Manuel Jurado
El alcalde de la localidad jiennense de Sabiote es pastor evang¨¦lico
Manuel Jurado Poyuelo tom¨® sus vacaciones en Semana Santa porque considera que en esa, ¨¦poca del a?o se hace incompatible su doble condici¨®n de pastor de la Iglesia evang¨¦lica y de alcalde de Sabiote, un pueblo de la provincia de Ja¨¦n. Lo primero que conoci¨® del ayuntamiento que ahora preside fueron los calabozos, al ser detenido en 1952, junto con otros miembros de su comunidad, por oficiar un bautismo. M¨¢s de la mitad de su vida se la ha pasado a lomos de una moto, predicando casi clandestinamente la Biblia por todos los pueblos de la sierra.
Manuel Jurado era, hacia 1930, un joven alba?il militante del PSOE, miembro de una humilde familia de cat¨®licos, y aficionado a ir a menudo a la iglesia y ayudar a misa. Un t¨ªo suyo, sacerdote, al que matar¨ªan durante la guerra civil, pendiente de la vocaci¨®n de su sobrino, le regal¨® una Biblia, que estudi¨® detenidamente.Un buen d¨ªa, cuando ten¨ªa 18 a?os, pens¨® que los cat¨®licos no interpretaban correctamente el libro sagrado, y, despu¨¦s de mucho buscar, ingres¨® en la Iglesia evang¨¦lica, con el consiguiente esc¨¢ndalo de su familia, que intent¨® impedirlo por todos los medios, sin conseguir que Manuel diese un solo paso atr¨¢s.
Pas¨® la guerra y vinieron los peores a?os de la vida de Manuel Jurado: "La marginaci¨®n era terrible y la situaci¨®n econ¨®mica muy dif¨ªcil, porque me negaban el trabajo por ser protestante". Ingres¨® en las misiones en 1947 y desde entonces, aunque nevase, lloviese o hiciese sol, recorr¨ªa a diario los caminos de Sabiote a Santiago de la Espada, Santisteban del Puerto, Pontones.... en la provincia de Ja¨¦n. En Mog¨®n "un cabo de la Guardia Civil se empe?¨® en pegarme e intentar tirarme por un puente mientras yo le repet¨ªa que con mi fe no hac¨ªa da?o a nadie". En muchos pueblos le negaban la entrada, y en todos, los insultos y las humillaciones eran constantes. En 1952 inaugur¨® los calabozos del nuevo ayuntamiento, al ser detenido junto a otras 22 personas por oficiar un bautismo.
Manuel Jurado no es amigo de recordar aquella ¨¦poca, que dur¨® m¨¢s de 30 a?os, dice no guardar rencor a nadie y piensa que "todo aquello me ha hecho bien porque ahora comprendo mejor el sufrimiento de las gentes a las que tengo que dirigir".
En 1976 empieza a organizarse el PSOE por aquella zona, y en las primeras elecciones municipales democr¨¢ticas Manuel Jurado ir¨¢ de candidato a alcalde. "El primer sorprendido fui yo, e incluso dije a mis compa?eros de partido que se lo pensasen, que mi condici¨®n de protestante pod¨ªa perjudicarles". Luego hubo de convencer a los de su comunidad, que se escandalizaron ante la posibilidad, de que un pastor ocupase un cargo pol¨ªtico. Finalmente, "las gentes comprendieron que no ten¨ªa nada que ver mi aspecto religioso con mi actividad pol¨ªtica" y sali¨® elegido como alcalde de Sabiote, un pueblo de cerca de 5.000 habitantes, a siete kil¨®metros de ?beda (Ja¨¦n) y dedicado exclusivamente a la agricultura, con una comunidad protestante de s¨®lo 16 personas.
A sus 72 a?os y en su segundo mandato municipal, Manuel Jurado sigue atendiendo sus deberes de pastor de las congregaciones de Sabiote y de Santisteban del Puerto y a nadie extra?a que el alcalde no asista a las procesiones del Corpus, la del patr¨®n o las de Semana Santa. "Lo extra?o ser¨ªa lo contrario, porque yo me comporto como soy y como todos saben que soy".
Asegura que su experiencia como pastor le ha servido para ahora basar su labor pol¨ªtica en la tolerancia y en la rigidez econ¨®mica. "Antes de comprar una puerta recorro todos los mercados hasta encontrar la m¨¢s barata; me podr¨¢n acusar de no haber puesto demasiadas farolas, pero no de dejar el ayuntamiento con d¨¦ficit".
Reconoce que a veces entra en contradicci¨®n con la pol¨ªtica social del PSOE -partido que eligi¨® por verlo m¨¢s cercano al mandato de la doctrina de Cristo-, porque "la religi¨®n evang¨¦lica es muy r¨ªgida con las costumbres morales". Pero dice no escandalizarse "demasiado" de la vida de los j¨®venes de hoy, "aunque me da pena ver c¨®mo est¨¢n perdiendo los valores morales y espirituales y preferir¨ªa que fuesen a la misa cat¨®lica antes de que no siguiesen ning¨²n culto".
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