La sombra del boicoteo de la oposicion planea sobre los comicios del 4 de noviembre
El instinto de supervivencia de los partidos juega, sin embargo, en contra de la abstenci¨®n. La ley determina la muerte pol¨ªtica de quienes no acudan a estas elecciones con candidaturas propias o en coalici¨®n. El Gobierno conf¨ªa, por lo dem¨¢s, en que las bases impongan la cordura en las convenciones que deben decidir esta cuesti¨®n.El levantamiento del estado de emergencia, y con ¨¦l la censura de Prensa, es una condici¨®n inexcusable para todos. La oposici¨®n entiende que esta medida ya ten¨ªa que haberse adoptado, mientras que la direcci¨®n sandinista se ha comprometido a ponerla en pr¨¢ctica antes de que se abra la campa?a electoral, posiblemente a comienzos de, agosto.
Este r¨¦gimen de excepcionafidad pol¨ªtica se decret¨® en marzo de 1982 y desde entonces se ha renovado de forma autom¨¢tica cada tres meses. El plazo en vigor se cumple el pr¨®ximo jueves. Bastar¨ªa con no prorrogarlo para que se interpretase como un gesto de buena voluntad.
Pero la cancelaci¨®n del estado de emergencia no tiene un sentido un¨ªvoco para todos. Los sandinistas consideran que la situaci¨®n de guerra que vive el pa¨ªs no permite liberar la informaci¨®n militar, y en este cap¨ªtulo incluyen tambi¨¦n todo lo relativo a problemas de abastecimiento, ya que ¨¦sa es una de las armas que Estados Unidos utiliza contra la revoluci¨®n.
Para evitar la imagen de una censura parcial de Prensa, se est¨¢ tramitando aceleradamente, en el Consejo de Estado, una ley de medios de comunicaci¨®n que somete estos dos temas a los canales oficiales, bajo amenaza de fort¨ªsimas sanciones. Pablo Antonio Cuadra, director del peri¨®dico opositor La Prensa, califica la ley de "estaliniana y represiva
"Si se aprueba en su redacci¨®n actual", a?ade, "no creo que nuestro diario pueda sobrevivir seis meses. El ¨²nico cambio es que desaparece la censura previa, pero se crea un Consejo Nacional de Medios que estar¨¢ en manos de un partido que ya ha probado que act¨²a como dictador ideol¨®gico".
El comandante Bayardo Arce opina que no habr¨ªa ning¨²n inconveniente para que la Prensa escribiera sobre la falta de papel higi¨¦nico, de jab¨®n o de pasta de dientes si al mismo tiempo se?alase como culpable a Estados Unidos. 'T¨®contrario es servir de eco a la agresi¨®n norteamericana".
Ad¨¢n Fletes, dirigente del Partido Socialeristiano (PSC), dice que un tema como el del servicio militar, que ya ha ocasionado algunas manifestaciones de madres, no se puede hurtar del debate electoral. Mucho menos, a?ade Virgilio Godoy, presidente del Partido Liberal Independiente (PLI), una cuesti¨®n tan medular como la pol¨ªtica econ¨®mica. En ese caso, la campa?a quedar¨ªa vac¨ªa de contenido.
Junto al estado de emergencia, la autodenominada oposici¨®n democr¨¢tica (socialcristianos, liberales-constitucionalistas,- socialdem¨®cratas y conservadores) hizo p¨²blico cinco meses atr¨¢s un documento de condiciones para un proceso democr¨¢tico. "Ni siquiera nos han contestado", dice Miriam Arg¨¹ello, vicepresidente del Partido Conservador Dem¨®crata (PCD).
"Es cierto", admite Bayardo Arce. "De lo que no se han dado cuenta estos se?ores es de que ellos son minor¨ªa en Nicaragua, y aun en los sistemas democr¨¢ticos las minor¨ªas tienen que someterse a los dict¨¢menes de la mayor¨ªa". La oposici¨®n rechaza este argumento por proceder de un Gobierno de facto que no ha medido su fuerza en las urnas.
A t¨ªtulo de explicaci¨®n contundente, Ramiro Gurdian, dirigente del poderoso Cosep (Consejo Superior de la Empresa Privada), remachaque en todos los pa¨ªses democr¨¢ticos con mala situaci¨®n econ¨®mica el partido gobernante pierde las elecciones.
Para los sandinistas todo esto no pasa de ser bravatas de perdedores. Los partidos de oposici¨®n "tienen la posibilidad jur¨ªdica de conquistar el poder con los votos", dice el comandante Arce.
Entre las condiciones que exige la oposici¨®n para ir a las elecciones figura la separaci¨®n entre el Estado y el Frente Sandinista y la apertura de un proceso de reconciliaci¨®n interna. En este ¨²ltimo cap¨ªtulo, el Gobierno se niega a dialogar. con los alzados en armas, pero parecer¨ªa dispuesto a elaborar una lista reducida de personas excluidas de la amnist¨ªa, unas 50, entre las que figuran, con seguridad, Ed¨¦n Pastora y Alfonso Robelo.
La separaci¨®n Estado-partido alude a la apelaci¨®n sandinista que tiene el ej¨¦rcito, la polic¨ªa, la televisi¨®n y los comit¨¦s de defensa (CDS), que agrupan a medio mill¨®n de nicarag¨¹enses.
El riesgo de dictadura
"Quieren implantar una dictadura marxista", opina Miriam Arg¨¹ello. "Nosotros no podemos legitimar una cosa as¨ª. Si no cambian de actitud nos abstendremos". El comandante Arce no concede demasiada importancia al tema: "Nosotros vamos a hacer las elecciones en cualquier caso, porque queremos refrendar mediante las urnas la legitimidad que ya nos dio el pueblo en 1979"..
La derecha entiende que una abstenci¨®n masiva agravar¨ªa la crisis actual. Enrique Bola?os, presidente del Cosep y eminencia gris de la oposici¨®n, considera que en ese caso la responsabilidad corresponder¨ªa al Frente Sandinista. "Bastar¨ªan unas elecciones limpias para quitar a los contras el 80%. de su fuerza. Si no es as¨ª, 200.000 nicarag¨¹enses frustrados pueden irse del pa¨ªs y algunos tomar¨¢n las armas".
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