoco los dirigentes de la oposici¨®n derechista tienen mayor autoridad moral que la que les da el hecho de no haber estado implicados en la actividad de gobierno en los ¨²ltinos 16 a?os. Se presentaron a estas elecciones sin un programa pol¨ªtico coherente y con un discurso demag¨®gico.
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