Vino el cambio.
Algunos lo dudaban cuando se ofrec¨ªa como mercanc¨ªa de voto, y algunos siguieron dud¨¢ndolo despu¨¦s, pero ahora no hay duda: ha llegado el cambio de verdad, por lo menos para Catalu?a. Dejemos de lado los enga?os preelectorales respecto a la OTAN, los puestos de trabajo o la edad de jubilaci¨®n. Olvidemos -si podemos- las puras restricciones a la libertad que significan la LOAPA, la LODE y los proyectos de ley sobre secreto bancario y obligatoriedad de cotizaci¨®n sindical en los convenios laborales. El antiautonomismo -y, por tanto, anticatalanismo- que rezuman las declaraciones electoralistas de Mor¨¢n y Guerra era absolutamente visceral, y con ¨¦l llegaban a olvidar o a despreciar a quienes desde el PSC defienden con sinceridad y buena fe todo lo contrario. Sin embargo, creo que con la querella contra Catalana/Catalu?a el PSOE ha ido demasiado lejos, y el tiro le puede salir por la culata. El tiro puede convertirse en la descarga cerrada que promueva el paso del cambio al recambio, de forma parecida a como ya ocurri¨® en Catalu?a ¨²ltimamente./
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