Del sindicato vertical a la unidad patronal en Espa?a
El pr¨®ximo jueves, d¨ªa 23, la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE) inicia una nueva etapa en su existencia, la cuarta. Carlos Ferrer Salat, hasta ahora su ¨²nico presidente, abandonar¨¢ la labor ejecutiva (quedar¨¢ vinculado como presidente de honor) y Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, el segundo secretario general en la historia de la c¨²pula patronal, acceder¨¢ a la presidencia. Una mayor profesionalizaci¨®n en el aparato patronal, el dominio de los apparatchiki, el paso a la pol¨ªtica directa de algunos empresarios y la separaci¨®n de varios dirigentes patronales hist¨®ricos -quemados tras siete a?os de brega- constituyen los caracteres m¨¢s expl¨ªcitos de la era Cuevas que ahora comienza.
En la vida de la CEOE -siete a?os de existencia- se pueden distinguir n¨ªtidamente cuatro etapas. La primera (1977-1981), la de la consolidaci¨®n de una c¨²pula patronal representativa dedicada esencialmente a representar los intereses sindicales de los miles de empresarios afiliados a la CEOE a trav¨¦s de sus organizaciones territoriales, sectoriales y de la peque?a y mediana empresa; la segunda etapa (1981-1982) es la de la intervenci¨®n pol¨ªtica, directa o indirectamente, en las elecciones auton¨®micas, municipales o generales, ante la descomposici¨®n de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD) y la posibilidad cada vez m¨¢s grande de que por primera vez en la historia reciente los socialistas accedan al poder; la tercera etapa (finales de 1982-principios de 1984) es la del desconcierto, la de la b¨²squeda de unas relaciones corteses y fluidas con una nueva clase pol¨ªtica, la socialista, desconocida para la mayor¨ªa de los empresarios.La cuarta etapa, la que ahora iniciar¨¢ Cuevas, tratar¨¢ de recuperar la iniciativa ante el desgaste que la enorme crisis econ¨®mica supone para la mayor¨ªa gobernante y asentar el paralelismo en la marcha entre la derecha econ¨®mica y la derecha pol¨ªtica para recuperar la hegemon¨ªa en la sociedad. Asimismo, supondr¨¢ la profesionalizaci¨®n creciente del aparato de la patronal para poder ofrecer a los empresarios todos los servicios que una patronal moderna aporta en cualquier pa¨ªs occidental de nuestro entorno.
Las ruinas del anterior r¨¦gimen
La necesidad de una organizaci¨®n patronal en Espa?a surgi¨® en la mente de un peque?o grupo de empresarios en las ruinas del anterior r¨¦gimen, cuando el franquismo hac¨ªa aguas socialmente y el sindical vertical -el Consejo Nacional de Empresarios- se desmoronaba ante la indiferencia de los patronos espa?oles. Mientras los trabajadores hab¨ªa ensayado -primero en la clandestinidad y luego en la tolerancia- f¨®rmulas de organizaci¨®n sindical paralelas al verticalismo (Comisiones Obreras, UGT, USO), los empresarios part¨ªan de la nada. En el a?o 1975 comenz¨® un debate con dos alternativas: organizarse en patronal aprovechando los restos del sindicato vertical (opci¨®n defendida por Manuel Conde Bandr¨¦s) o crear organizaciones patronales nuevas siguiendo los cl¨¢sicos esquemas europeos. Otro debate, secundario entonces pero que en 1977 pas¨® a primer termino, fue el de la unidad o pluralidad de instituciones patronales. En cualquier caso, ya algunos empresarios atisbaban la necesidad de constituirse institucionalmente en interlocutores del Gobierno y de los sindicatos y posteriormente del Parlamento legalmente constituido. La oleada de huelgas que partiendo de Madrid y Barcelona se extendi¨® por toda Espa?a inmediatamente despu¨¦s de la muerte del general Franco (con Villar Mir como ministro de Hacienda, blanco de las iras sindicales en 1976 por afirmar por primera vez la necesidad de disminuir el poder adquisitivo de los salarios como una de las maneras imprescindibles de ajustar la econom¨ªa espa?ola, muy afectada ya por la primera crisis del petr¨®leo) fueron determinantes para la creaci¨®n de una patronal.La firma de los pactos de la Moncloa, el primero de los pactos sociales en la Espa?a de la transici¨®n, con la presencia de los partidos pol¨ªticos ante la inexistencia legal de sindicatos y patronales representativos, fue el segundo aldabonazo. Tres meses despu¨¦s de la firma de estos acuerdos nace la CEOE.
