El r¨¦gimen de Taiwan evidencia su preocupaci¨®n por los avances diplom¨¢ticos de la Rep¨²blica Popular China
ENVIADO ESPECIALLa reciente visita del presidente norteamericano, Ronald Reagan, a la Rep¨²blica Popular China; los progresos en las negociaciones sobre el futuro de Hong Kong que mantienen Londres y Pek¨ªn, y una cierta apertura de Corea del Sur hacia la China continental constituyen un conjunto de serias preocupaciones para el r¨¦gimen de Taiwan, que dif¨ªcilmente pueden ocultar las optimistas declaraciones oficiales.
"Obviamente, no pod¨ªamos impedir a Ronald Reagan que visitara la Rep¨²blica Popular China", dice Raymond Tai, subdirector general de la oficina de informaci¨®n del Gobierno de Taiwan, refiri¨¦ndose al reciente viaje del presidente norteamericano a Pek¨ªn. "Nos molesta que un viejo amigo de la 'Rep¨²blica de China' trate con los comunistas, pero estamos seguros de que Reagan no va a vendernos, que no cambiar¨¢ su postura en la cuesti¨®n de la soberan¨ªa sobre la isla y que mantendr¨¢ los compromisos de Estados Unidos de suministrarnos armas".
Los editoriales de los peri¨®dicos de Taiwan comentan que Ronald Reagan ha ca¨ªdo en el viejo error de distinguir entre comunistas buenos y malos, en acercarse a Pek¨ªn para aislar a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Pero varios altos funcionarios coincidieron en comentar a EL PAlS que en las actuales circunstancias estrat¨¦gicas y econ¨®micas Washington no puede abandonar a su suerte al Gobierno de Taibei por mucho que estreche sus v¨ªnculos con la Rep¨²blica Popular China.
El profesor Chang King-Yuh, director del Instituto de Relaciones Internacionales de Taiwan, sigue confiando en el apoyo norteamericano: "Somos el sexto pa¨ªs en volumen de intercambio comercial con Estados Unidos, y su segundo proveedor, despu¨¦s de Jap¨®n, en Asia. Hemos mantenido 30 a?os de relaciones muy cordiales con Washington, y adem¨¢s hay que tener en cuenta el despliegue naval de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en el Pac¨ªfico occidental durante los ¨²ltimos a?os, con sus importantes bases en Vietnam. Nosotros estamos entre Filipinas y Okinawa, puntos de importancia estrat¨¦gica vital para EE UU; por tanto, no creo que los norteamericanos est¨¦n interesados en disminuir sus relaciones con Taiwan. Reagan no ha cambiado y sigue creyendo que el comunismo no es el camino del futuro".
"No hay motivos de alarma"
Chang King-Yuh insiste en que no hay motivos de alarma, aunque Estados Unidos y la Rep¨²blica Popular China hayan firmado un acuerdo de cooperaci¨®n nuclear sin que Pek¨ªn diera ning¨²n tipo de garant¨ªas escritas."Claro que los comunistas quieren convencer a Reagan de que deje, de vendernos armas y de que derogue la Taiwan Act (ley de Ayuda Militar a Formosa, aprobada a ra¨ªz del reconocimiento diplom¨¢tico de Pek¨ªn por EE UU), pero no podr¨¢n conseguirlo".
El presidente Reagan declar¨® hace unos d¨ªas al semanario Far Eastern Economic Review que su visita a Pek¨ªn no influir¨ªa para nada en el compromiso norteamericano con Taiwan. "No vamos a abandonar a los viejos amigos para hacer otros nuevos", dijo. Sin embargo, sus promesas de la campa?a electoral de 1980 de reconocer al r¨¦gimen de Taibei han ca¨ªdo en el olvido.
Steve Wang, director general para Asuntos Europeos del Ministerio de Exteriores de Taibei, se?ala que, al mismo tiempo que el r¨¦gimen nacionalista busca ampliar y diversificar sus mercados en Europa occidental, podr¨ªa encontrar tambi¨¦n en el viejo continente suministradores de armas. Holanda est¨¢ fabricando ya dos submarinos para Taiwan, y podr¨ªan firmarse nuevos contratos. "Los europeos no deben olvidar que tenemos dinero para comprar esas armas y para pagarlas en met¨¢lico", subraya.
El futuro de Hong Kong
Las negociaciones entre Londres y Pek¨ªn sobre el futuro de Hong Kong, que debe volver a la soberan¨ªa china en 1997, se siguen con mucha atenci¨®n en Taibei. "Hay una diferencia esencial con nosotros. Hong Kong y Macao (el enclave portugu¨¦s al otro lado del estuario del r¨ªo de las Perlas) dependen totalmente del continente, de donde les llega el agua y la comida. Nosotros somos autosuficientes", dice un alto funcionario.El director del Instituto de Relaciones Internacionales opina que lo importante es saber qu¨¦ quieren los casi seis millones de habitantes de Hong Kong, que muy probablemente es seguir como est¨¢n, aunque sea bajo la bandera brit¨¢nica. "Pese a ser una colonia, Hong Kong tiene libertades pol¨ªticas y econ¨®micas", ?qu¨¦ pasar¨¢ cuando lleguen los comunistas, por muchas promesas que hagan? Ya se est¨¢ viendo: el capital huye, las grandes empresas comienzan a cambiar su sede a otros sitios m¨¢s seguros, y la Bolsa baja. Creo que el mundo libre deber¨ªa preocuparse m¨¢s por el futuro de Hong Kong; al fin y al cabo, hay m¨¢s habitantes que en Berl¨ªn Occidental", se?ala Chang.
El temor de los dirigentes taiwaneses sobre el futuro de la colonia brit¨¢nica proviene de que una vez recuperados los enclaves extranjeros en suelo continental, Pek¨ªn s¨®lo tendr¨¢ ante s¨ª la tarea de unificar la "provincia de Taiwan" para conseguir su integridad territorial. "De todas formas, no hay que olvidar que Hong Kong carece de una capacidad defensiva propia, al rev¨¦s que nosotros, ni tampoco supone una alternativa al comunismo chino", dice un joven diplom¨¢tico.
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