Proceso contra Pujol

En buena l¨®gica habr¨ªa que pensar que los argumentos de que dispone la Fiscal¨ªa del Estado para respaldar los supuestos indicios de criminalidad en la actuaci¨®n del se?or Pujol al frente de Banca Catalana son muy s¨®lidos. A nadie se le escapa que la querella anunciada, que se presentar¨¢ el mi¨¦rcoles ante la Audiencia Territorial de Barcelona, estar¨¢ sobrecargada de connotaciones pol¨ªticas que mediatizar¨¢n los futuros acontecimientos y las relaciones entre Madrid y la comunidad catalana.En cualquier caso, ante unas irregularidades que deben ser anteriores a 1977, fecha en que Pujol se desliga por completo de Banca Catalana, hay preguntas que hacer que no resultan ociosas: el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos tuvo que elevar su informe al Gobierno antes de mayo de 1983, fecha en que Banca Catalana fue transferida a sus nuevos propietarios. Y si esto es as¨ª, ?por qu¨¦ la Fiscal¨ªa del Estado no plante¨® la querella a su debido tiempo, y desde luego varios meses antes de que Jordi Pujol fuera reelegido, con lo que se hubiera evitado un engorroso esc¨¢ndalo?.

El se?or Figueras, presidente del Consejo Superior de C¨¢maras, ha manifestado que el asunto de Banca Catalana es recurrente, ya que aparece y desaparece al vaiv¨¦n de la oportunidad pol¨ªtica, lo que podr¨ªa ser indicio de manipulaci¨®n. Esta impresi¨®n est¨¢ tan generalizada que no ser¨ªa de recibo que nuevamente se detuviera ahora el procedimiento. Pres¨¦ntese, pues, la querella -y cuantas querellas requieran otros asuntos sospechosamente archivados- y act¨²e y pron¨²nciese la justicia con la ecuanimidad pertinente. Pero s¨¦pase, al hacer todo esto, que las consecuencias no s¨®lo ser¨¢n jur¨ªdicas: el desenlace pol¨ªtico de la cuesti¨®n, que no debe impedir, sin embargo, el esclarecimiento de los hechos, puede tambi¨¦n tener un alcance mucho mayor que el que han previsto los inductores de la querella.

, 21 de mayo