El puritanismo sexual

Durante el ¨²ltimo mes se ha reflejado en EL PAIS una nueva corriente de opini¨®n, seg¨²n la cual se produce en Occidente una vuelta al puritanismo sexual. La ¨²ltima muestra de esta idea es un art¨ªculo de Manuel Vicent titulado Viaje a Par¨ªs.Cada vez que en el peri¨®dico aparecen conclusiones de este tipo (en otra ocasi¨®n, el rayo de luz nos vino de EE UU), tengo que soportar el comentario triunfalista y satisfecho de mi madre sobre la vuelta de la humanidad, y principalmente de la juventud, a las m¨¢s puras esencias morales y religiosas.

Acostumbrado a las opiniones interesadas y condicionadas de nuestras madres y la mayor parte de su generaci¨®n sobre el tema sexual, lo que me produce estupor es que coincidan en ramploner¨ªa con las de lo m¨¢s. avanzado de la intelectualidad de pa¨ªses cultos.

La impresi¨®n que uno tiene al leer cosas semejantes es que no tienen nada que ver con el sentir de la generalidad de los mortales. Voy en el metro y no me imagino al reposado chaval del asiento de en frente apunt¨¢ndose ni al desenfreno sexual que, tambi¨¦n seg¨²n estos mismos se?ores, se proclamaba en los a?os sesenta, ni al arrepentimiento colectivo por nuestros pasados desmanes que subyace en esta absurda idea de vuelta al puritanismo, que, al parecer, nos embarga. Sinceramente, creo que los que sostienen con tan poco rigor estas conclusiones no tienen la menor idea de lo que hablan, ni de por d¨®nde va la gente. Supongo que en el caso de M. Vicent el asunto obedece al lucimiento est¨¦tico que reclaman sus art¨ªculos, a un juego literario, pero la idea inicial, al parecer lanzada desde Par¨ªs y elaborada como teor¨ªa, me parece, cuando menos, grotesca. /