El petr¨®leo y la guerra
LOS RECIENTES ataques en el golfo P¨¦rsico de la aviaci¨®n iran¨ª contra buques petroleros de pa¨ªses ¨¢rabes, formalmente neutrales en la guerra entre Irak e Ir¨¢n, como Arabia Saud¨ª y Kuwait, no tienen precedente en los 43 meses de contienda. Lo nuevo que incorporan a la tensa situaci¨®n en esta zona del mundo es su proyecci¨®n inmediata sobre los precios de los crudos y cierto clima de miedo que ha despertado entre la opini¨®n p¨²blica occidental, que sabe que un sexto de sus importaciones de crudos transita a diario por las aguas donde los ataques se han producido. Las sobreprimas de las compa?¨ªas reaseguradoras de fletes se han encarecido, y el tr¨¢fico naval por el ¨¢rea se ha reducido dr¨¢sticamente. Los pa¨ªses miembros del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo, cuyos ministros se reunieron ayer en Riad, han anunciado que pedir¨¢n la convocatoria del Consejo de Seguridad para tratar de esta nueva amenaza a la libre navegaci¨®n por el golfo.Hasta ahora eran la aviaci¨®n o la marina iraqu¨ªes quienes hostigaban repetidamente el paso de los petroleros, habitualmente bajo pabell¨®n griego o incluso japon¨¦s, que acud¨ªan hasta la terminal de Jarq para llenar sus tanques y trasladar a Europa o al Extremo Oriente buena parte de los aproximadamente 2,5 millones de barriles diarios de petr¨®leo que Ir¨¢n bombea.
Los ataques de esta semana introducen un factor militar nuevo en la contienda, puesto que enfrentan abiertamente a Ir¨¢n con aquellos pa¨ªses que han tratado de mantener hasta la fecha una cierta neutralidad b¨¢sica, aunque sin ocultar su apoyo econ¨®mico a Bagdad.
En cierto sentido, los bombardeos de Ir¨¢n contra petroleros de Kuwait parecen beneficiar precisamente a Irak, ya que hasta ahora una exquisita prudencia hab¨ªa guiado las declaraciones de los pa¨ªses del golfo al tratar de la guerra irano-iraqu¨ª, subrayando siempre la necesidad de poner fin a la contienda antes que la de desear p¨²blicamente la victoria de las armas iraqu¨ªes, lo que podr¨ªa cambiar radicalmente a partir de este momento. Sin embargo, cabr¨ªa otra interpretaci¨®n diferente de los hechos.
En ese orden de cosas, el ataque iran¨ª contra buques petroleros saud¨ªes y kuwait¨ªes podr¨ªa tratar de forzar a estor pa¨ªses a tomar distancias de Bagdad, posibilidad que se confirmar¨ªa si coincidiera con una ofensiva terrestre de Ir¨¢n sobre el frente de Basora, ahora que la estaci¨®n de lluvias est¨¢ a punto de concluir en el frente terrestre del Juzest¨¢n. El objetivo del ataque iran¨ª ser¨ªa, por tanto, el de advertir a los dos pa¨ªses ¨¢rabes mencionados de las consecuencias que podr¨ªa acarrearles un alineamiento demasiado visible con Bagdad. No es menos cierto, sin embargo, que esa pol¨ªtica incurrir¨ªa en el grave riesgo de producir el efecto contrario, arrojando a Riad y Kuwait en los brazos de Estados Unidos, potencia que ver¨ªa con entusiasmo un frente unido contra Teher¨¢n, si no por amor a Baghdad, s¨ª para poner definitivo freno a los prop¨®sitos expansionistas de Ir¨¢n en la zorra. Al mismo tiempo, esta nueva fase de la contienda parece trascender de la esfera meramente militar, para adentrarse en el tambi¨¦n complejo mundo del mercado petrolero, determinante en muchas ocasiones del, rumbo de los acontecimientos pol¨ªticos y militares en una zona del mundo en la que el petr¨®leo es la savia de la econom¨ªa.
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