Felipe Gonz¨¢lez desautoriz¨® los intentos de su partido para optar a la compra de la mayor¨ªa de los peri¨®dicos estatales
El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, neg¨® el apoyo del Ejecutivo a una operaci¨®n de empresas vinculadas a su partido, que proyectaban optar a la compra de la mayor¨ªa de los diarios del Estado. La falta de apoyo gubernamental impidi¨® que dichas entidades, pr¨®ximas a la direcci¨®n federal del PSOE, obtuvieran recursos suficientes para una operaci¨®n de importancia, y favoreci¨® la espectacular entrada en escena del grupo de Francisco Javier Moll. Sin embargo, las necesidades de financiaci¨®n de este ¨²ltimo, engranadas con el temor de autoridades socialistas de la Comunidad Valenciana a la desaparici¨®n de alguno de los diarios, o a quedarse sin presencia en la prensa de la regi¨®n, han provocado pactos para la participaci¨®n minoritaria de aquellas en las sociedades de Moll.El proyecto socialista para el conjunto de. los peri¨®dicos fue dise?ado por estructuras comerciales, como Mundicom, que se ocupan de gestionar las participaciones del partido en asuntos de prensa. La idea era constituir una cadena de diarios en tantos lugares como fuera posible. Mundicom. busc¨® apoyos financieros en el oto?o de 1983, y en medio de esa exploraci¨®n algunos medios de la Banca se interesaron por saber si el jefe del Ejecutivo, Felipe Gonz¨¢lez, respaldaba el intento y si estaba dispuesto a discutir tambi¨¦n otros asuntos.
Felipe Gonz¨¢lez neg¨® que el Gobierno estuviera interesado en mantener los diarios bajo su control, y no acept¨® negociaciones sobre ese tema. En la decisi¨®n pudieron influir las denuncias publicadas sobre supuestas maniobras gubernamentales para quedarse con la prensa p¨²blica bajo apariencia privada. Miembros. de la ejecutiva federal del PSOE recibieron la explicaci¨®n de que el presidente del Gobierno "no pod¨ªa aceptar que los Bancos le condicionaran su pol¨ªtica econ¨®mica", a cambio de apoyos para estos peri¨®dicos. Como consecuencia de ello, Mundicom no cont¨® con el respalda gubernamental, y por s¨ª misma se vio imposibilitada de lograr recursos de importancia.
Prueba de fuerza en Asturias
Una vez convocadas las subastas, se produjeron contactos entre empresas interesadas en las mismas, fundamentalmente entre Mundicom y el grupo de Javier Moll. ?ste ¨²ltimo exigi¨® facilidades financieras y otras condiciones para llegar a un pacto control mayoritario de los medios, etc¨¦tera. En medio de las dudas e incertidumbres, fue cuando el grupo de Moll plante¨® la batalla en torno a La Nueva Espa?a, de Oviedo.
La plantilla del diario ovetense atravesaba fuertes problemas, debido al enfrentamiento entre dos sectores: uno de ellos, con Jos¨¦ Manuel Ponte a la cabeza -principal dirigente del Comit¨¦ Intercentros de los MCSE-, fuertemente apoyado en los talleres, defend¨ªa el mantenimiento de la prensa p¨²blica; mientras el otro, con mayor presencia de periodistas y personal de administraci¨®n, era partidario de ajustarse a la f¨®rmula de la sociedad an¨®nima laboral. Ninguno de los dos sectores obtuvo los 3/5 de votos necesarios para constituir la sociedad.
Fracasado el intento, los promotores de esta iniciativa negociaron apoyos financieros de la Caja Provincial de Ahorros y colaboraciones empresariales, form¨¢ndose la entidad denominada Asturiana de Comunicaci¨®n Social. Cuando ¨¦sta se preparaba parda acudir a la subasta, Javier Moll y su equipo sugirieron un acuerdo al sector competidor; ped¨ªan el 51% de las acciones y una solicitud de cr¨¦dito regional para financiar su propia participaci¨®n, lo cual no fue aceptado por el grupo asturiano. Un representante de Moll visit¨® al presidente de la comunidad aut¨®noma, el socialista Pedro de Silva, quien respondi¨® que ¨¦l no pod¨ªa intervenir en favor de unos o de otros.
Abierta la subasta, la puja entre los dos grupos aspirantes fue digna de un Leonardo en Satheby's. ?ngel Aznarez, director general de la Caja de Ahorros de Asturias, en nombre de Asturiana de Comunicaci¨®n Social, y Juan Jos¨¦ Vi?als, director econ¨®mico de Prensa Canaria, disputaron mill¨®n a mill¨®n, desde los 368,1 millones del precio inicial de licitaci¨®n, hasta los 531 en que finalmente fue adjudicado La Nueva Espa?a al grupo de Moll.
El golpe de fuerza no s¨®lo alarm¨® a los medios pol¨ªticos y period¨ªsticos, sino que plante¨® un panorama distinto en las subastas de diarios de la Comunidad Valenciana, efectuados semanas despu¨¦s. Moll no s¨®lo se encontr¨® sin competencia alguna, sino que dirigentes del Partido Socialista valenciano, entre los que figuraban Joan Lerma, presidente de la Generalitat, y Antonio Garc¨ªa Miralles, presidente de las Cortes aut¨®nomas y de la organizaci¨®n regional del PSOE, estudiaron un pacto con el grupo de Moll.
