Las centrales sindicales podr¨¢n cobrar un canon a los trabajadores en los convenios colectivos
Los socialistas, con la oposici¨®n de los restantes grupos de la C¨¢mara, consiguieron aprobar ayer en el Congreso el art¨ªculo 11 de la ley de Libertad Sindical, en el que se establece que en los convenios colectivos podr¨¢n existir cl¨¢usulas por las que los sindicatos, representados en la negociaci¨®n cobrar¨¢n un canon a los trabajadores. Aunque el trabajador podr¨¢ mostrar por escrito su negativa a pagarlo, todos los grupos parlamentarios reprobaron la f¨®rmula y acusaron al PSOE de retrotraer el sindicato vertical.
El Gobierno se ha comprometido, por otra parte, a elaborar antes de un a?o un proyecto de ley que regule la libertad sindical de los funcionarios. El art¨ªculo 11 dice que "en los convenios colectivos podr¨¢n establecerse cl¨¢usulas por las que los trabajadores incluidos en su ¨¢mbito de aplicaci¨®n atiendan econ¨®micamente la gesti¨®n de los sindicatos representados en la comisi¨®n negociadora, fijando un canon econ¨®mico y regulando las modalidades de su abono. El recuento reflej¨® 184 votos a favor, 119 en contra, dos abstenciones y un voto nulo.En ning¨²n caso dicho canon se percibir¨¢ contra la voluntad individual del trabajador, que deber¨¢ expresarse por escrito en la forma y plazos que se determinen en la negociaci¨®n colectiva", y tambi¨¦n, en el apartado 2, que "el empresario proceder¨¢ al descuento de la cuota sindical sobre los salarios y a la correspondiente transferencia solicitud del sindicato del trabajador afiliado y previa conformidad siempre de ¨¦ste".
Luis Planas, portavoz socialista, defendi¨® la posici¨®n gubernamental y conceptu¨® el canon de mecanismo habitual pragm¨¢tico y operativo, y todo ello con respeto a la voluntad del trabajador. Seg¨²n explic¨® el precepto, es legal y constitucional y no supone el canon una contribuci¨®n obligatoria. Planas argument¨® que las centrales sindicales negocian para todos, y por tanto, es justo que todos paguen.
Carrillo pidi¨® la supresi¨®n del canon porque va a producir el desprestigio de los sindicatos. El canon, manifest¨®, tendr¨ªa sentido en un sindicato de cuerpos, pero nunca en uno de clases. Para el diputado comunista, con este art¨ªculo se dice a los trabajadores que no merece la pena afiliarse, y aventur¨® que por ese camino no llegar¨¢ una peseta a las centrales. Otra cosa sena, seg¨²n ¨¦l, la subvenci¨®n que ayude a consolidar a los sindicatos y la devoluci¨®n de su patrimonio. Para Carrillo, la medida evoca los tiempos de los sindicatos verticales.
El mismo concepto le mereci¨® al diputado popular Fernando Su¨¢rez, que al final de una de sus intervenciones dijo, refiri¨¦ndose a los socialistas, que "sus se?or¨ªas hubieran estado felices si hubieran mandado en otra situaci¨®n". Su¨¢rez afirm¨® que ning¨²n texto legal extranjero consagra este principio, y consider¨® que hubiera sido m¨¢s consecuente una ley mediante la cual el Estado sostuviera a los sindicatos, pero no que se imponga esta obligaci¨®n a los trabajadores. Para Su¨¢rez est¨¢ claro que en una negociaci¨®n entre dos partes no se debe imponer el canon a terceros.
Manuel N¨²?ez, centrista, expuso que no merece a su grupo recelos de ning¨²n tipo el sindicato fuerte, pero s¨ª las fortalezas artificiales. Consider¨® que, el art¨ªculo perjudica al sindicalismo y es un atentado indirecto contra la libertad sindical. Joaqu¨ªn Xicoi, de la Minor¨ªa Catalana, estim¨® que el canon es un nuevo concepto impositivo. Andoni Monforte, de la Minor¨ªa Vasca, interpret¨® que el art¨ªculo en cuesti¨®n es una interpretaci¨®n restrictiva a la libertad de los trabajadores, puede suponer el establecimiento de varios c¨¢nones sobre un trabajador cuando se trate sucesivamente de convenios locales, provinciales o nacionales, y que hubiera sido mejor corregir una injusticia hist¨®rica como es la devoluci¨®n del patrimonio sindical.
Francesc Vicens, de Esquerra Republicana, expuso que la ¨²nica diferencia con los sindicatos verticales estribar¨¢ en que los trabajadores podr¨¢n mandar una instancia diciendo que no quieren pagar. A Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s, de Euskadiko Ezkerra, le recuerda el canon "la vieja estrategia de las editoriales que env¨ªan un libro contra reembolso y ello impone la violencia de decir que no".
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