La reuni¨®n del Medinaceli
Al restaurante Medinaceli, de Madrid (muy cerca del Congreso de los Diputados), acuden a cenar representantes de las tres patronales formadas hasta entonces. En mayo de 1977 se inscribe en el registro de asociaciones la Confederaci¨®n Empresarial Espa?ola, cuyos ¨¢mbitos territorial y profesional eran, respectivamente, nacional y para todos los empresarios. Ten¨ªan dos peticiones: la flexibilidad de plantillas y la reducci¨®n de las cuotas empresariales a la Seguridad Social; al d¨ªa siguiente de la inscripci¨®n de la CEE lo hac¨ªa la Agrupaci¨®n Empresarial Independiente, con el mismo ¨¢mbito de actuaci¨®n que la anterior. Deseaba los contactos a todos los niveles para encontrar soluciones a problemas comunes. Varios d¨ªas despu¨¦s quedaba inscrita la Confederaci¨®n General Espa?ola de Empresarios, que tambi¨¦n nac¨ªa con car¨¢cter nacional y para todos los empresarios. En julio se inscrib¨ªa la hist¨®rica patronal catalana Fomento del Trabajo Nacional, cuyo presidente era un conocido empresario, animador del C¨ªrculo de Econom¨ªa y disc¨ªpulo de Vicens Vives llamado Carlos Ferrer Salat.En la cena del restaurante Medinaceli, una calurosa noche de mes de junio, intervienen representantes de estas organizaciones y deciden fusionarse en una nueva instituci¨®n c¨²pula con el nombre de Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales. El 29 de junio de 1977, d¨ªa de san Pedro y san Pablo, la CEOE adquiere personalidad jur¨ªdica con la inscripci¨®n en el registro y la aprobaci¨®n de estatutos.
Tres meses despu¨¦s se celebra la asamblea constituyente de la CEOE en Madrid, con la presencia, seg¨²n datos de la patronal, de 408 electores, representantes de 89 organizaciones territoriales y sectoriales que asum¨ªan a 900.000 empresarios con 10 millones de trabajadores en sus sociedades. El 31,9% de estos empresarios eran peque?os y medianos.
Los fines fundamentales de la CEOE eran los de "fomentar y defender el sistema de iniciativa privada y econom¨ªa libre de mercado; promover y defender la unidad y la integraci¨®n empresarial; propiciar el desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs como medio para lograr una situaci¨®n social cada vez m¨¢s justa, y representar los intereses empresariales generales y comunes ante la sociedad, la Administraci¨®n y las organizaciones de trabajadores".
La cr¨ªtica a UCD
Ferrer Salat es elegido patr¨®n de patronos provisionalmente, por el plazo de un a?o. En su discurso de investidura explicitar¨¢ la actitud que la CEOE mantendr¨¢, con mayor o menor grado, ante los distintos Gobiernos de UCD: "Desgraciadamente, despu¨¦s de unos principios esperanzadores en el campo pol¨ªtico, vemos c¨®mo las fuerzas pol¨ªticas, en vez de afrontar con urgencia y con ¨¢nimo constructivo la soluci¨®n de las graves cuestiones econ¨®micas que nos aquejan, se entretienen en problemas secundarios y en luchas internas y partidistas, mientras el pa¨ªs se degrada material y psicol¨®gicamente".En los momentos de su nacimiento, la CEOE es, pese a los n¨²meros de representatividad que aporta, una estructura con mucha c¨²pula y poca base. El equipo de Ferrer (con Luis Salleras como secretario general) tiene la tarea de llenar de empresarios las organizaciones. Para ello, la patronal arranca a los sindicatos una de sus armas m¨¢s caracter¨ªsticas: el mitin. Ante los crecientes ataques a la figura del empresario, la CEOE convoca m¨ªtines multitudinarios en las principales ciudades espa?olas. Valencia, Zaragoza, Barcelona, Madrid son algunos de esos escenarios, y 5.000, 8.000, 15.000 empresarios llegan a reunirse en los palacios de deportes para, bajo el lema Reaccionemos, intentar convencer al Gobierno Su¨¢rez -con Fuentes Quintana de vicepresidente- que d¨¦ un giro a su pol¨ªtica econ¨®mica y social.
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