Desembarco en la Comunidad Valenciana
Seg¨²n Garc¨ªa Miralles, "exist¨ªa el peligro de que el fin de la prensa p¨²blica provocara la desaparici¨®n de tres de los siete diarios existentes en esta comunidad. Personalmente he tenido mucho inter¨¦s en evitar que esto sucediera, y para ello fue necesario recurrir a entidades con capacidad financiera, porque el partido no tiene dinero. Nuestras noticias eran que Prensa Canaria estaba interesada desde el principio en Informaci¨®n, pero no en Levante ni en Mediterr¨¢neo. Por eso hemos tratado de salvar los tres diarios, porque es bueno que exista competencia en el sector de la prensa".
En Alicante se hab¨ªan producido activas gestiones de un sector de trabajadores de Informaci¨®n para formar una sociedad an¨®nima laboral, pero no lograron financiaci¨®n para comprar el segundo de los diarios m¨¢s caros de la cadena, al parecer por falta de confianza en las posibilidades reales de los trabajadores para gestionar con ¨¦xito el peri¨®dico. En Valencia no se form¨® siquiera un grupo promotor de sociedad laboral. Al producirse la subasta de Informaci¨®n, de Alicante, el grupo de Moll lo compr¨® en la primera convocatoria, por 621,2 millones.
Despu¨¦s hubo contactos de los adjudicatarios con la Diputaci¨®n provincial y con la Caja de Ahorros de Valencia, la Caja de Ahorros Provincial, la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia y el Banco de Alicante -¨¦ste ¨²ltimo del grupo del Banco Exterior, a fin de ofrecerles participaciones que alcanzaran el 49% de las acciones de la sociedad; pero las conversaciones terminaron sin acuerdo. En estos momentos, el diario Informaci¨®n, y las deudas generadas por su compra, pertenecen en un 100% al grupo de Moll, aunque representantes de este grupo consideran que se trata de una situaci¨®n .pro-visional"; en lo cual coinciden con varios dirigentes socialistas.
Complejo pacto en Valencia
La instituci¨®n de la Generalitat valenciana ha apoyado fuertemente la tercera y ¨²ltima compra del grupo de Javier Moll: el diario Levante. Adem¨¢s de la defensa gen¨¦rica del pluralismo y de la competencia period¨ªstica, medios de la comunidad aut¨®noma atribuyen a esta operaci¨®n un significado pol¨ªtico: los socialistas valencianos, que dominan todo el entramado institucional, se ven enfrentados a la oposici¨®n de un diario conservador, Las Provincias, que a su vez dispone de una buena difusi¨®n.
Siempre de acuerdo con esta versi¨®n, la desaparici¨®n de Levante -cuya subasta qued¨® desierta en las dos primeras convocatorias- habr¨ªa eliminado una fuerte competencia para Las Provincias, que a su vez incrementar¨ªa notoriamente su cifra de negocios a costa del cierre del diario competidor. Esos argumentos est¨¢n en el fondo del pacto realizado en Valencia: el 49% del diario Levante ha quedado en manos de la Caja de Ahorros Provincial, mientras que Moll ha obtenido financiaci¨®n para el pago de su 51 %.
Este acuerdo ha causado tensiones entre alg¨²n, dirigente federal del PSOE y sus hom¨®logos valencianos. La Caja de Ahorros Provincial depende de la Diputaci¨®n, y en la pr¨¢ctica del equipo de Joan Lerma en la Generalitat. Para apoyar mejor la operaci¨®n, sus gestores intentaron que entraran en la misma la Caja de Torrente y el Banco Exterior, pero la negativa de este ¨²ltimo a tomar una decisi¨®n a corto plazo, provoc¨® la retirada de fondos de la comunidad y su transferencia a la Caja Provincial, con el fin de respaldar la participaci¨®n en Levante dentro del plazo previsto.
Levante hab¨ªa sido adjudicado en 498 millones de pesetas, tras una rebaja de 188,9 millones sobre el precio inicial; cantidad superior a la que Moll se vio obligado a incrementar por la puja de La Nueva Espa?a, aunque en el caso del diario valenciano el edificio no est¨¢ incluido en el precio de subasta.
Respecto a Mediterr¨¢neo, de Castell¨®n, permanece por ahora en poder de PECSA, la sociedad que lo compr¨®, en la que figuran militantes socialistas. Existen negociaciones con el grupo de Moll y, en palabras de un alto dirigente del PSOE, "nada est¨¢ roto ni nada est¨¢ cerrado".
El desconcierto socialista
Mientras tanto, el grupo vinculado a Mundicom s¨®lo ha podido conseguir dos diarios de toda la cadena p¨²blica, y no los de mejor tecnolog¨ªa ni rentabilidad, C¨®rdoba y Ja¨¦n, comprados por filiales de aquella. Los recursos econ¨®micos utilizados en esta compra proceden de Emilio Mart¨ªn, directivo de Mundicom, as¨ª como de operaciones de cr¨¦dito.
El primero de dichos diarios ten¨ªa otro aspirante: el grupo comprador de Marca de Madrid -vinculado al Opus Dei-, cuyo representante en la subasta expres¨® su enfado por la p¨¦rdida de la misma, gritando ?Viva el Partido Socialista Capitalista Espa?ol!, al t¨¦rmino del acto. El mismo representante guard¨® silencio cuando le fue adjudicado Marca.
Adem¨¢s de las dificultades financieras ya apuntadas, el Partido Socialista ha guardado absoluto silencio respecto a las campa?as de denuncias. El PSOE demostr¨® ser sensible a este tipo de ataques, al abstenerse de toda reacci¨®n.
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