Mozart y Verdi abren el ciclo de ¨®pera de Valencia

Dada la complejidad esencial de Don Giovanni, ¨®pera de las ¨®peras y asignatura dif¨ªcil aun para alumnos aplicados, la versi¨®n del festival de C¨®rcega, de tono escolar, merece sin duda el aprobado. Las incontables maravillas de la partitura anduvieron todas, sino en su lugar, cerca de ¨¦l lo bastante como para procurar un discreto placer. No as¨ª la escena, carente de inteligencia, de imaginaci¨®n y de gusto -?por qu¨¦ lo que no se tolera en el teatro ha de tolerarse en la ¨®pera?- en un desaguisado permanente: para un teatro tan desali?ado, vale m¨¢s una ¨®pera en concierto, f¨®rmula que, por cierto, ahora se lleva.El h¨¦roe, con m¨¢s gusto que voz, invirti¨® el papel: en lugar de un rufi¨¢n que se hace pasar por honesto, apareci¨® como un casto con ¨ªnfulas de aventurero, comedido y con escaso poder de convocatoria. El criado luc¨ªa voz m¨¢s compacta, pero no hecha para desmedidas aceleraciones. De ah¨ª que el vozarr¨®n del comendador, unido a su marm¨®reo atuendo -lo ¨²nico salvable de la desdichada escena-, se impusiera al inocente juego de los mortales burladores. Los burlados, s¨®lo discretos.

El tr¨ªo femenino elev¨® el nivel vocal medio: en cabeza, Donna Anna, con timbre variable, pero buena escuela; ajustada, Donna Elvira, a la medida de su discreto seductor; y Zerlina, con buena calidad, m¨¢s dulce que alegre.

Memorable la segunda jornada del Ciclo ¨®pera y Solistas, con la versi¨®n inflamada, madura no obstante, y altamente personal que Romano Gandolfi, excelentemente equipado en conjunto, ha llevado a cabo de la ¨®pera sacra verdiana. Una versi¨®n que no cede a lo pintoresco, una tentaci¨®n irresistible para aquellos que contemplan lo mediterr¨¢neo desde otras latitudes, y resuelve la entera partitura collavoce, esto es, como un caudal de canto, continuo y homog¨¦neo.

Ghena Dimitrova es una soprano soberbia que sabe alternar diversas barajas de la voz sin desbarajustar la unidad de estilo que contiene a un personaje y a una obra. Hanna Schwarz supo envolver su hermosa dicci¨®n dram¨¢tica en un vaiv¨¦n de rabia y ternura a tono con las palabras aterradas e ingenuas de la secuencia medieval que Verdi desvela a trav¨¦s de su innato populismo.