Falsa amenaza de bomba en el careo ante un juez de 12 guardias civiles supuestamente implicados en torturas
Los 12 guardias civiles reclamados por un juzgado de San Sebasti¨¢n en relaci¨®n con las diligencias instruidas por un supuesto delito de torturas, del que habr¨ªa sido v¨ªctima en enero de 1982 la vecina de Guetaria Juana Goikoetxea Azcue, declararon a lo largo del d¨ªa de ayer ante Jos¨¦ Mar¨ªa G¨®mez y D¨ªaz de Castroverde, titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de esta ciudad. Una falsa amenaza de bomba, recibida minutos antes de las 13.30 horas, provoc¨® el desalojo del Palacio de Justicia, pero no consigui¨® interrumpir el careo. Los guardias civiles no hab¨ªan comparecido a su primera citaci¨®n judicial alegando necesidades del servicio.
La instrucci¨®n de estas diligencias correspond¨ªa, en principio, al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1, cuyo titular, Jos¨¦ Luis Barrag¨¢n, fue recusado el mi¨¦rcoles por seis de los 12 guardias civiles que prestaron ayer declaraci¨®n. La Audiencia Provincial deber¨¢ pronunciarse en fechas pr¨®ximas sobre el fundamento de la recusaci¨®n presentada por el abogado de la defensa, Jos¨¦ Antonio Su¨¢rez de la Dehesa.La denunciante, una mujer de 55 a?os, fue puesta en libertad sin cargo alguno tras haber permanecido nueve d¨ªas sometida a la legislaci¨®n antiterrorista en dependencias de la Guardia Civil en San Sebasti¨¢n y en Madrid.
En el escrito de recusaci¨®n se atribuye a este magistrado una actitud de enemistad manifiesta para con la Guardia Civil, se invoca a unos supuestos antecedentes policiales y se valor a como trascendental el hecho de que el magistrado haya sido expedientado, junto con otros miembros de la Junta de Jueces de San Sebasti¨¢n, por el Consejo General del Poder Judicial. Los argumentos del abogado de los guardias civiles han suscitado gran malestar entre los jueces donostiarras y los funcionarios judiciales.
Durante el careo celebrado ayer, Juana Goikoetxea, Azcue reconoci¨® a varios de los guardias civiles que presuntamente la torturaron durante los interrogatorios que tuvieron lugar en la comandancia de San Sebasti¨¢n.
Relato estremecedor
Los acusados esgrimieron la teor¨ªa de que las lesiones que sufri¨® la mujer debi¨® de hab¨¦rselas producido en el momento de su detenci¨®n o negaron haberla conocido con anterioridad. Seg¨²n los informes m¨¦dicos facilitados por la acusaci¨®n, las lesiones tardaron m¨¢s de 400 d¨ªas en curar e incapacitaron a la denunciante para realizar su actividad laboral durante un per¨ªodo de seis meses. Juana Goikoetxea Azcue padece todav¨ªa secuelas de tipo nervioso, seg¨²n afirman los m¨¦dicos. Fuera de la sala, a pocos metros del lugar donde permanec¨ªa el grupo de guardias civiles, Juana Goikoetxea manifest¨® a los informadores, en una de las bre ves interrupciones del careo, que los guardias que la interrogaron en enero de 1982 trataron en todo momento de relacionarla con las actividades de un familiar suyo que se encuentra huido e Francia. Ofreci¨® un relato estre mecedor de sus supuestas torturas y dijo que prefer¨ªa morir antes que volver a pasar por una experiencia semejante. "Los cuatro primeros d¨ªas, me mantuvieron haciendo flexiones, y cada vez que me ca¨ªa agotada o no las hac¨ªa lo r¨¢pido que ellos quer¨ªan, me daban patadas y me arrastraban cogi¨¦ndome de los pelos. Me dejaron calva y todav¨ªa me llamaban sucia porque dec¨ªan que les hab¨ªa dejado el suelo perdido de mechones y de pelos"."El primer d¨ªa", se?al¨® Juana Goikoetxea, "me dieron sopa, pero luego me tuvieron tres d¨ªas sin comer ni beber, y casi sin dormir; al cuarto, me trajeron un bocadillo, pero, como no pod¨ªa tragar nada, tuve que esperar a que me dejaran beber un poco de agua". La mujer afirm¨® que sus interrogadores la sometieron a la ba?era y a otras pr¨¢cticas de tortura, adem¨¢s de llevarla al monte en vanas ocasiones y de disparar muy cerca de ella.
De otra parte, medio centenar de intelectuales, artistas, profesionales y pol¨ªticos de Euskadi han hecho p¨²blica su solidaridad con los cuatro magistrados, miembros de la Junta de Jueces de San Sebasti¨¢n, expedientados semanas atr¨¢s tras la publicaci¨®n de un acuerdo en el que denunciaban la pr¨¢ctica de la tortura en el Pa¨ªs Vasco. Estas personas, entre las que figuran Gabriel Celaya, Jos¨¦ Ram¨®n Rekalde, Fernando Savater, Eduardo Chillida, Juan Max¨ªa Bandr¨¦s y Manuel Tu?¨®n de Lara, sostienen que el acuerdo adoptado por los jueces expedientados muestra una actitud de defensa de la independencia y la dignidad de la justicia.
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